lunes, 11 de abril de 2016

Estudio en Esmeralda de Alberto López Aroca

Estudio en Esmeralda es una novela primeriza (aunque tenga ya veinte años) que tiene como objetivo reinventar Estudio en Escarlata de Arthur Conan Doyle de la que pretende ser un reconocido, agradecido y sincero homenaje.

Recuerden que Estudio en Escarlata supone la primera novela, el primer caso de la larga serie protagonizada por el doctor John W. Watson y el detective Sherlock Holmes.

En Estudio en Esmeralda los protagonistas principales son el doctor Yun H. Walruss y el detective Sholomon Hume, claros alter ego de quienes ustedes suponen.

Y no son solo esos los guiños localizables, hay más y les cito solo dos de los más evidentes para dejarles los de nota para ustedes, tómenselo como un juego: inspector Trexlade (Lestrade), el planeta domicilio de Sholomon que es Béikertrit (Baker Street)…

Y en lógica, reconociendo el entorno, todo es parecido a lo que se espera de una novela con ambos protagonistas, pero en cambio es completamente distinto fruto de una ubicación temporal en un futuro lejano e impredecible, de una ubicación geográfica en un universo con planetas actualmente aún no descubiertos y por la naturaleza del crimen: un holocausto planetario que ha acabado con siete mil millones de vidas.

Y para encontrar esa explicación el doctor Yun H. Walruss y el detective Sholomon Hume van a conformar casualmente un equipo que aproveche las sinergias de sus capacidades para esclarecer si están ante una catástrofe natural o ante un asesinato colosal, y si así fuese encontrar al causante del magnicidio.

El autor se apoya también en el otro personaje icono de Arthur Conan Doyle que es el Profesor Llorg Éskuard Chaliengger (George Edward Challenger, que se diera a conocer en El Mundo Perdido) y en su mundo de fantasía para cocinar un menú variado de novela policíaca y ciencia ficción con maridaje lovercraftiano que apasiona y entretiene por igual y en solo 136 páginas consigue desplegar un argumento muy convincente.

Y como colofón escenifica un final absolutamente imprevisible, sorprendente y desconcertante del que aún no me he repuesto.

A Alberto López Aroca se le reconoce su pasión por Sherlock Holmes y sus amplios conocimientos y por tanto sus escritos serios sobre el detective merecen total respeto y consideración y sus novelas pastiche, empleando el calificativo en mayúsculas, son todo un alarde de ingeniosas conjunciones que permiten seguir disfrutando del mito como si aún estuviera vivo y en todo su esplendor.

Tal como lo pudimos disfrutar en su novela Sherlock Holmes y los zombis de Camford rica en intrigantes sucesos que permiten el lucimiento de las capacidades del detective. Lean aquí la reseña publicada en su momento.

Adéntrense en el mundo que les propone este autor empezando por su blog y luego sigan con sus novelas: literatura de evasión de calidad y diversión garantizadas.






2 comentarios: