Afganistán: encrucijada de guerras y conflictos |
Novela negra que transcurre en ese lugar donde los escorpiones son los amos.
Afganistán es un país
encrucijada de guerras y conflictos armados que ha visto a lo largo de su
historia como han desfilado numerosas banderas con el propósito, o al menos así
se explica, de garantizar la convivencia. El éxito a tal loable intento parece
cuando menos lejano sino imposible.
En una base militar internacional
de la OTAN en Afganistán compartida por soldados americanos, italianos y españoles ha
aparecido muerto en un barracón un suboficial español. Degollado con un
cuchillo amapolero, ese que usan los campesinos locales para cortar y recolectar
la sustancia que, tratada, da lugar a potentes drogas y a un
lucrativo negocio para los sempiternos señores de la guerra.
El muerto pertenece a la
Guardia Civil y Bevilacqua y su equipo son enviados a esa zona de conflicto, a 6.000
kilómetros de distancia de España, para encargarse de la investigación y resolver el asunto antes de que se vuelva espinoso.
Es un marrón pero ya sea
en kilómetro 0 como en La Cañada Real o a larga distancia como Herat, un
asesinato es un asesinato y si el muerto es del cuerpo más ahínco hay que
ponerle y sobre todo si puede haber ropa sucia que lavar.
La lectura no ofrece duda
alguna sobre el realismo del entorno, del clima, de la percepción de peligro, de
la vida en el campamento y de las sensaciones que allí se viven, Lorenzo Silva
es lo suficientemente riguroso como para saber que en sus argumentos fantasías
las justas y además ha recopilado los datos de primera mano: ha conseguido un mejor
documental que novela, donde chirría la parte policial, más floja que en
anteriores entregas.
Hay más de docudrama que
de novela negra y se diría que Lorenzo Silva ha suplantado la voz de Bevilacqua.
Se le nota cómodo en su papel de querer “contar la realidad contemporánea española” como explica en sus entrevistas reivindicando un puesto entre las obras de análisis social hasta ahora reservado a
historiadores y poco más.
Cuchillo amapolero |
Así las reflexiones y
diatribas, que dejándose llevar por el escenario y lo que allí se cuece toman
el control de la novela, relegan la parte criminal al pretexto necesario para
escribirla.
Algunos diálogos, puestos
en contexto castrense en zona de guerra, suenan poco creíbles por demasiado
literarios y la trama criminal resulta poco consistente. Lo que no quita que a
la novela y a su autor se le note el oficio y su medido sentido del ritmo que
hacen que la lectura se traduzca en placer.
Novena novela de la serie
protagonizada por esta pareja de la Guardia Civil que no defraudará a
incondicionales pero que viene a confirmar la ligera deriva que está tomando
desde el parón que sufriera hace unos años.
En este mismo blog
reseñadas las dos novela de Vila y Chamorro inmediatamente anteriores a Donde los escorpiones:
Le tengo ganas, pero quiero leer todas las anteriores, aunque no voy por orden. La última que lei, por ejemplo, fue "La marca del meridiano" y tengo que decir que no me entusiasmó, pero hay que admitir que se deja leer con interés.
ResponderEliminarSaludos.
Sin duda alguna para mi, las mejores son las de la primera época, antes del parón.
EliminarSaludos!
Me falta esta de la serie y le tengo ganas. Y más tras leer tu magnífica reseña.
ResponderEliminarUn beso.
A por ella!!
EliminarBesos Rosa!
Pues a mi me sigue gustando mucho Lorenzo Silva. Es cierto que este último te empapa de tufillo militar, pero entretiene de principio a fin.
ResponderEliminarNo lo niego, pero para mi gusto la atmósfera criminal, en el sentido clásico del género, con la que envolvía sus novelas de antes ha cedido el paso a otra más social que diluye la intención final de la lectura. Aún y así lo seguiremos leyendo .-)
EliminarSaludos!