miércoles, 1 de mayo de 2013

Con el agua al cuello de Petros Márkaris

Atenas, Grecia, 2010. Año primero después del rescate económico propiciado por las tropas de consultores financieros de la troika. Con el agua al cuello. Nunca un rescate se ha sentido tanto como un ataque.

Si la circulación en coche por Atenas de normal ya es complicada por no decir muy difícil, ahora, en estos momentos en los que a las habituales e interminables obras se suman manifestaciones y actos masivos y espontáneos de rechazo y vilipendio a la gestión política y económica, se convierte en algo poco más que imposible.

En esta Atenas caótica es por la que se desenvuelve mal que bien nuestro comisario Kostas Jaritos en la investigación de un caso que le requiere, casi más de lo habitual, desplazarse arriba y abajo sufriendo todo este tipo de inconvenientes y malos ratos que le sirven al autor Petros Márkaris para contextualizar de una forma muy gráfica, convincente y sufrida, el abstracto concepto de la crisis: solo hay que ponerle rostro a las cifras, a los despidos, a los parados, a los desahuciados, a los suicidas.



Crisis: una enfermedad del sistema, generada por unos virus auto inmunes, que afecta a las personas económicamente más débiles y retrasa los relojes de la evolución social treinta o más años atras, para beneficio de unos pocos. Para beneficio de los de siempre. Un tsunami capaz de destrozar en un segundo unos principios éticos y justos levantados piedra a piedra durante decenios.

Kostas Jaritos y su mujer Adrianí han regresado de Estambul, donde protagonizaron Muerte en Estambul, (recuérdenla aquí) para la boda eclesiástica de su hija Katerina con Fanis y no bien 
acaban de finalizar los festejos ya hay un cadáver que investigar. Un banquero jubilado acaba de ser hallado decapitado en su jardín.

Los ciudadanos de media Europa, que están con el agua al cuello, tienen claro donde encontrar culpables a esta situación pero es difícil atrapar un jumbo yendo andando, por eso el pataleo solo da para gritos y caceroladas, aunque esta vez parece que alguien esté yendo más lejos en su deseo de hacer pagar a alguien los platos rotos. O tal vez sea un acto terrorista con un propósito revulsivo. Todo dependerá de si hay más o es solo algo aislado.



 

Con el agua al cuello es otra novela más de Márkaris y otra más de Jaritos, en esa línea habitual de novela negra doméstica a la que nos tienen acostumbrados, Petros Márkaris pone el dedo en la llaga de la conciencia colectiva para denunciar una sociedad enferma mediante un caso delictivo.

Como siempre las frases hechas que sentencian conversaciones y el sentido común, aunque no lo parezca, son cosa de Adrianí, insoportable mandona de gran corazón, y las expresiones más complejas las saca Jaritos de su Dimitrakos: a falta de otros vicios, todos necesitamos un hobby, un hombre necesita un buen diccionario a mano, aunque solo sea para saber que son los bonos basura, los derivados o los hedge founds, por decir algo.

Y lo que no debe faltar nunca en una mesa griega es un plato de Souvlakis, esos panes de pita rellenos de cordero y hortalizas, como los que se comen en casa del matrimonio Jaritos con su hija y yerno viendo la final del mundial de fútbol entre España y Holanda.

Souvlakis


Ingredientes para el relleno de 8 unidades (aunque admite múltiples variantes):


400 gr de lomo de cordero cortado a daditos
¼ de kilo de tomates
1 cebolla mediana
4 hojas grandes de lechuga rizada
Sal
Pimienta negra molida
2 cucharaditas orégano fresco picado
1 cucharadas de aceite de oliva
4 panes de pita


Para la salsa:

4 cucharadas de yogur natural
60 gr de pepino
1 diente de ajo
Sal
Pimienta negra molida
2 cucharadas de vinagre de vino blanco
3 cucharadas de aceite de oliva virgen


Preparación:

Limpiar y cortar el tomate y la cebolla a medias lunas y la lechuga en juliana y reservar.

Preparar la salsa picando el pepino y el ajo muy finos, salpimentar y mezclar en un bol con el yogur y el vinagre de vino blanco. Con la salsa homogénea añadir el aceite de oliva y mezclar nuevamente hasta conseguir una salsa cremosa.

Sazonar la carne con sal, pimienta y el orégano y freírla en una sartén (preferible en fuego de carbón o leña ensartada como un pincho).

Coger el pan de pita previamente calentado y ligeramente tostado y partirlo por la mitad. Abrirlo y rellenar con trozos de lechuga, tomate, cebolla, cordero y añadir salsa para que quede bien condimentado.


Post scriptum: léan ya las reseñas de las dos novelas siguientes que culminan la trilogía de la crisis:

2. Liquidación final

3. Pan, educación y libertad
 

6 comentarios:

  1. Buena reseña y buena receta,sobre todo para hoy con el partido entre el Barça i el Bayern (mal lo veo), Puedes creer que no he leído nada todavía de Petros Markakis, aunque tengo varios libros de él? A ver si saco tiempo de algún sitio par hacerlo.
    Besos!

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    1. Como que tiene pocos te aconsejaría, si puedes, leerlos secuencialmente ya que la parte familiar sigue una evolución que así lo aconseja.
      Partido? no recuerdo que hubiera ningún partido...
      Un beso Laura!

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  2. Me he sentido muy confortada con esta novela. La crisis compartida agudiza la solidaridad. Antes han ido ellos, los griegos, y cada recorte, visicitud, injusticia ¿qué?, la podemos extrapolar y poco a poco se cumple en nuestra tierra.
    He leído la siguiente y la recomiendo, aunque esta me ha llegado más. Espero la tercera. ¿Y luego? ¿Para cuando el final feliz?

    lo curioso es que Jaritos, desbordado lógicamente, respeta más que antes a Adrianí. Ella no es la Troika y su sentido común se va imponiendo por momentos.

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    1. Voy a ir por la segunda, de esta trilogía sobre la crisis y como tú, espero que la tercera se demore lo suficiente para tener motivos para que sea más optimista.
      Saludos!

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  3. Sí, Jaritos va evolucionando desde el principio de su personaje y, desde luego, respeta mucho más a Adrianí.

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