domingo, 22 de noviembre de 2020

La trilogía de Santiago Quiñones por Boris Quercia

Que tendrá el infierno que quienes han estado en el no han dejado ni un segundo de suspirar por salir e irse lo más lejos posible. Que tendrá el infierno que a pesar de odiarlo nadie puede evitar regresar.

Santiago Quiñones, tira, detective, tiene abono de ida y vuelta al infierno. Sus fortalezas le hacen asomar cabeza y luchar por escapar de él; sus flaquezas le agarran por los cabellos de esa cabeza que asoma y empujan hacia abajo con tanta fuerza que si se resiste acabará con el cuello quebrado. De ahí que ceda con rapidez a las tentaciones y se regocije en sus debilidades y en los placeres, efímeros y culpables, que esas le prodigan.

Santiago es un detective que solo da cuenta de sus actos a sí mismo y ni eso o no siempre. Sus métodos y sus normas, son las que hay pero pueden ser otras, como decía Groucho, todo depende de con quien esté y que esté haciendo. Investigar, follar, matar, beber, esnifar, todo vale, todo sirve, todo existe. ¿Para qué quieres la vida sino es para vivirla?

Santiago Quiñones, tira, es la primera novela de una visceral trilogía que sin resonancia mediática que la divulgue aguarda sin prisa esperando ser descubierta, para posicionarse en el debido lugar que le corresponde: al lado de los grandes clásicos de la novela negra, al lado de los mejores. Es noir duro, clásico revisitado, hard boiled, realista. Es pura pasión. Piel.

Historia y vida de un detective. Sus casos, sus desvaríos, sus miedos, sus amores, sus rencores, sus inquietudes, sus deseos, sus debilidades. Su todo y su nada, de principio a fin. Argumentos complejos desparramados en dramas sociales.

Santiago Quiñones es un personaje exasperadamente humano lo que explica que sea un ser tan desilusionado. Una persona de papel; un perdedor que va por la vida sin temor a que esta lo atropelle. O tal vez es lo que desea sin saberlo o sin querer reconocerlo.

En estas dos novelas, Santiago Quiñones, tira y Perro muerto, primera y segunda de la trilogía el sello del autor queda patente. Novelas breves, argumentos densos, ambientes tensos, párrafos cortos y ritmo vertiginoso.

Boris Quercia nos ofrece a Santiago Quiñones como guía para acompañarnos, en un baño de realidad tragicómica, por ciudades de Chile, este país que ocupa la estrecha franja costera que separa el cono sur americano del Pacífico. Aunque de Pacífico poco, como los argumentos que describen los ambientes y la subcultura por donde se mueve el detective.

Las calles del centro de la ciudad son claramente el personaje subyacente de toda la trama y conforman el carácter de sus habitantes y explican y relatan sus historias. No son postales para turistas, son fotos para noticiario. De sucesos. Crónica Roja.

Inexplicable que esta trilogía haya pasado desapercibida. Recomendadísima, y no suelo enfatizar; no lo duden ni un instante.

Bajo el título de Tira, estas dos primeras novelas de la trilogía se adaptaron a serie televisiva en 2019. Una temporada de ocho episodios.

Aquí la reseña de la tercera y última entrega, protagonizada por Santiago Quiñones, La sangre no es agua

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