Crímenes exquisitos es una novela escrita a cuatro manos, las del escritor, psicólogo, criminólogo y televisivo Vicente Garrido y las de la periodista, criminóloga, historiadora y con intereses artísticos Nieves Abarca.
Con padres con tan completo cv el hijo literario no podía desentonar. Y los genes son claramente los suyos haciendo caso del axioma de que siempre se ha de escribir de lo que se conoce. Por lo que a verosimilitud no les gana nadie ni se les coge en renuncio.
La novela es contundente se mire por donde se mire: profusión de páginas, 800, profusión de personajes, de situaciones, de tramas y subtramas entrecruzadas, de temas y sorpresas para no caer en lo lineal e incitar al lector a ir a por un poco más ayudada por la brevedad de los capítulos que sorbo a sorbo te acabas bebiendo la botella sin darte cuenta. Dulzona en su espeluznante maldad.
Nada de lo que se cuenta por inverosímil que parezca es imposible, y de todo ello lo que mejor define a la novela son precisamente sus personajes. Todos perfilados con cincel. Los malos todos monstruos. Los buenos, no. Pero todos muy glamourosos: muchos son cultos, cuando no brillantes; todos son atractivos, hombres y mujeres, incluso los malos, cuando no guapos a rabiar; todos despiertan instintos básicos y los satisfacen; visten y calzan marca y cara; distinguen un Cohiba de un Montecristo por el olor, el mismo olfato con el que perciben sutiles perfumes y son capaces de saborear el sibaritísssimo Perrier Jouët con un conocimiento del producto que da envidia, sana.
La inspectora Valentina Negro es la protagonista, y que protagonista ¿hay algo que le falte a esa mujer? y Javier Sanjuán el criminólogo asesor, seductor y mediático ¿hay algo que no sepa este hombre? ambos colaboran en la investigación de un caso que como punta de negro iceberg a medida que va saliendo a flote muestra cada vez peor cara.
No es una novela negra al uso, ni policial al uso, para ser un thriller de suspense. Explora un universo lleno de mundos: arte, placer, poder, droga, trata de blancas, prostitución, tráfico de influencias, sexo, sado, bizarro, bondage...y picoteando de este y aquel despliega situaciones variopintas y coloristas donde cabe de todo sin temer a los extremismos, generosamente salpimentados con cocaína, lagrimas, semen y dolor, mucho dolor.
La narración presenta exceso de detalles, en la precisión quirúrgica con que se describe el procedimiento policial, en las clases de arte y el uso de la terminología artística, en las descripciones geográficas, en los tejidos con que se visten, en los entresijos del día a día de una redacción de periódico. Y eso es un pero. Tanta minuciosidad descriptiva tiende a lastrar la novela en su parte creativa acercándola a un informe forense. A veces es mejor sugerir que mostrar y dejar algo más a la imaginación.
Crímenes exquisitos tiene un magnífico principio, presenta un argumento principal con giros y recovecos suficientes como para atraer con lectura fácil sin marear y concluye de forma interesante y prometedora.
La edición es de premio, el diseño, la imagen, los colores, la tipografía. Gracias Versatil por saber envolver con elegancia y sugerencia al regalo.
Lagrimas negras, como la canción: “... y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras”
Lágrima de tinta, como la canción: “... lágrimas de tinta para escribir/que sin ti no puedo vivir”
Lágrimas de sangre, como la canción: “...cuánto lamento verte/esa lágrima de sangre”
Es difícil escribir más sobre ella sin soltar algún spoiler, tantas páginas y tantas situaciones se prestan inevitablemente a polemizar por lo que resulta una novela adecuada para estudiantes de criminología, amantes de las modernas series americanas televisión y sobre todo para los clubes de lectura ya que obtendrá inmediatamente partidarios y detractores y dará mucho juego de tertulia y controversia.
Post scriptum:
Lean las reseñas de la segunda novela de la serie 'Martyrium' y de la tercera 'El hombre de la máscara de espejos' pinchando sobre el título.
Pues parece interesante, sí.
ResponderEliminarNo me explico cómo dos personas pueden escribir una novela sin que se note mucho el cambio de estilo, por ejemplo. Es decir, ¿se van alternando en los capítulos, yo los impares, tú los pares? ¿Se reparten los personajes? ¿Uno dicta y el otro copia? (jajaja) ¿O uno pone las ideas y el otro le da forma? Como en las canciones, uno la letra, el otro la música. Me gustaría saber cómo lo hacen.
ResponderEliminarSaludos!!
Tiene muy buena pinta esta novela! De Vicente Garrido he leído un par de libros sobre asesinos en serie reales ("La mente criminal" y "El rastro del asesino") y su manera de contar los crímenes hace que te intereses cada vez más sobre el tema. Saludos y enhorabuena por la entrada!
ResponderEliminarFrancisco: es como empezar una bolsa de patatas fritas y es una, página, detrás de otra.
EliminarEthan: entiendo que es cuestión de tener el ego bajo llave, la susceptibilidad adormecida y mucha mano izquierda,voy a preguntárselo a ver si responden.
Blanca: si te gustaron los libros "técnicos" te encantará también este "ficción". Eso si, a escabroso es dificil ganarlos.
Ethan, soy Nieves. Te contesto a la pregunta con gusto: los dos coincidimos en estilo de escritura y además reescribíamos una y otra vez cada capítulo para pulir un estilo homogeneo.Por supuesto Vicente escribió ciertas partes y yo otras pero luego le dábamos el barniz necesario. Es como las series de tv, que tienen 20 guionistas.
ResponderEliminarUn saludo y espero que el libro te guste ;D
Muy agradecido por tu rápida respuesta, de verdad tenía curiosidad. Pues ahora me queda claro.
EliminarUn saludo!!