miércoles, 15 de febrero de 2023

El Ladrón de Rostros de Ibon Martín

Los componentes de la Unidad de Homicidios de Impacto, la UHI, andan diseminados en tareas de atención ciudadana bajo los efectos de la pandemia del COVID, cuando reciben el aviso de reincorporarse a su función principal para investigar un asesinato que responde a un comportamiento propio de un ritual de origen desconocido.

Madrazo, Cestero, Julia y Aitor se desplazan hasta Oñati para encontrarse con el horror que representa el cadáver de una mujer joven, abierta en canal y vaciada de cualquier órgano. Un espectáculo espeluznante que haría las delicias de un retorcido pintor tenebrista.

Un asesinato que responde sin duda a un acto ritual y que satisface una necesidad, todavía inexplicable para los investigadores, que es la clave para solucionar el caso.

Y así en un lugar casi idílico, se mezclan asesinatos, con infidelidades conyugales, infidelidades ideológicas, desatinos ególatras, supersticiones ancestrales y deseos de recuperar la hermandad con la naturaleza.

Ibon Martín, es capaz de ubicar la maldad en un entorno pastoril entre vacas, ovejas y abejas. Consigue también que el mal no se amilane por moverse en un entorno de ermitas, iglesias, conventos y monasterios cuya sola presencia debería bastar para hacerle retroceder.

Logra conservar la esencia del whodunit clásico, gestionando cuidadosamente los descansos, que la trama necesita y merece, para ir dando tiempo al lector a asimilar los nuevos acontecimientos. Dándole carrete para tensar el suspense.

Y con todo eso no olvida profundizar en sus protagonistas principales, aquejados de los males de la soledad que conlleva el oficio, alejándolos de estereotipos y aún más de meras descripciones en un papel. Y todavía tiene tiempo para que los personajes secundarios tengan su protagonismo en voz y carne conformando un coro de caracteres complementarios que le otorgan a la obra la complejidad necesaria que la dota de máximo interés.

El ladrón de rostros recoge la dicotomía ancestral del bien y del mal para enfrentar al lector a reflexiones y preguntas sobre la impecabilidad. Si la fe mueve montañas ¿cómo no va a sacudir mentes? Si la religión ilumina ¿cómo no va a deslumbrar? Si se obra atendiendo la voluntad de Dios ¿cómo va a ser pecado?

El ladrón de rostros es una novela policiaca rural que advierte de que todo gallinero tiene su zorro.

Las dos novelas anteriores protagonizadas por la suboficial Ane Cestero y la UHI también se han reseñado en este blog. De nuevo cubierta bien cuidada: efecto gotas de agua cayendo y formando círculos sobresaliente; mapa imprescindible y grafismo para quien no sepa lo que es una argizaiola. No se conformen con leer una si pueden leer las tres:

La danza de los tulipanes

La hora de las gaviotas

viernes, 10 de febrero de 2023

A bocajarro de José Manuel del Río

Probablemente si les hablara de comer crudo, pensarían en fruta, hortalizas, un condimentado tartar o un colorido sashimi y les resultaría apetitoso y agradable a la vista.

No sería así si, en realidad, me estuviera refiriendo a la escena de un gran felino africano devorando una joven gacela o un gran cocodrilo del Nilo triturando, más que masticando, una cría de cebra.

No. No es lo mismo hablar de un asesinato calculado e incluso tal vez mal justificado que la muerte de una joven, casi una niña, asesinada a bocajarro. En crudo.

A Carla la han echado de este mundo antes de poder conocerlo, amarlo, aborrecerlo. A Carla la han asesinado y a Martín y a Toni, agentes del grupo de Homicidios de la Policía Judicial de Madrid les toca resolverlo.

Un caso de los que nadie quiere; por ser la víctima tan joven y porqué sin pistas ni testigos es de los que se enquistan y acaban en una carpeta acumulando polvo.

Nada es cómodo en este caso, ¡cómo si alguno lo fuera!, no ayuda que la jueza sea exigente, que el comisario Cañas esté a punto de jubilarse, que los padres de la víctima hayan pasado del hundimiento por el llanto a una determinación alarmante, que alguien con un anillo reluciente y vinculado a la prostitución aparezca de repente.

No, nada ayuda y Martín, el veterano de los dos, intuye como se puede llegar a complicar todo y teme que se le vaya de las manos.

José Manuel del Río emplea un léxico actual, callejero, de pandillas, de bandas; construye frases como salivazos; emplea las palabras como pinchos, buscando el lugar donde clavar. Y adereza la historia con el calor del que hace gala Madrid cuando se pone en cinemascope, para que la angustia y la urgencia se sumen al sudor.

A bocajarro es una novela negra servida cruda, que muestra el peor de los lados malos que tiene quien es capaz de asesinar. Transcurre por barrios que si están en los mapas es para que nadie vaya a ellos por error. Evoluciona entre gentes de mal vivir, mal pensar y peor toma de decisiones.

Es en la periferia de la periferia donde empieza el abismo que equipara a humanos con fieras salvajes y no importa quien sea la víctima.

Y lo peor, tampoco importa el motivo.

domingo, 5 de febrero de 2023

El Tiempo de las Moscas de Claudia Piñeiro

Una mosca, ese díptero odiado por muchos y venerado por algunas culturas remotas, aparte de poder volar tiene la ventaja de poder ver a cámara lenta lo que en realidad transcurre en un, tal vez, nanosegundo.

Inés envidia esa capacidad. Poder ver, foto a foto, todo el alcance, la importancia y la trascendencia de un gesto. Tal vez por eso, porque nunca la tuvo ni tendrá, le gustaría tenerla.

De haberla tenido tal vez no hubiera disparado y ni Charo hubiera muerto ni ella hubiera lanzado su vida por la borda. Asociar la cárcel con el mar solo es bueno si puedes mantenerte a flote durante el tiempo que allí estés.

Hay que aprender a socializar y a empatizar, algo que para Inés resulta tan abstracto como interpretar un Pollock cabeza para abajo.

Inés ya está en la calle, lo que se puede entender como estar en libertad si no fuera porque las cadenas que la atan no son físicas.

Ha abierto un negocio de fumigación amable y comparte oficina con la Manca que va de detective privado básicamente investigando a quien pone cuernos. Ambas eliminan bichos.

En una de sus visitas desparasitadoras, Inés recibe una propuesta, no exenta de un buen pago, en dólares, que tiene su riesgo. O sale rica o sale presa. Le dicen que ella, que ha matado, está capacitada para entender que la venganza es el mejor remedio para curar la vergüenza.

Y entre las dudas y las decisiones y las consecuencias va transcurriendo la novela para encarar un final que Thelma y Louise contemplan desde primera fila comiendo palomitas.

El Tiempo de las Moscas es una novela negra que refleja un estado social donde la contradicción humana es la base de las acciones. Es una novela que no pretende dar respuestas ni soluciones, si acaso generar interrogantes que tienen a la mujer en el ojo del huracán, ¿quién decide cual es el comportamiento correcto? ¿es madre quien pare o quien quiere? ¿por qué la igualdad y los derechos han de ir de la mano del feminismo y no pueden generarse por el solo hecho de ser persona? ¿por qué los oficios discriminan por sexo o por género y no por aptitud?

Claudia Piñeiro, hace que El Tiempo de las Moscas la protagonicen mujeres. Todas, a su manera, supervivientes. Es una novela femenina por su condición, feminista por su intención y humanista por vocación.

Cada uno de nuestros actos es consecuencia de pensamientos que no son lineales. Los neurotransmisores tienen voz propia, cada cual la suya, distinta, y en esos nanosegundos que se tarda en decidir un gesto, ha habido decenas, cientos, miles de conversaciones cruzadas de partidarios y detractores, ¡votemos! Se oye de vez en cuando para aplacar la discusión y para elegir una acción.

No es una novela fácil pero una vez establecida la sinapsis ya no hay vuelta atrás. Hasta el final. No, dejémosla. Tal vez unas páginas más. Hay que leerla toda sin dudar. ¿Tú crees? ¡Votemos!

miércoles, 1 de febrero de 2023

La Dama del Lago de Laura Lippman

El anhelo de ser alguien en la vida suele tener como consecuencia renunciar a ser uno mismo. Es el precio que hay que pagar al diablo por alcanzar la notoriedad.

Madeline Maddie Schwartz está en el paréntesis previo obligado por su religión y avalado por su tradición, o sea, y, en definitiva, su ley, para obtener el divorcio.

A punto de cumplir 38 es mayor para, por ejemplo, encontrar según qué empleo, pero es joven para, por ejemplo, darle un giro y un empujón a su estrenada, desconcertante, inquietante y ansiada condición de mujer libre e independiente.

Su participación en la búsqueda de una niña desaparecida, será el primer paso para un objetivo ambicioso: ser redactora en un periódico. Periodista. Y el cuerpo encontrado de otra joven, Cleo Sherwood, en la fuente de un lago dará pie a una tarea de periodismo de investigación que puede terminar con su sueño o bien abrirle las puertas a conseguirlo.

Laura Lippman, a quien conocimos en la magnífica Piel Quemada, nos ofrece una versión sorprendente de su talento como escritora. Un cambio de registro absoluto del que se sale airosa, dándole un nuevo enfoque al concepto noir tradicional. Todo muy medido, muy mesurado, para ir conociendo a la nueva Maddie a la par que se va descubriendo la trama.

A partir del hilo narrativo en tercera persona que supone el ir desarrollando el argumento, va otorgándoles voz a los secundarios que van apareciendo para que en primera persona ofrezcan su versión sobre la joven muerta y aporten detalles que vayan conformando el conjunto de la historia.

Una apuesta arriesgada ya que ralentiza el ritmo, pero interesante por la vertiente psicológica que permite conocer más y mejor el interior de cada cual.

Una novela negra, policiaca, que se apoya en el hallazgo del cadáver de una joven negra para denunciar la sumisión a los preceptos religiosos, la segregación racial y la discriminación por género. 

Y para demostrar, a esa sociedad blanca y patriarcal, que incluso una joven negra muerta puede y debe tener interés público y ocupar espacio de información en un periódico; y que una mujer viva puede y debe tener oportunidad para decidir libremente que hacer con su vida y elegir profesión.

La Dama del Lago es una crónica social partir de unos hechos relatados por todas las personas que de una u otra forma tuvieron participación en ellos. Es también una defensa del derecho de toda mujer a ser, ante todo, persona. Es una investigación sobre un caso criminal llevado a cabo por una aprendiz de periodista, contra la opinión de sus jefes y ante el desdén de la policía que no ve relevante investigar la muerte de una negra.

Así de contundente. O blanco o negro.

viernes, 27 de enero de 2023

La Señora de Chicago de Marc Tinent y Pablo M. Collar

En 1913 Alice Clement es una de las primeras mujeres policía de la historia de Chicago. Ni su acceso al cuerpo ni sus primeros meses en él ni en la calle han sido fáciles.

El rechazo de la sociedad y el menosprecio de sus compañeros, a quienes cuesta digerir ese avance femenino en territorios tradicionalmente asociados a hombres, y especialmente a rudos y distantes, que infunden respeto y, todavía más, temor.

El físico de Alice Clement, menuda con ligero sobrepeso y cara de luna, suscita comentarios injuriosos, pero pronto es temida en el mundo del hampa y con su tesón, sus métodos y sus brillantes resultados consigue que se le respete y, ni que sea en privado, se empiecen a reconocerle aptitudes y méritos y obtenga un grado mayor de confianza de sus superiores.

En esa época Blanche Labadie es la Reina de las Estafas en la ciudad, y su modo de hacer se aleja tanto de los delitos de sangre como de la temible Mona Allen: una rival que tiene atemorizados los bajos fondos.

A Mona Allen se la conoce como la Reina de los Timos, es la Señora de Chicago ofrece protección a cambio de remuneración, y para la agente de policía Alice Clement se convierte en su particular enemiga público número 1 en su lista de delincuentes a capturar. Y no va a desistir hasta conseguirlo.

Estamos en 1917, el crimen organizado florece por doquier y Alice Clement enfila su carrera para ser la primera inspectora de policía de Chicago, un hito en la lucha feminista, por lo que no duda en aliarse con Blanche, intereses distintos pero mismo objetivo, para capturar a Mona.

En el argumento de La Señora de Chicago se va narrando la biografía de Alice Clement, su vida particular, su vida familiar y su vida profesional, intercalándolas entre sus investigaciones, y enfrentándola a un gran caso criminal.

Y lo hace de tal modo que la investigación policial sea el centro de una historia costumbrista y no al revés lo que hubiera supuesto alejarse del noir y adentrarse en el melodrama.

Marc Tinent ha escrito un guion muy medido para mantener el equilibrio en la delgada cuerda que separa la realidad de la ficción, y la documentación de la fantasía. Combina con mucho acierto ambos extremos con lo que consigue un dialogo fluido con mucho ritmo que, como buen thriller, no da respiro.

El dibujo de Pablo M. Collar recuerda a los planos del cine mudo con poco movimiento de cámara, reiteración en los encuadres y en las expresiones y poco detalle en los escenarios, ya que el foco está donde está la acción. La paleta de colores tiende a languidecer el tono de la historia.

El subtítulo: Un caso de Alice Clement, hace sospechar, e ilusionar, que sea el inicio de una serie con continuidad, lo que se agradecería notablemente.

La obra se acompaña de un apéndice al final que, con una biografía sucinta y un buen archivo fotográfico, facilita el acercamiento a la Alice Clement real.