En este post anterior ya apuntaba similitudes objetivas entre estas dos disciplinas.
Pero las hay también subjetivas y se refieren a aquel verano en que coincidí leyendo “El misterio del Tren Azul” de Agatha Christie: "Cuando pasó junto a un farol del alumbrado público, la luz iluminó un mechón de espesos cabellos blancos".
Y viendo en la tele de blanco y negro los programas de “Las Manos Mágicas” ¡inolvidable cancioncilla!
"Las manos mágicas le dirán,
la forma de aprender,
bonitos trucos que de magia son,
el resto depende de usted".
Ambos géneros quedaron en aquel entonces inevitablemente unidos en mi subconsciente y cuando en alguna manifestación artística se produce un cross over de ambos no puedo resistirme a su atracción.
Si bien es cierto que ha sido la prestidigitación la que más ha copado la audiencia por sus famosas representaciones en películas de timos y casinos, no hay que confundirla con la magia.
La prestidigitación es la manifestación aséptica de una trampa, es un habilidoso juego de manos ejecutado en perfecta sincronía y rapidez que practica un tahúr y para nada puede ser considerado un juego de magia, en donde el mago ofrece una ilusión.
Pero para los efectos de este blog, la bandera interrobang hermana sin buscar tres pies al gato (negro) y sin pretender herir sensibilidades a nadie.
Y para muestra este fragmento de "Los cuatro grandes" de Agatha Christie:
“Terminé por convencerme de que la vanidad de Poirot era tan inquebrantable que aguantaría cualquiera de mis intentos de ataque. Le recordé que en más de una ocasión los triunfos del juego habían estado en las manos de nuestros enemigos; pero como era de suponer resultó improbo el asalto a sus defensas del entusiasmo con que Poirot esgrimía sus artes.
- Mire querido Hastings, es igual que ese truco que realizan los prestidigitadores con los naipes. Lo recordará seguramente. Se cogen los cuatro ases y se reparten por distintas partes de la baraja. Se mezclan las cartas y se corta el mazo y pese a la imposibilidad del acto al final los cuatro ases aparecen de nuevo juntos. Este es mi métier, déjeme que los consiga reunir, como a los cuatro ases de la baraja, y entonces con un solo coup acabaré con todos a la vez.”
Este corte de la película Shade viene al pelo para ilustrar la respuesta de Poirot.
La película Shade es de las que el timo es el leit motiv. En las que la fortuna baila un agarrado con el trilero, el fullero, el prestamista, el primo y el gangster, al compás de la música de los disparos y el gorgoteo de las gargantas de los moribundos. Recomendable película. Magia e Interrobang: el principio de una gran amistad.
No la conocía (la peli) pero he visto en Imdb que tiene un buen reparto así que si el FBI me deja la veré.
ResponderEliminarEn cuanto a la sociedad entre novela de detectives y magia, la verdad es que no había caído en ello pero te pones a pensar y tienes mucha razón.
Como siempre, un placer entrar y leer tus post.
Gràcias por pasarte Roberto, siempre eres bienvenido. Si tienes ocasión de verla la disfrutarás seguro.
EliminarBuena la pelicula, buena la novela...y a mi tambien me encantaban Las manos magicas Jordi. Estoy de acuerdo contigo en que en la resolucion de muchas novelas enigma hay un juego de prestidigitacion. Eso pasa por ejemplo con claridad en alguna de las mejores de John Dickson Carr. Gracias por el menu que nos regalas Jordi. Yo no me lo pierdo. Juan Mari
ResponderEliminarGracias a ti Juan Mari por pasearte por aquí y comentar.
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