Una despedida a la francesa. |
En La Habana
quien más quien menos busca mejorar su nivel de confort y eso es algo que solo
se puede conseguir con dinero, de ahí que quien más quien menos emplee sus
habilidades y sus recursos para obtenerlo.
Alicia es una
joven cuyos recursos son sus piernas, su culo, su rubia cabellera y su belleza y sus habilidades son engatusar a forasteros a cambio de sexo para recolectar regalos cuya reventa
proporciona a ella y a su madre, cómplice de ese intercambio, ese dinero extra
con el que vivir mejor.
Regalos, y mejor de poco monto o poco aparatosos, que
no dinero es lo que la diferencia de ser perseguida o denunciada como una jinetera al uso y evita la acusación de
prostitución.
Y así un día y otro hasta que el regalo de una de esas compañías
accidentales conlleva algo más que resulta tan apetitoso como peligroso.
Adiós muchachos es una historia tristemente divertida y moralmente dolosa protagonizada por timadores de
poco vuelo, picaresca ingenua y estafa chapucera con una impagable despedida a la francesa.
El argumento,
con un planteamiento clásico en novela negra, se desarrolla en una trama que va
ganando en intriga muy bien narrada textual y gráficamente y que ofrece una
lectura muy fácil y satisfactoria.
Matz adapta
la reconocida novela del mismo título del escritor cubano-uruguayo Daniel
Chavarría, destilando su esencia para ofrecer un guión que evita el compromiso
social para centrarse en el núcleo delictivo de la trama.
Avanzar al coche y esperar la oportunidad |
Así, de un
principio ligero y con el peso en el aspecto erótico se pasa, con unos pocos
giros, a una situación más dramática cuando entra de lleno en el género negro.
Paolo
Bacilieri por su parte aporta un dibujo de línea clara centrado en los
personajes, poco paisaje, perfectamente complementado por una
paleta de colores muy luminosa que resulta muy agradable para la vista.
Se les debe
recriminar a los autores que al primar tanto el delito en detrimento del
contexto social, la obra pierde identidad y al no arroparla con suficientes elementos identificativos y ambientales la acción podría
desarrollarse perfecta e indistintamente en La Habana o en Mozambique.
Cómic entretenido, para pasar un buen rato y para pensar en como es de atractivo el poder del dinero y hasta donde se es capaz de llegar para conseguirlo.
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