Ante cazadores hay que evitar ser presa |
El cazador y la presa es la segunda novela de Lena
Svensson que tiene como protagonista a Greta Linber, joven propietaria de la
librería Némesis cuyo nombre se debe a su devoción por Agatha Christie.
Y como en la anterior, en esta nueva novela sigue efluviando
ese aire whudunit del five o’clock tea, o sea novela enigma
inglesa, aunque en esta ocasión se adentre en el lado oscuro y toque un tema de
novela negra fuerte y despreciable como suelen ser los casos donde las víctimas
son infantiles.
Aunque, fiel a ese estilo del ¿quién lo hizo?, no traspasa
la línea que ilusoriamente delimita la novela policial de la novela negra.
Y así el argumento no pretende la denuncia social ni pone
el dedo en la llaga de la podredumbre que suponen ese tipo de comportamientos
enfermos que la sociedad parece como si no quisiera afrontar y por tanto pasa
de puntillas sobre él y solo lo emplea para tejer el cobertor de tranquila vida
social del pueblo y cobijar la trama policiaca para su resolución.
Utiliza el medio para justificar el fin.
Otra diferencia clara respecto la novela anterior, y debe
ser algo inevitable en una escritora tan poliédrica, es la confusión de identidades y que se traduce por una cierta inclinación hacia el romanticismo que, si se impone, puede acabar convirtiendo
esta serie en una saga chic-lit.
Recuerden que Andrea
Yungblut es el nombre verdadero de esta escritora argentina y que firma con
seudónimo distinto según la temática de su obra, a saber: firma sus novelas
eróticas como Breeze Baker, las novelas de suspense como Sienna Anderson, las
románticas como Andrea Milano y las novelas de misterio policial como Lena
Svensson.
Y parece que la personalidad romántica de Andrea Milano gana terreno y pretende
hacerse hueco en detrimento de la personalidad policial de Lena Svensson como le correspondería por temática criminal, ya que
la novela empieza a nadar entre dos aguas y con ello la serie corre el riesgo
de naufragar desde el punto de vista policial.
Tal vez la tercera entrega (próximamente reseñada en este
blog) nos aclare hacia donde va la serie.
Greta Linberg, la joven, guapa, inteligente y atrevida
protagonista, se ha recuperado del susto que le supuso su intervención en el
caso anterior de asesinato y lleva una vida normal y rutinaria trabajando en su
librería y sin vida social y con su caos sentimental a cuestas, cuando de nuevo
un suceso criminal despierta en ella ese instinto detectivesco y la arrastra a
implicarse de lleno.
Instinto detectivesco parte heredado, su padre es el
inspector de policía de la localidad, y parte desarrollado, no en vano se ha leído
la gran mayoría de novelas policíacas y de misterio publicadas.
En esta ocasión el suceso trata del descubrimiento del
cadáver de una niña de 12 años, enterrada en el bosque lindante con la
localidad, que llevaba desaparecida once días con la consiguiente desesperación
de sus familiares y de toda la comunidad.
El caso involucra al personal de la comisaría, a Greta y
esta vez también a un refuerzo policial especializado proveniente de Estocolmo
que resulta ser un compañero de juegos de la infancia y un verdadero conocedor
de las artimañas delictivas en las redes sociales.
Una vez más, y siendo Greta librera negra y criminal,
alude a libros de género que está leyendo o almacenando en las estanterías y en
esta ocasión menciona El estrangulador de
Hyde Park de Anne Perry, para un viaje que hace en avión, y las novelas de
Arne Dahl y Anne Rule.
Currywurst |
Y si quieren entrar en el ambiente gélido donde
transcurren los casos no olviden prepararse una Currywurst, o lo que es lo mismo: salchicha con curry y salsa de tomate
o si les va más el dulce, pueden degustar unos Plinsen, especie de crèpe o panqueque, rellenos con mermelada como
hace la protagonista, pero tengan en cuenta, también dicho por ella, que es
receta infalible para el engorde.
La banda sonora de la novela la proporciona Something de The Beatles la canción
preferida de su madre Sue Ellen desde que se enamorara al oír a su, después
marido, interpretársela con la guitarra acústica.
Como te comente en su momento, no me acaba de convencer esa mezcla de géneros que toca la autora, quizá producto de ese afán por querer tocar muchos "palos". Un placer leerte como siempre, Jordi.
ResponderEliminarEs que cuando empiezo una serie, si es corta, tengo que terminarla y en eso estoy, cumpliendo con mi karma ,-)
EliminarUn abrazo Roberto!