La campiña inglesa puede ser igual de entrañable que terrorífica. |
Laura Prats es una agente inmobiliaria barcelonesa con
proyección profesional limitada por su desconocimiento de inglés. Pertenece a
una época en la que en España no conocer idiomas extranjeros, vehículo de ideas
nocivas y pensamientos quizás impuros, era considerado una exaltación al honor
patrio. Cervantes sojuzgaba a Shakespeare.
Las nuevas generaciones, sin embargo, pisan fuerte y el
dominio del inglés hoy se antoja imprescindible por lo que Laura decide dedicar
sus vacaciones a una inmersión lingüística en la misma Inglaterra.
Internet le oferta distintas alternativas que a poco que analiza las va descartando por otras tantas razones, hasta que encuentra en la propuesta de Mrs. Grose, una anciana profesora jubilada, el
encaje a sus necesidades. Lo malo es que hay más postulantes y solo una plaza
por lo que deberá cumplimentar el test de selección de forma convincente y tener suerte, algo que no le ha acompañado a lo largo de su vida precisamente.
Claro que si Laura llega a saber que la paz de la campiña
inglesa, a casi 150 kilómetros de Londres, no es más que la entrada al museo de
los horrores seguramente hubiera cerrado la página web sin dedicarle ni un
nanosegundo.
Carme Riera despacha un episodio comúnmente frustrante de
la historia de este país, un ejercicio catártico basado en una experiencia
propia tanto por la dificultad de aprender tarde el idioma como por el método y
lugar elegido para hacerlo, con un argumento tenebroso y enfoque tragicómico.
No consigue el suspense suficiente ya que ella misma se
encarga de que desde el principio anticipemos lo peor, y al final resulta menos
de lo que habíamos imaginado, porque prefiere potenciar la ironía de una
situación cotidiana llevada al absurdo a imagen y semejanza de films con los
que busca descaradamente su analogía y que refuerza con citas literarias que
completan el conjunto.
Carme Riera |
Todos esos guiños, a Rebeca, Cumbres borrascosas y Psicosis
como más destacados (sin olvidar a Henry James y su Otra vuelta de tuerca) harán
las delicias de quienes disfruten con la novela gótica siempre y cuando no
esperen de esta lectura nada más que un divertimento que acaba siendo un
conjunto desparejado y mal cosido.
Despertar en la campiña inglesa con el sol en alto puede
ser la bella culminación de un dulce sueño; despertarse de madrugada con una
fuerte tormenta exterior y gritos y lloros en el interior puede ser el inicio de
una terrorífica pesadilla.
Al final resulta una lectura fácil y rápida, ligeramente
intrigante y divertida por igual, especialmente indicada para el verano y para
quienes aprovechan sus vacaciones para aprender o mejorar su inglés y que, claro
está, aprecien el humor negro.
De la misma autora y en este blog: Natura quasi morta
De la misma autora y en este blog: Natura quasi morta
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