Un crimen en un ómnibus, o sea un vehículo para transporte
público: lo que hoy vendría a ser un autobús, a partir de la sustitución de
tracción animal por la mecánica, presenta la característica de ser un espacio
cerrado y en movimiento. Lo que configura un entorno peculiar y particularmente difícil para cometer un
asesinato tanto por evitar revuelo de la víctima que de aviso como por ocultarse a la mirada
del resto de pasajeros.
Un ejercicio de audacia y de seguridad en sí mismo que
indica que tipo de persona es el criminal. Un ejercicio de astucia y originalidad para un escritor en aquella época.
Se
dice que pudo ser una de las fuentes de inspiración de Agatha Christie a la
hora de concebir su afamada novela Asesinato
en el Orient Exprés.
Cuando el pintor Paul Freneuse, un joven valor parísino, toma el
ómnibus de dos pisos, el de encima descubierto, para regresar a su domicilio se encuentra con que al final del trayecto
la chica sentada a su lado al parecer dormida, que amablemente sostiene en sus brazos para que no se caiga, está muerta.
Su mente creativa azuzada por la desbordante imaginación de
su amigo Binos, también pintor, le llevará a sospechar que pudo tratarse de un
asesinato. A partir de ese momento la curiosidad por la identidad de la víctima
y las circunstancias de su muerte absorben sus días y determinan sus actos.
La acción de El crimen del ómnibus transcurre en París, en 1878, a falta de poco para
inaugurarse la Exposición Universal. Los escenarios alternan el París bohemio,
donde dibujantes y pintores buscan su lugar en la historia del arte conviviendo
en pensiones junto a sirvientas y jornaleros, y el París noble donde la
burguesía busca su encaje a remora de lo que significó la nobleza.
Un retrato costumbrista, un asunto tenebroso, un crimen malvado y malicioso, un oculto romance pero no por ello menos apasionado, unas amistades peligrosas. Un retrato social de la época que ni Paul Freneuse hubiera podido plasmar en un lienzo de mejor forma.
Fortuné du Boisgobey |
Fortuné du Boisgobey (1821-1891) es un prolífico autor francés
de novela policíaca y criminal, más de 70 obras le avalan, donde además de la trama y
lenguaje de novela policíaca, trasciende la esencia del folletín, asentando le roman policier que entraña en sus
argumentos los conceptos de crimen, aventura, romance y misterio.
La obra se reedita con una introducción de uno de los
grandes especialistas de este país, sino el mejor, en literatura victoriana y
en literatura de época que es Juan Mari Barasorda. Lo que supone asistir a una master class en primera fila y gratis.
Una lectura para recuperar la fe en la capacidad que tienen
las palabras escritas para evadirse sintiendo y no solo leyendo. La obra de un
maestro al que no le pesa el tiempo y cuya influencia en escritores posteriores
es toda una evidencia.
Disfrútenla en toda su magnitud.
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