lunes, 1 de junio de 2015

Muerte en las islas de Jean-Luc Bannalec

Misterio en las Islas Glénan 
Muerte en las islas es una novela con sabor a mar, con aroma de mar y color de mar. Incluso las víctimas encontradas de un, más que, posible asesinato forman parte de este gran escenario azul que es el Océano Atlántico.

El Océano que moja, entre otras muchas, las costas de Francia y en especial las de su Bretaña, donde Georges Dupin desarrolla sus aptitudes detectivescas como comisario de policia de Concarneau.

Dupin y su secretaria Nolwenn y sus ayudantes, los inspectores Labat y Le Ben conforma el equipo de investigación que afronta un nuevo caso en la zona que tiene el encuentro de tres víctimas mortales como desencadenante.

Dupin tendrá que aplicar nuevamente su método basado en la observación, el análisis detallado, las conversaciones reiteradas y las deducciones lógicas, todo en espera de que aparezca en cualquier momento la sensación de que algo esté fuera de lugar y cuya interpretación facilite la resolución del caso.

Mapa de la Islas Glénan  con Le Loch en primer término
El Océano que cubre y descubre, según las mareas, las islas de Glénan. A dieciocho kilómetros del continente. Islas que con bajamar se ven enormes y algunas casi comunican entre si. Islas que con marea alta, de hasta cuatro metros, asoman timidamente sobre la superficie rizada de las olas. Islas que configuran una silueta que nunca es dos veces igual.

El Océano Atlántico no solo es una enorme y revuelta extensión de agua salada, de hecho y en realidad es un ser vivo cuyo cuerpo tiene composición acuosa; que tiene su flora, su fauna, sus tesoros y su carácter. Y cuando se enfada el carácter se torna arisco y si llega a enfurecerse mejor dejarlo solo.

En las islas de Glénan, concretamente en Le Loch, en sus blancas arenas, el mar ha depositado tres cadaveres y lo primero es proceder a su identificación y después esclarecer las circunstancias de su muerte.

Dupin que no cuenta la navegación entre sus habilidades tendrá su bautismo nautico por activa y por pasiva, le toca mojarse en el caso y mojarse en el mar y mojarse en tierra y casi mojarse en el aire. Aprenderá a convivir con los movimientos de las embarcaciones ya sean de vaivén, balanceo, oscilación, o zarandeo.

Todos acabamos empapados al finalizar la lectura. Mojados por el agua de la cresta de las olas que el viento pasea de un lugar a otro.Todos olemos a mar y tenemos en la boca un gusto a sal. Marina, por supuesto.

Jean-Luc Bannalec vuelve a la carga con el segundo caso del comisario Dupin y la sorprendente Bretaña. En esta ocasión entrega el protagonismo a ese gran azul, fuente y origen de la vida aunque a veces se tome algunas como cuota del préstamo que nos otorgó.

Un nuevo caso a encuadrar en el género whudunit (¿quién lo hizo?) con un elenco de sospechos reducido y con motivos más que suficientes para llevar a cabo tal acto de violencia.

Paisaje en las Islas Glénan
La capacidad de este autor para describir paisajes y emparentarlo con emociones es loable. Menciona y describe parajes salvando perfectamente el difícil equilibrio de no ser panfleto turístico y además facilitar información cultural y destaca por su síntesis narrativa.
Dupin es todo un personaje del que queremos saber más. Y de Bretaña también.

Revisen la reseña en este mismo blog de la primera novela de esta serie y disfruten de ambas lecturas. Novela policial de la buena: El misterio de Pont-Aven

Post scriptum: ya disponible en este mismo blog la tercera novela de la serie titulada Un crimen bretón 

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