Madrazo, Cestero, Julia y Aitor se desplazan hasta Oñati
para encontrarse con el horror que representa el cadáver de una mujer joven,
abierta en canal y vaciada de cualquier órgano. Un espectáculo espeluznante que
haría las delicias de un retorcido pintor tenebrista.
Un asesinato que responde sin duda a un acto ritual y que
satisface una necesidad, todavía inexplicable para los investigadores, que es
la clave para solucionar el caso.
Y así en un lugar casi idílico, se mezclan asesinatos, con infidelidades
conyugales, infidelidades ideológicas, desatinos ególatras, supersticiones
ancestrales y deseos de recuperar la hermandad con la naturaleza.
Ibon Martín, es capaz de ubicar la maldad en un entorno pastoril entre vacas, ovejas y abejas. Consigue también que el mal no se amilane por moverse en un entorno de ermitas, iglesias, conventos y monasterios cuya sola presencia debería bastar para hacerle retroceder.
Logra conservar la esencia del whodunit clásico, gestionando
cuidadosamente los descansos, que la trama necesita y merece, para ir dando
tiempo al lector a asimilar los nuevos acontecimientos. Dándole carrete para
tensar el suspense.
Y con todo eso no olvida profundizar en sus protagonistas
principales, aquejados de los males de la soledad que conlleva el oficio,
alejándolos de estereotipos y aún más de meras descripciones en un papel. Y
todavía tiene tiempo para que los personajes secundarios tengan su protagonismo
en voz y carne conformando un coro de caracteres complementarios que le otorgan
a la obra la complejidad necesaria que la dota de máximo interés.
El ladrón de rostros recoge
la dicotomía ancestral del bien y del mal para enfrentar al lector a
reflexiones y preguntas sobre la impecabilidad. Si la fe mueve montañas ¿cómo
no va a sacudir mentes? Si la religión ilumina ¿cómo no va a deslumbrar? Si se
obra atendiendo la voluntad de Dios ¿cómo va a ser pecado?
El ladrón de rostros es una
novela policiaca rural que advierte de que todo gallinero tiene su zorro.
Las dos novelas anteriores protagonizadas por la suboficial
Ane Cestero y la UHI también se han reseñado en este blog. De nuevo cubierta
bien cuidada: efecto gotas de agua cayendo y formando círculos sobresaliente; mapa imprescindible y grafismo para
quien no sepa lo que es una argizaiola. No se conformen con leer una si pueden
leer las tres: