domingo, 6 de junio de 2021

Pandora de Jesús María Sáez

Donostia, esa Bella Easo que se asoma al mar, no se escapa de tener suicidios. Y asesinatos. E incluso pudiera ser que hubiere asesinatos disfrazados de suicidios.

El cuerpo de un político, un edil municipal, se ha encontrado desperdigado a trozos después de que lo embistiera un tren y le corresponde a la Ertzaintza, y en concreto a la inspectora Maialen Guevara, dilucidar si es uno u otro. Suicidio o asesinato, ya que no cabe el accidente.

Pero igual que no se debe mover una piedra en el desierto, so pena de encontrarse un huésped dañino, no debería abrirse una investigación sin tomar precauciones. De ahí el título. No toda la mitología es mito.

Maialen y su compañero van a recibir una ayuda inesperada de una detective privada madrileña cuya investigación podría tener elementos en común. Con lo que el abanico va abriéndose lentamente para mostrar entre varilla y varilla la sección de país que muestra el dibujo en toda su ominosa magnitud.

Pandora es una novela negra en la que lo dañino está más en lo que se infiere que en lo que salta a la vista y es que el argumento de Pandora tiene base real y, tal vez por eso, remueve aún más el interior de quien se acerca a su lectura.

Pandora es una novela negra que denuncia, sin ambages, el execrable comportamiento de pederastas y pedófilos, que se mueven entra las sombras del internet oscuro; y el rechazo a mujeres lesbianas, especialmente en cuerpos y fuerzas de seguridad.

Y les pone el acento y la tilde para que quede claro que ahí están: uno para ser penado severamente en aras de su erradicación y el otro para ser integrado con total normalidad sin atisbo de reticencia.

Y lo hace sin perder un ápice su intención de entretener y emocionar, prueba superada, al tiempo que incita a la reflexión sobre el comportamiento de la especie humana. Esa que siempre está presta a medir con doble rasero optando a cum laude de hipocresía.

Jesús María Sáez, hábil compositor de distintas melodías, como el cosmopolita thriller Siberia o la novela negra Poniente, ambas reseñadas en este blog, ofrece ahora una nueva novela negra tratando temas que la sociedad parece no querer afrontar.

Lo hace con un redactado de estilo directo que facilita una lectura rápida y comprensible y dando vida a unos carismáticos personajes con los que es fácil solidarizarse.

Hay una buena puesta en escena del procedimiento policial y de las relaciones personales dentro y fuera de la profesión, que da cohesión al conjunto, alejándose de esa imagen preconcebida de la soledad que acompaña al elenco policial.

Y para quien desee una inmersión más completa, el autor sugiere acompañar la lectura de, algunos capítulos con banda sonora y para ello aporta un código QR.

jueves, 3 de junio de 2021

La Sirena Roja de Noelia Lorenzo Pino

La fascinación enfermiza por la piel humana ha supuesto, en la historia, actos espeluznantes y aficiones aberrantes, basta con recordar acciones primitivas de selvas amazónicas y otras igual de primitivas pero peor en manos de nazis. Mentes que recorren adarves sin salida, perdidas en sus disquisiciones, que no dudan en matar para obtener ese bien tan preciado para satisfacer su hedonismo malsano.

En la zona de Irún aparece un cadáver con parte del cuerpo desollado. Al muerto le han arrancado la piel y eso suena a venganza personal, fanatismo religioso o ritual satánico. Habrá que investigarlo. Y a eso se van a dedicar la agente de la Ertzaintza Eider Chassereau y el suboficial Jon Ander Macua.

Ambos conocen la película que mostraba un psicópata dispuesto a confeccionarse un vestido de piel humana, y que resultaba atrapado con la ayuda de otro psicópata que prefería el hígado encebollado, pero no suponen que estén ante un caso parecido. Y afrontan el caso desde la racionalidad que supone investigar un crimen: con método y perseverancia.

Pero ambas características requieren tiempo y sacarlo de la vida familiar no parece buena idea. Cuando el trabajo relega la vida particular a un segundo plano el precio a pagar puede exceder lo humanamente aceptable.

Y esa vida personal y esa actitud profesional favorecen que sea una novela de personajes primando sobre la trama. Supone una tendencia a humanizar a quienes investigan alejándose de los tópicos de la novela negra que prefieren a solitarios que lo han perdido todo menos el cinismo.

La apuesta por personajes de carne y hueso dificulta el equilibrio entre costumbrismo y policial, pero aporta el toque humano que contextualiza con el hecho de que criminales e investigadores son personas y por tanto vecinos de alguien.

El procedimiento policial aparece bien presentado pero si en la realidad se dedica tanto tiempo a investigar poco creíbles no es de extrañar la baja cuota de éxitos.

De hecho la solución elegida para rematar el caso resulta poco verosímil por precipitada ante un final que puede anticiparse con demasiada facilidad.

Noelia Lorenzo Pino escribe con lenguaje sencillo y asequible, pero con una redacción que precisa de mayor atención y cuidado, así el resultado confunde aspectos de lectura por omisión o reiteración aunque el entretenimiento no se vea perjudicado.

domingo, 30 de mayo de 2021

La lista de invitados de Lucy Foley

Jules Keegan fue una bloguera que ha dado el salto emprendedor y ha conseguido crear una revista de éxito de la que es directora con empleados a su cargo. Un triunfo ganado con esfuerzo y trabajo. Ahora está a punto de casarse con Will Slater el hombre que le ha robado el corazón, ese corazón que llevaba protegido por una coraza para que no estuviera al alcance de arribistas.

Ha preparado una boda con todo lujo de detalles y exclusividad. Ha elegido un torreón en una diminuta isla irlandesa de paisaje abrupto no exento de peligro, y de difícil acceso, sus invitados no van a disfrutar del viaje en barco, para darle un toque distinto y personal al evento.

No en vano su futuro marido es el protagonista de una exitosa serie televisiva sobre supervivencia.

La lista de invitados es un intento de thriller que se desarrolla en el breve espacio de tiempo que comprende el día anterior y el mismo día de la ceremonia y se relata en capítulos cortos que alternan distintas voces en primera persona de los principales protagonistas.

Irlos conociendo permite a su vez entender su comportamiento, conocer sus secretos, todo el mundo los tiene, y avistar su lado oscuro.

Estamos ante lo que en inglés se diría un chick thriller, es decir una novela romántica con visos de thriller, asesinato incluido, pensado mayormente para entretenimiento ligero, suspiros incluidos, del público femenino ya que en ningún momento se ofrece opción al público masculino.

Los cuatro personajes femeninos se llevan de principio a fin el protagonismo, dejando a los masculinos el papel de comparsas, ridiculizándolos cada vez que hay ocasión por sus inseguridades y por su comportamiento inmaduro cuando no infantil.

Los preparativos de la boda, los tocados de peluquería, la elección de vestidos y zapatos a juego, de la lencería, las preocupaciones por que todo salga bien, los sentimientos a flor de piel y las reconciliaciones familiares son elementos permeables a la condición femenina y relegados, por adn, de la masculina, que solo piensan en emborracharse y en sexo como adolescentes salidos que aún están encerrados en sí mismos.

Lucy Foley ha juntado letras para conformar un relato que podría rellenar páginas de una revista del corazón o de hogar y moda y ser leído en los tiempos de espera en la peluquería.

No profundiza en ninguna de las dramáticas situaciones que le dan pie a estructurar la trama y no aprovecha una situación de bullying en internados para su denuncia. Se limita a sumar eventos susceptibles de justificar la intención criminal lo que deja el argumento a merced del viento y la marea.

Es sabido que las casualidades no casan bien, aunque el argumento gire alrededor de una boda, con la novela criminal. Aún y así, y tratándose, como es el caso de un thriller y no de una novela negra, se podría admitir una. Dos sería excesivo pero cuando se dan tres, dan ganas de abandonar la lectura pero siendo al final, el mal ya está hecho.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Pequeños secretos, grandes mentiras, de Anna Snoekstra

¿Quién marca la línea de lo que se puede o no hacer, para alcanzar un sueño?

A la oficina de policía de una pequeña localidad australiana, se le acumula el trabajo: a un incendio con víctima mortal, aún por resolver y certificar, le sigue la aparición, en algunos portales, de unas muñecas de porcelana de mirada inquietante depositadas en el suelo, como si de un regalo se tratase, sin servicio de reparto a la vista.

Los habitantes han visto su vida sacudida por una desgracia primero, la víctima era persona muy querida, y por un temor irracional después, que supone que la presencia de las muñecas sea un mal augurio; un preludio de algo peor.

Recibir un regalo puede alegrar un instante, incluso una vida. Recibir un regalo, sin remitente y susceptible de alevosía, no.

Rose es una joven aspirante a periodista que ve en esa angustia de sus convecinos el cuerpo de un reportaje para primera plana y no duda en iniciar una investigación a fin de recabar datos y de aportar imaginación y creatividad para rellenar los huecos.

Su trabajo de tarde sirviendo copas le permite pulsar el ambiente a cada momento e ir conformando el texto a escribir. Sueña con irse a una gran ciudad y empezar su vida de cero, y espera que su reportaje pueda ser el billete para ello.

En los pueblos con pocos habitantes los sucesos se viven con mayor intensidad; no existe el anonimato que confieren las grandes urbes y todo de todos pronto se sabe y una sola chispa puede provocar una gran explosión, si encuentra el acelerador adecuado.

Afloran sentimientos primarios como la posesión y los celos que solo son los síntomas de una enfermedad catalogada como machismo y que tiene difícil tratamiento, máxime si el diagnosticado lo entiende como normal.

Una novela negra distinta que Anna Snoekstra nos ofrece como alternativa a lo habitual del género en estos tiempos donde abunda la repetición y el cliché.

En ella se palpa la tensión y su avance de andante a allegro confirma el presagio que aún pueda ir a peor. Anticiparlo no evita que suceda lo que debe suceder.

Pequeños secretos, grandes mentiras, es una denuncia a la cortedad de miras propiciada por una incultura que florece asilvestrada en entornos con poca salida al exterior.

Una apuesta por luchar con uñas y dientes por un sueño, aunque el procedimiento para conseguirlo pueda ser cuestionado y siempre habrá quien lo explique enarbolando el clásico el fin justifica los medios.

No todo vale, pero no todo lo que socialmente no es aceptado ha de ser necesariamente malo.

Una lectura negra interesante. Costumbrista y por ser antipodal, con poco conocimiento de su idiosincrasia, revela tics lejanos y a la vez próximos y es que la condición humana, reducida a aspectos primarios es, lamentablemente, igual en todas las latitudes y continentes.

domingo, 23 de mayo de 2021

Insomnio de Daniel Martin Serrano

Tiempo pasado, tiempo presente. Dos tiempos narrativos para mostrar el antes y el después de la vida de Tomás. El pasado para explicar el presente, el presente para sufrirlo, porque para vivirlo no hacía falta tanto dolor.

En el pasado Tomás Abad, inspector de policía ante un caso extravagante y mediático con un asesino en serie. En tiempo presente, Tomás Abad agente de seguridad privada del cementerio de la Almudena. En el pasado un brillante policía, en tiempo presente un insomne zombi. En medio una decisión errónea.

El tiempo tiende a poner las cosas en su sitio y a veces ofrece segundas oportunidades que, bien entendidas, pueden enmendar errores o por el contrario pueden añadir otros.

Así Tomás Abad se ve envuelto en unos acontecimientos que pueden otorgarle el perdón y abrirle el cielo o condenarlo al infierno. En medio una decisión.

Insomnio es una novela negra que no solo ahonda en la psicología de su protagonista sino en su alma e intenta discernir cuales de sus visiones son realidad y cuales son alucinaciones. Y es que en los, variados y poderosos, efectos secundarios de un insomnio prolongado se encuentra la dificultad de identificar lo que es percepción y lo que es imaginación.

En el pasado unos cuerpos mutilados, cabeza por un lado y resto por el otro, en un caso resuelto aunque no cerrado. En el presente, sin placa no hay caso pero si fantasmas de aquel otro y temor por revivir lo que no había de haberse vivido jamás.

Daniel Martín Serrano desgrana lentamente una trama que explica cómo van mermando las facultades del ex-inspector ya de por si disminuidas. Día a día la mente se obnubila con lo que pasó y espera, desea, ansía que no vuelva a pasar. La prosa camina despacio como lo hace quien pasea por un cementerio. El vocabulario elegido como quien elige el gravado de una lápida: con emoción contenida y con capacidad para evocar recuerdos.

Una novela muy bien escrita. Un lenguaje preciso para desligarse del arte de hacer guiones y entrar en el de hacer novelas. Antes otras y otros lo han intentado cayendo en la trampa y sucumbido sin ataduras que les libren del canto de sirenas. En Daniel Martín Serrano el debut no puede ser más esperanzador.

Les sugiero que aborden la lectura con calma y le dediquen tiempo. En la novela se cuenta mucho y se sugiere más. Imágenes mentales que requieren atención para ser comprendidas en su espeluznante complejidad. Al final agradecerán haberla leído.