Novela negra con migrantes con nombre y apellidos y no como colectivo anónimo. |
Está el mundo de sofá y televisión y el otro. El de
televisión permite cambiar de canal ante una visión no deseada; el otro, el que
es esa visión no deseada, no puede cambiar de canal y tiene que seguir adelante
con lo que pueda.
Los migrantes de una zona en guerra sufren más que los muertos que dejan atrás: esos ya no sufren. Los que huyen en
busca de comprensión, ayuda y asilo sufren una muerte en vida a cada instante y
ser humillado, robado, violado, explotado, a veces es mucho peor que morir.
Entre
dos mundos es una casi historia policial que sirve de puerta de entrada para un
reportaje periodístico de dramático contenido sociológico y enfoque humanitario que
recorre las vicisitudes de unos migrantes con nombres y apellidos.
Están los migrantes que lo intentan y caen en el camino,
los que logran pasar de la primera casilla pero se estancan en un pozo sin
fondo, los que aún pueden avanzar un poco más pero que al final, sin medios, se
resignan y aquellos que logran acariciar una promesa de mejoría.
Y están los otros migrantes: los que se aprovechan de los
débiles, los que se enriquecen explotando el dolor ajeno y los que satisfacen
sus primarios deseos tomando lo que desean a cambio de algo o de nada.
Y están las organizaciones humanitarias, las autoridades
locales y las fuerzas policiales, y están los deseos y las órdenes, el deber y
la ética.
La Jungla, en la costa francesa de Calais, es donde
malviven los que ven el Canal como el último obstáculo para volver a ser
personas enteras. Inglaterra se antoja el paraíso. No saben de las disputas de
los grandes partidos políticos europeos, no saben del Brexit, no saben de
economía a escala mundial.
Olivier Norek |
Olivier Norek elabora una novela extraída de la
realidad con la que sacude conciencias; las salpica con el agua que golpea las
pateras, con la sangre que surge a chorro de una herida cortante, con las
chispas del fuego de los incendios, con las cenizas de los cuerpos quemados,
con el barro en donde se asientan insalubremente los campamentos.
Y conmueve, reivindicando la amistad, la solidaridad, el
afecto sincero, el gesto noble y altruista. Aún en los estercoleros pueden
nacer flores
.
Un relato río que a partir de la huida de Siria de Nora y
Maya, a las que tiene que seguir Adam, si es que puede escapar, va
evolucionando en una historia de desesperación y lucha que va integrando nuevos
personajes a medida que avanza la trama y cuyo desenlace no es más que un
momento agridulce de esta gran tragedia.
Buen punto de partida, pardiez.
ResponderEliminar¡Un placer leerte, Jordi!
Un placer atender tus comentarios.
EliminarUn abrazo!