Mistral, rosé y tomillo. |
A la Provenza se la identifica por muchas cosas, pero si
hubiera que decir solo tres y sin tiempo para pensar habría que mencionar al mistral,
al vino rosé y al tomillo.
El mistral, ese viento de noroeste, frío y seco y a veces
hasta un Viento mortal; el rosé, ese vino rosado favorecido por la
conjunción de clima, terreno y variedades de uva; el tomillo una de las plantas
básicas en el hatillo denominado hierbas provenzales usadas en casi todos los
platos que se sirven en la zona.
El capitán de policía Roger Blanc es de los que no ceden
y eso, y una investigación sobre corrupción que incomoda a altos cargos, le
supone la invitación para ser trasladado desde París a una recóndita localidad de
la bucólica Provenza y se le añade el irse solo, ya que su esposa Geneviève decide
que es el momento de terminar la relación y centrarse en la que mantiene con su
amante desde hace tiempo.
Roger Blanc se instala en un deteriorado, por vejez y
abandono, antiguo molino de aceite heredado de un tío lejano y entre la
restauración de la vivienda y la reubicación emocional y profesional no tiene
tiempo para añorar ni recordar.
Ayuda también que inmediatamente tenga un asesinato entre
manos. Un cadáver encontrado quemado en un vertedero, cuya identidad produce
alivio en algunos y preocupación en otros. Las pesquisas abarcan toda la zona y
ocupan todos los efectivos de la gendarmería.
Ese amplio escenario a recorrer permite al autor
describir las excelencias de esa zona de la región de Provenza, de sus pueblos,
sus alrededores, sus cultivos, su gastronomía y sus costumbres pero, como buena
novela policiaca, manteniendo el punto focal en el crimen.
Cay Rademacher |
Cay
Rademacher trata un guión, alejado de tópicos, desde el punto de
vista humano de los protagonistas y de cómo incide el crimen en un, por lo
general, plácido ambiente local y en el ánimo, por lo general, tranquilo, de
sus habitantes; sobre todo dibuja a un capitán Blanc que no se autocompadece ni
ahoga sus penas en alcohol, ni es lunático ni violento algo atípico según lo
que nos tiene acostumbrados el género.
El autor elabora un argumento con una interesante trama policía
fresca favorecida por el mistral, de
buen sabor merced al rosé y aromática y sabrosa merced al tomillo encuadrada en
ese subgénero que los críticos denominan el slow
crime y que es la primera de una serie que ya lleva tres novelas
publicadas, aunque aquí de momento solo haya llegado la primera.
¿A qué espera la editorial para publicar las restantes?
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