En el mundo de la música se aprecia en el modo de tañer las
notas ya que puede haber precisión y técnica pero sin pasión las
interpretaciones llegan a sonar prácticamente igual.
La rivalidad entre artistas es notoria, aireada por los
medios de comunicación que se relamen ante noticias que demuestran que incluso
los divinos son humanos. Y un concurso para escoger al mejor violinista entre unos
pocos finalistas es un foco de atención brillantemente iluminado y si median
amenazas de muerte aún más.
Y si el detective Yoshitarō Katayama es el elegido para
compartir el aislamiento al que están sometidos los concursantes y asegurar su
protección, en especial de Mari Sakurai, es inevitable pensar que un asesinato,
como mínimo, va a tener lugar.
La
rapsodia de la gata Holmes es una obra compuesta para violines y no escrita para enamorar sino para asesinar.
Asesinato, sexo y torpezas de comedia vodevilesca son las
señas de identidad que acompañan al tímido Katayama, al que la visión de la
sangre provoca pavor cuando no desmayo ¿hay mejor plan?
Así pues y con acorde de violines empieza esta emocionante
nueva entrega, la tercera traducida y la cuarta secuencial, de la serie
protagonizada por el detective Katayama y la gata Holmes con la inestimable
ayuda de su hermana Harumi y el novio de ésta, y también detective de policía,
Ishidzu.
Quienes hayan leído alguna entrega ya conocen el carácter
distendido con el que el autor Jiro
Akagawa trata sus argumentos y sus personajes y como es capaz de generar
intrigantes misterios criminales que atrapan al lector por su sencillez de
exposición y sus hilarantes diálogos.
Verdadero ejemplo de whodunit
a la japonesa.
Quienes aún no hayan leído ninguna entrega deberían hacerlo
ya y empezar por la primera para conocer el origen de los principales
personajes:
1.
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