El cine contaba, entre exuberantes escenarios naturales, una verdad romántica de la colonización pero había otra. Silenciada. Como suelen estar las verdades de los pueblos sometidos.
La colonización inglesa, aunque con té en delicadas tazas
de porcelana, modales atildados y fair play en algunos aspectos, tal vez no
fuera tan cruenta como otras pero no dejó de ser una colonización imperialista.
Una dominación militar, política y económica, que llevo en
paralelo la imposición del idioma, las costumbres e incluso tradiciones,
conformando lo que se conoció como El Raj. Una joya de la corona que distaba
casi 7.000 kilómetros del Palacio de Buckingham.
En 1919, cuando transcurre la novela, ya se han sucedido
algunas escaramuzas nacionalistas, de quienes aspiran a ser una nación libre,
combinadas con otras independentistas, de los bengalíes que ansían regir su propio
destino, y los británicos empiezan a dudar sobre sus posibilidades viendo cómo
se agrieta su superioridad moral a medida que los locales afianzan sus
convicciones.
En medio de ese escenario turbulento se encuentra el
cuerpo, asesinado, de un alto miembro del funcionariado británico, con un papel
en la boca conminando a los británicos a abandonar el país.
La muerte violenta de un blanco, un burra sahib, en un callejón, no es bueno para nadie y si puede
instigar a una rebelión aun menos. Los locales temen represalias y los
británicos no quieren que se les vea como víctimas accesibles, así que se
impone una resolución del caso lo más rápidamente posible y se le encarga la
investigación al capitán inglés Sam Wyndham, ex-militar de la recién finalizada
primera guerra mundial y ex miembro de Scotland Yard recien llegado a Calcuta.
Lo bueno de la designación es que su bisoñez en el cargo,
su honradez y su absoluta falta de conocimientos prácticos sobre el territorio
le alejan de cualquier vicio adquirido y de cualquier prejuicio que limite sus
acciones. Lo malo es precisamente que como recién llegado va a dar bandazos,
por suerte de impacto minimizado por la afable colaboración del, razonable,
sensato e ilustrado, sargento indio Banerjee. Lo que va a dar pie a una
compenetrada pareja que permite ir dejando perlas sobre la segregación racial.
Por su entereza Wyndham es un digno protagonista y aunque
arrastre sus penas e incertidumbres, que no pudo dejar al otro lado del
planeta, es capaz de evolucionar sin lamentos y convertir su entusiasmo por la
investigación en el más eficaz de los remedios, aunque haya que reconocer
cierta aportación de Annie Grant, una joven y diligente funcionaria, que
estimula la parte humana del capitán.
Y sabiamente dosificados irán entrando en juego aspectos
políticos y económicos, secretos de estado y secretos de cama, envidias y
cadena de mando, rivalidad entre ejército y policía imperial, entre británicos
y bengalíes, racismo del lado colonizador y racismo entre los propios nativos, y
que se trenzarán para formar una larga mecha al final de la cual está un enorme
polvorín. Si se encendiera nadie duda de que supondría el fin del Raj.
La descripción realista que ofrece su autor, Abir Mukherjee inglés de nacimiento, criado en Escocia y de origen indio, aunque precisa, no alcanza al detalle que evidenciaría una confusa i restrictiva vida social; pero ofrece suficientes muestras para que la contextualización de la historia adquiera tintes de veracidad. En ese sentido es, pues, más novela policiaca que novela negra.
Y en esa línea la investigación avanza entre pistas e
interrogatorios y las deducciones permiten una evolución del caso que, entre
novela de aventuras y detectivesca, ofrece escenas de acción apasionante combinadas con puntualizaciones jocosas, del más puro humor británico, y certeros
análisis que firmaría el mismísimo Sherlock Holmes en medio de una atmosfera de
constante intriga y un concluyente final.
El resultado es una gozada de historia a la que no le falta nada. Y esto solo es el principio, ya que estamos ante la primera novela, traducida, de una serie que ya lleva cuatro títulos publicados y estamos ansiosos por leerlos todos y especialmente antes de que se estrene en la gran pantalla, algo que podría hacerse realidad en poco tiempo.
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