lunes, 29 de agosto de 2022

Dad y se os dará de Donna Leon

Hay personas que dicen la verdad; otras que si bien lo que dicen es verdad no lo dicen todo; están las que mienten sin querer por repetir lo oído sin verificar y las que mienten por interés persiguiendo un beneficio propio.

También están las que son un batiburrillo de lo anterior. Omisiones, mentirijillas por bondad o mala intención, secretos… son caras de la poliédrica naturaleza humana a las que se enfrentan a diario la policía.

Brunetti sabe que no hay mejor policía que el que desconfía. El que investiga y cuestiona incluso lo que parece tan evidente que no lo precisaría. El buen policía debe poner en duda incluso su propia gestión ya que podría haber sido influenciado por su vertiente romántica, sentimental o nostálgica.

En esa Venecia que ha dejado las mascarillas atrás, que no las máscaras, y que la presencia de turistas empieza a recuperar su indeseable, que no indeseada, densidad, ver los rostros de conocidos y recuperar, aunque de forma prudente, el contacto o el abrazo acortando la distancia de seguridad resulta más vivificante que cualquier vacuna.

Guido Brunetti recupera a una conocida al presentarse en comisaría su antigua amiga y vecina Elisabetta Foscarini. Al primer desconcierto, le sigue añoranza por el regreso mental a la infancia, luego curiosidad por tenerla allí y finalmente precaución ante lo que ésta le cuenta.

Teme que su única hija y su yerno puedan estar en peligro por algo que su hija le refirió de una conversación angustiosa con su marido. La inquietud y el sufrimiento de madre le llevan a acudir a Brunetti no en calidad de comisario, ya que le pide mantener el asunto en un ámbito privado sin oficializar, sino de conocido en quien poder confiar y que entiende que, principalmente en Venecia, no se deben airear los secretos familiares.

Brunetti atiende a medias el ruego del secretismo, ya que involucra a su equipo, en quien confía ciegamente, y se adentra en un confuso entramado que si bien tiene asuntos familiares en su origen se ha ramificado por otros ámbitos no tan delimitados como son las funciones de las ONG y su gestión económica.

Donna Leon cada vez más alejada del crimen sangriento, de la casquería siempre ha estado en las antípodas, se encuentra cómoda en ese giro que ha ido adquiriendo donde las relaciones humanas, sus motivaciones y sus comportamientos, demuestran que la maldad no precisa de grandes escenarios ni espectaculares artificios para mostrarse y actuar.

Dad y se os dará, de Lucas 6:38, es una novela policiaca introspectiva de gente corriente y comportamientos corrientes que muestra como una gran masa de agua transparente puede enturbiarse con solo una gota de maldad.

Entrega número 31 del comisario Brunetti en esa Venecia eterna, y como cualquiera anterior, fácil de leer y con un mensaje alto y claro de denuncia social. Sigan leyendo a Donna Leon, no dejen de hacerlo.

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