Chercher la femme encaja en esta novela como un guante. Negro y de medio brazo. |
Cuando de alguien se dice que no tiene corazón no hay que
asumir la literalidad de la afirmación, sino más bien interpretar que la
persona en cuestión es proclive a no exteriorizar sus emociones y sentimientos;
claro que es posible que no los tenga. Entonces además de, o en lugar de, ser
persona, puede ser psicópata. Y cualquier cosa puede pasar.
No sabemos si el comportamiento de Liana Decter responde
al de una mujer con una psicopatía o solo, ¡solo dice! al de una femme fatale; en cualquier caso el dicho
chercher la femme encaja en esta
novela como un guante. Negro y de medio brazo.
Un
reloj por corazón es una novela que aborda un clásico de las
novelas negras americanas de mediados del siglo pasado: chica conoce chico,
chica engaña chico, chico sigue embelesado por chica y chica se aprovecha de
chico. Porqué ya se sabe que los chicos ante una chica decidida y estupenda se
encogen hasta quedarse chicos.
George Foss es el chico y Liana Decter es la chica. Claro
que también hay más chicas: están Audrey Beck y Jane Byrne. Y por supuesto Irene Dimas, aunque
esta pertenezca al presente junto con la detective de policía Roberta James.
George y Liana tienen en común su amor surgido alrededor de una cerveza en una fiesta de la Universidad y ahora, bastantes años después de haberse visto por última vez, van a tener en común el resolver una deuda. Pero no
todo es tan fácil como saldarla y decir adiós: las cuentas pendientes con el tiempo se magnifican.
Un
reloj por corazón es una novela negra que se desnuda lentamente, quitándose las
transparencias del suspense para ir sugiriendo y desvelando y
favorecer así una espera ansiosa por conocer lo que oculta. Llegar al final nunca había sido tan estimulante; claro que no a todos satisfará por igual.
La trama va pulsando las teclas de una melodía que no por
anticiparla deja de resultar interesante. A ratos alterna pasado
y presente lo que ralentiza y disminuye la tensión llegando a desconcertar en
algunos momentos al no aportar nada relevante llegando incluso a parecer que el
autor se ha perdido en sus disquisiciones. Ya se sabe: pecatta minuta de opera prima.
Peter Swanson |
Peter
Swanson ha escrito una novela más cinematográfica que literaria;
midiendo los tiempos con el reloj, el mismo que ha empleado como corazón, para
dar vida a un ser egoísta y perverso pero se ha olvidado decirnos si el reloj
es de cuerda, mecánico o con batería: no sabemos hasta cuando indicará la hora.
Dejénse seducir por esa cubierta pulp y esos sorprendidos
ojos de verde mirada; olvídense de lo que dice la estrategia comercial y no entren
en creer las comparaciones.