miércoles, 26 de septiembre de 2012

Fetish, Split, Tara Moss

¿Que pasaría si Corín Tellado escribiera hoy y a sus recatadas enfermeras, maestras, novicias, estudiantes y otros femeninos menesteres las alimentara con comida japonesa, les sirviera vinos de boutique, las vistiera con ropa de marca exclusiva y lencería quita hipo y las enfrentará con sádicos violadores, torturadores, secuestradores, psicópatas y otros enfermos mentales con cuadros clínicos de toda índole y perversión?

Pues que firmaría como Tara Moss. Y no es un demérito para ninguna de las dos, o si, pero en cualquier caso queda dicho como una constatación y para conclusiones cada cual.

Tara Moss (1973) produce y participa en programas de radio y televisión y presume de haber pasado mucho tiempo en morgues, cárceles, comisarías, coches patrulla, juzgados, y practicando con armas, volando en helicópteros y asistiendo a actos en la academia del FBI, todo para documentarse y vestir con algo más que un tanga de color carne (única pieza propia de las modelos) el cuerpo de los argumentos de sus best sellers.

El resultado a ojos vista es que Tara Moss no hace novela negra, ni enigma, ni policial, por mucho que se empeñen en afirmarlo quienes bien la quieren y quienes le otorgan premios por ello. Es novela romántica salpicada de tópicos peliculeros para darle un toque de morbo pero desde luego poca literatura cabe en el envase del sexy thriller.

Tara Moss se está haciendo grande como novelista vendiendo a medio mundo y en muchos idiomas una obra escrita por ella (el polígrafo lo confirmó y el polígrafo no miente) que no se puede tomar en serio, al menos en sus dos primeras entregas. Está claro que la belleza, el sex appeal, los contactos, el dinero, el glamour, la han ayudado a encumbrarse rápidamente como escritora sin tener en cuenta que para ello no basta con saber escribir. De igual modo que una cosa es cocinar y otra, y muy distinta, ser cocinero.

Makeede Vanderball, la protagonista, es modelo desde los 14 años y ya con veintitantos, y con el reconocimiento obtenido por ser portada de relevantes revistas y deseada en pasarelas, renuncia a la exclusividad fulll time de su profesión para centrarse en sus estudios, costeados gracias a interminables sesiones fotográficas y desfiles por pasarelas. Es psicóloga forense y está cursando un master y preparando su tesina.

Es una belleza rubia natural de melena en cascada, alta, mide 1,80 cms, largas piernas y delgada, como toda modelo que quiera hacer carrera. Su madre acaba de fallecer de cáncer y su familia directa la forman su padre, Les, policia retirado, y su hermana Theresa, tres años menor y de talante conservador y sin más aspiraciones que ser una buena esposa, buena madre y buena ama de casa.

Cualquier parecido con la autora, Tara Moss, modelo de reconocido prestigio, en pasarelas y portadas hasta los veintitantos, licenciada en periodismo, de largas piernas y una altura de 1,85, madre fallecida de cáncer, un mieloma múltiple, y padre y hermana como única familia directa, es pura coincidencia.

Pero cada cual escribe de lo que sabe, de los lugares que conoce, de las personas que le inspiran. Y es normal que el/la protagonista tenga siempre algo de quien escribe. A modo de alter ego.

Fetish es una novela que transcurre en Sidney, levantada a base de tópicos que funcionan: sexo, sangre, comida japonesa, toques cosmopolitas y bella y bestia. Es la presentación de Makedee (Makeydí como ella no se cansa de repetir ya que nadie pronuncia su nombre correctamente) y la del Asesino de los Tacones de Aguja, psicópata fetichista de comportamiento lúbrico y escabroso hasta aburrir que fija su atención en ella con lo que esto supone. La novela sigue el patrón que debe estar en algún sitio bajo el título Las diez reglas básicas para escribir un thriller y bien podría ser un apañadito trabajo de instituto.

Split, su segunda novela y enlazada con la primera, aunque legible de forma independiente, transcurre en Vancouver y es aún más sosa y romántica que la anterior, aunque intercale retazos intelectuales en forma de ensayo sobre el comportamiento asesino de psicópatas y similares para darle más prestancia. Otro serial killer hace su aparición y Makedee, que parece un imán para este tipo de personajes, se ve envuelta en una situación de alto riesgo. Otro episodio de Los peligros de Pamela. La actuación policial es de sit com de risa y el desenlace es tan apresurado como poco plausible.

Alexis Ravelo, gran escritor de los de verdad, recuerden aquí su serie con Eladio Monroy, escribía hace nada en Revista Calibre 38 un lúcido artículo que expresa menos eufemísticamente la realidad de este mundo literario plagado de subproductos. Léan, leán y verán como el mejor Château que guardan en su despensa igual es de garrafa. El envase, por muy logrado que sea, puede engañar.

Post scriptum: atendiendo los comentarios de la autora, vean en este blog la reseña de su novela Te encontraré.
  

viernes, 21 de septiembre de 2012

Las ficciones del asesino de Diego Llergo

¿Cómo harían para crear un perfume que recogiera su esencia? Que absorbiera sus pensamientos y sus sentimientos, los licuara e hiciera de ellos un liquido que oliera a su verdadero yo... Ni lo intenten. Vayan directamente a casa de Lucía y ella se lo preparará.

Las ficciones del asesino se autodefine como una novela circular, y lo es, estructurada con una trama principal, y la tiene, con relatos cortos intercalados y ahí están, y también con micro relatos y helos ahí. Pero lo que no dice es lo que pretende, ya que eso es algo que cada lector debe averiguar pues para cada uno va a tener distinto significado. Así son los viajes iniciaticos y esta novela hay que tomársela como si fuera uno de ellos, aunque sin la pretensión de serlo realmente.

Juega con la conciencia y la ligereza del alma; con lo efímera de la vida, cuyos instantes pueden ser tan cortos como un micro relato o tan largos como una novela.

Al coger la novela están cogiendo un billete hacia una lectura inclasificable. Un viaje hacia lo onírico. Una novela casi fruto del azar de una combinación impredecible de palabras generada por un programa informático. Un viaje al uso de Borges. No es casualidad la palabra Ficciones.

Diego Llergo es un asesino a sueldo; tan bueno que se puede permitir el lujo de elegir los encargos y con tanto dinero como para poder pasar de los que no le convienen. Es además un escritor en ciernes, que transcribe sus ideas en pedazos de papel de aquí y de allá en una suerte de puzzle que espera componer algún día en una novela publicable.

En el último encargo aceptado debe matar a una mujer, Andrea Prigioni, y en eso está cuando le sobreviene un juego curioso. Un duelo a pluma y bolígrafo, Montblanc Bohéme contra bolígrafo publicitario; un desafío creativo cuyo premio es la vida y en el que la derrota significa la muerte. Al mejor de tres. Aunque tal vez, como en el tarot, no sea una muerte física, solo sea el fin de algo y un nuevo principio; una oportunidad de redención.

Diego Llergo, el autor, que comparte nombre con el asesino escritor, nos ofrece una novela negra distinta, que seguramente debió pulir más y a la que debió largarle un poco más de cuerda en algunas de las situaciones pero es lo que tiene ser honesto, arriesgado y escritor por internet, que a veces se te lengua la traba y el magín confúndase con el sifón.

La novela es breve y se lee de un tirón. La sensación es de asistir a una performance experimental, que resulta agradable, fácil de digerir y que acaba sin pesadez de estomago ni de cerebro. Queda no obstante la sensación de que se ha perdido algo, de que el autor ha encriptado parte de su mensaje y que tal vez una segunda lectura sea más que conveniente.

En cualquier caso es divertida y anima a pensar un poco sobre la vida y la muerte, sin mucha seriedad pero reflexionando. entren en el blog del autor para saber más de él y lean esta novela pinchando aquí.

Un abrazo y agradecimiento a
http://novelanegraypoliciaca.wordpress.com/?s=llergo por dar a conocer esta obra.
El juego de los chinos, o el piedra, papel, tijera, al mejor de tres, acaba de ser sustituido por el de micro relatos. ¿Hace una partida?

viernes, 14 de septiembre de 2012

Out de Natsuo Kirino

Out es una novela negra japonesa, con todo lo que este gentilicio conlleva. Aproximarse a la literatura japonesa con nuestra mirada occidental es entrar en otro mundo. Puede sonar a tópico, pero la literatura japonesa es un territorio de elegancia, de contención. El imperio de lo sutil. Ya hablamos de ello cuando tratamos ‘La devoción del sospechoso X’ recuérdenlo aquí.

Pero además de ser una novela negra, Out es una denuncia a unos principios sociales obsoletos, una crítica feroz contra el machismo y un canto a la libertad del prisionero.

Su autora Natsuo Kirino (1951), mujer, elige cuatro personajes: Masako, Kuniko. Yayoi y Yoshie, todos femeninos para escribir una historia con dejes surrealistas y la aborda con la parsimonia con la que parecen afrontar los orientales hechos por los que en occidente nos subiríamos por las paredes.

Encontramos de nuevo esa conexión con la comida, como ya viéramos en el post de El sospechoso X, puesto que lo que une de entrada a las protagonistas es su trabajo en el turno de noche en una cadena de producción de comida precocinada (entre otros platos, arroz con curry).

Todas presentan una vida de penuria económica y trabajo alienante y una situación en casa desfavorecida y ninguno de los familiares con los que conviven agradece su esfuerzo, ni su dedicación y entrega. Al contrario: reproches, exigencias, golpes, gritos y desprecio. Viven una vida túnel para el que no existe salida. O tal vez si.

Un hecho imprevisto, homicidio u asesinato, tanto da, las une en ayuda de la compañera verdugo y a la vez damnificada (o afortunada) por la situación y esto va a dar pie a una particular novela negra con un trasfondo más que evidente de humor gore, como no podía ser de otra manera para que encajara a la perfección, y que gracias a este humor va permitiendo tomar aire para sumergirnos en un nuevo giro cada vez más absorbente.

A medida que avanza la trama vamos poniéndonos en la piel de cada una de estas mujeres y vamos entendiendo sus motivos y sus razones para hacer lo que hacen. Y deseamos fervientemente que su vida mejore y trascienda de esa cárcel rutinaria que las mantiene encerradas y anuladas.


Pero lo que en un principio constituye el nexo de unión y supone un lazo de amistad acaba mordiendo como una ligadura apretada y los recelos y las suspicacias dan un giro a la relación y enriquece, con nuevos aspectos psicológicos, una trama ya de por si suficientemente compleja para presentar como nota curiosa, dos finales: uno referido a una subtrama con vida propia que ha ido creciendo paralela al mainstream y otro que corresponde al de la propia novela en si.

No hay inocentes y criminales que discriminar; hay seres humanos sojuzgados por la realidad y que luchan por salir a flote a respirar. Es pues, también, como decíamos al principio, una novela de denuncia social y una crítica por los roles familiares y laborales en una Japón ahogado por la crisis.

La autora Natsuo Kirino tiene esa habilidad en su forma de escribir, la de transmitirnos los sentimientos de sus protagonistas e inoculárnoslos en el punto preciso bajo la epidermis para que sintamos lo mismo que sienten. Y lo consigue.

Cada personaje parecido pero completamente distinto, con la misma tipología de  problemas pero distintos anhelos, con la misma insatisfacción pero distinta vía de complacencia. Un verdadero crisol de caracteres perfilado psicológicamente con maestría.

Pero ojo, no se llamen a engaño, recuerden cuando se la pongan delante que tienen en sus manos una novela japonesa. O se goza o se sufre. O ambas cosas a la vez.

viernes, 7 de septiembre de 2012

El desconocido de Robert Crais

Robert Crais es un peso pesado en el mercado americano actual. De los valores seguros y en alza, en la línea narrativa de Michael Connelly, amigo hasta el punto de que en novelas de ambos se citan sus protagonistas en un divertido guiño.

Guionista prolífico de series de TV tan premiadas y recordadas como Cagney & Lacey, Miami Vice (Corrupción en Miami), Hill Street Blues (Canción triste de Hill Street), L.A. Law (La ley de Los Ángeles) o The Equalizer (El Ecualizador) por citar las más famosas, se lanza a escribir novelas al necesitar crear fuera del encorsetamiento al que lo someten las productoras, y entre relatos cortos, ensayos sobre el género y otras obras surge la serie que protagonizan Elvis Cole y su inseparable amigo Joe Pike.

Esta serie ofrece un permanente homenaje al género negro clásico del que Crais reconoce estar agradecido y los guiños y las referencias no pasan desapercibidas para los lectores avezados.

Crais es un escritor que permite vivir la trama desde dentro de la acción, gracias a que su escenificación es precisa y geolocalizada perfectamente y la evolución argumental rápida y con poca concesión a recrearse en aspectos irrelevantes para dar paso a diálogos que permiten avanzar a un ritmo de velocidad de crucero. Constante. Por lo que sus novelas mantienen ya desde el principio ese punto necesario para atrapar la atención y no soltarla.

Elvis Cole, su nombre si tiene que ver con el que piensan, es un ex-combatiente de Vietnam y ex-policía que vive como detective privado, el mejor del mundo, y que cuenta con la inestimable ayuda de su inseparable y entregado amigo Joe Pike que a modo del Win de Myron Bolitar es capaz de matar sin pestañear y de moverse con el sigilo de quien no existe.

En esta novela El desconocido, Elvis Cole, es despertado por la policía que ha encontrado un moribundo que dice ser su padre. Elvis se sorprende no por la noticia sino porque efectivamente nunca a conocido a su padre y que esa posibilidad sea ahora real lo pone en movimiento. Escéptico pero esperanzado.

Escéptico porque su último caso le reportó tanta popularidad que cualquier chalado diría lo que fuera por unos minutos de fama y esperanzado porque la búsqueda de su padre lo marcó durante la pubertad y adolescencia más allá de lo que se pueda imaginar.

Es pues una novela introspectiva, de gran tensión emocional del protagonista y de gran tensión argumental en la comprometida trama en la que se va envolviendo por dilucidad la verdadera personalidad de El desconocido.

La trama salpicada de flash backs de la vida de Elvis interesa tanto por lo que descubrimos de su biografía como por donde se encaminará el desenlace del caso presente en el que tanto la policía como el propio Elvis parecen tener intereses contrapuestos, lo que obliga al detective, una vez más, a tomar caminos heterodoxos y a Pike a actuar en consecuencia.

Sin duda alguna y por poner al desnudo esa parte desconocida de la personalidad de Elvis, una infancia emotiva y desamparada, ese aspecto de la fragilidad humana, es una de las mejores de la serie.

Una serie que si no la conocen deberían plantearse seriamente darle una oportunidad.

Les sugiero que lo hagan. Empezando por el principio, por El mono bajo la lluvia y continuando con El manuscrito samurai... y ya no se podrán detener.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El safareig dels morts de Marta Banús

Aún sin inventar la lavadora, los municipios solían disponer de unos lavaderos (safareig en catalán) públicos donde las mujeres acudían para lavar la ropa. Los lavaderos eran así mismo, por su lugar de encuentro, centro de cánticos, conversaciones y chismorreos y fuera de las horas habituales se convertían en lugares solitarios y silenciosos.

El safareig dels morts o lavadero de los muertos, adyacente al de los vivos pero convenientemente separado, estaba dedicado al lavado de enseres, ropas de cama y de uso personal de los fallecidos en un claro intento de imponer higiene y evitar el contagio y transmisión de enfermedades.

Agatha Christie sentó las bases de esta novela cuando puso en boca de Jane Marple y de Raymond West el diálogo en el que este renegaba de Saint Mary Mead por considerarlo como una pequeña charca en donde nunca ocurre nada y su tía, miss Marple, le reconvenía aduciendo que una charca tiene en su microcosmos las mismas vivencias y los mismos sentimientos buenos y malos que en una gran ciudad y sus habitantes idéntico comportamiento.

Marta Banús (Barcelona, 1949) ha escogido su charca: la colonia Bartet. Can Bartet es una colonia ficticia claramente inspirada en la existente de Can Vidal, entre un total de diecisiete asentadas a lo largo de 30 kilómetros del río Llobregat, de la comarca del Berguedá y que permite ser visitada por lo que Marta ha podido documentarse perfectamente para vestir esta novela de un realismo absoluto.

Marta Banús es la escritora que con El Safareig dels morts, una novela negra muy costumbrista, nos permite durante el rato que dura la lectura y con precisión histórica, conocer en propia carne como se vive y que se siente cuando el mundo se reduce a las construcciones de una Colonia textil.

Consigue que viajemos en el tiempo para sumergimos en plena época industrial dentro de ese entorno cerrado y rural en donde lo más excitante es la visita anual del cinematógrafo y la celebración de las fiestas patronales.

Colonia Can Vidal. Pinchen en este enlace para acceder a un mapa interactivo

A través de su lectura escuchamos el ruido del viento y oímos el clop-clop de los cascos de los caballos del cabriolé, el tañido de las campanas de la iglesia y el ulular de la sirena del cambio de turno de la fábrica. Sentimos el ambiente caluroso en la piel y detectamos la mezcla confusa de muchos olores, tanto del polvo que se levanta al pisar los caminos, como el aroma que exhalan las flores y las plantas y el de humedad que transmiten las paredes que dan a norte. Es tal el grado de realismo descrito que verdaderamente nos sentimos dentro de la Colonia. Es una lectura muy especial.

Para los patronos Bartet, la Colonia, su Colonia, Can Bartet, es una entelequia en su sentido más clásico y filosófico. Su prepotencia casi divina no permite rebajar el nivel de perfección de su obra y por eso, ante la aparición de un lobo entre tanta oveja deciden que hay que extirpar el mal antes no enraíce o peor, contagie. Por eso cuando el cadáver de la Anselma, mayordoma del capellán es descubierto asesinado solicitan del juez la máxima dedicación y esfuerzo para descubrir al culpable.

El inspector judicial Esteve Ruscalleda, un grandísimo acierto de personaje, es el encargado de trasladarse a la Colonia para llevar a cabo las diligencias oportunas de una investigación que no resulta fácil ni agradecida. El inspector es un joven culto, con un pasado incierto y viajado y con algún oscuro secreto por desvelar como el que le ha supuesto que en su juventud presente el cabello completamente blanco. Es meticuloso y perseverante, elegante, educado y con un carácter difícilmente doblegable.

La Colonia tiene el ambiente viciado, la convivencia forzada y claustrofóbica fomenta rencores y destapa las miserias que surgen de la diferencia de clases; la bondad no es más que hipocresía disfrazada. Quien más quien menos está quejoso. Este microcosmos tiene su catálogo de envidias, de deseos silenciados, de servilismo extremo y por ello Ruscalleda tiene ante si todo un universo de caracteres, magníficos personajes hábilmente personalizados por la autora, donde escarbar para sacar algo en claro se antoja titánico.

Es una muy buena novela negra de payés con una historia muy redonda en toda su narración, donde brilla especialmente su costumbrismo y sus personajes y de la que una vez empezada es imposible sustraerse. Si leen en catalán no pueden perdérsela y si no, estén atentos a su edición en castellano para coger ese tren de vapor que encabeza La Gironella y que les trasladará a Can Bartet.

Marta Banús nos ha mostrado que no solo se tejen hilos para piezas de ropa en una Colonia textil, sino que también se tejen secretos con rencillas que acaban en muerte.

Lean aquí el primer capítulo.
Aquí una interesante entrevista con la autora  
Y aquí para saber más de la Colonia Vidal, con datos e imágenes.