domingo, 21 de abril de 2019

John Harper: fuego de J. E. Álamo

Una novela negra que dispara contra
el totalitarismo, la discriminación
y la corrupción.

En Ciudad Capital conviven elementales con naturales o mejor dicho, los naturales aceptan convivir con elementales mientras no haya otra opción, ya que la que desean algunos, muchos, la exterminación total o la esclavitud sin límites, no tiene mayoría legislativa.

Y es que siempre a alguien distinto, y más con inexplicable poder, se le ve como una amenaza cuando no directamente un peligro. Y los elementales son muy distintos: su alteración genética, una triple hélice cromosómica, les faculta el dominio, con distinto nivel de capacidad e intensidad, de alguno de los cuatro elementos elementales: aire, agua, fuego y tierra.

Los naturales, eufemismo de normales, los de doble hélice, consideran esa anomalía, aberración más bien, razón suficiente para marginar con leyes y con actuaciones a estos seres y confinarlos a una vida de esclavitud durante su vida productiva y a un destierro durante su jubilación, bien reduciendo su capacidad de actuación social o bien físicamente aislándolos en Groenlandia y aun allí con restricciones de comportamiento y de aparejamiento.

John Harper es un elemental de fuego, ahora apagado, pero no extinto, pues su jubilación le impide, so pena de muerte o de algo peor, emplear su poder. John Harper es un investigador privado, algo común en elementales con ganas de seguir sintiéndose vivos y por relaciones establecidas ya que la mayoría ha ejercido en las fuerzas policiales.

A John y gracias, unas gracias envenenadas, a un ex-compañero del cuerpo, le cae un caso que no puede rechazar. Un caso envenenado: investigar la muerte de Scott, un elemental ex-policía, por encargo de su hija Megan bajo la protección de un abuelo natural muy poderoso.

A través de la investigación se va descubriendo el funcionamiento de esa peculiar sociedad, donde al fin y al cabo, habitada como está por seres de carne y hueso y mortales, poco se diferencia de cualquier otra. Ciudad Capital, como otra ciudad y otra capital, también tiene sus avenidas y sus callejones, sus zonas residenciales y sus reductos marginales. Y entre sus gentes hay aglutinadores, tolerantes y ultras. Vamos como en todo barrio.

Y la investigación va a tener que lidiar con todo eso y más en un no parar.

J. E. Álamo
J. E. Álamo, quien nos descubriera que hay vida más allá de los clichés de la novela negra, con una serie protagonizada por un no muerto: Tom Z. Stone, experimente ahora, de nuevo en los cambios de registro, esa felizmente descarada reivindicación pulp, para seguir manteniendo la esencia del género sin hacerle ascos a injertos que le aporten nuevas virtudes y, por qué no, nuevos defectos.

Mezclar hard boiled con fantasía urbana es arriesgado pero gratificante. Abre puertas a subtramas generosas y ambivalentes y ventanas a submundos estimulantes de transposición social.

El autor escribe con ligereza y mucha habilidad una novela pulp de calidad, como si fuera fácil, y mechar géneros y mantener el sabor de cada cual y potenciar el de ambos, no lo es. Describir ambientes típicos de género, bares y club de jazz, sin caer en tópicos tampoco. Y conseguir que empaticemos al segundo de conocerlo con ese malcarado y sarcástico encendedor ambulante que es Harper también requiere habilidad para describir personajes.

Una novela negra que emplea la ironía y la diferencia genética para criticar los totalitarismos y los prejuicios. Una investigación policial que muestra que la corrupción es un cáncer social para el que aún no se ha encontrado remedio eficaz ni hay vacuna en desarrollo.

Todo un logro de este autorazo. Apúntenla para Sant Jordi. Hoy en día que en las paradas callejeras no solo lucen rosas rojas, sino otros especímenes híbridos, también hay que otorgarle el valor que merecen las novelas negras trufadas.

Y recuerden sus otras novelas reseñadas en este blog:

02. Let it be (la segunda de Tom Z. Stone)






2 comentarios:

  1. Maravillosa reseña, me gusta el enfoque con la que la has dado centrándote en la ambientación y fondo político y social.

    Un gran título. Me alegro que hayas disfrutado, yo me lo he pasado en grande con las ocurrencias del autor.

    Un saludo.

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