viernes, 11 de noviembre de 2011

Restaurant Kaiku

Restaurant Kaiku
Plaça del Mar, 1, Barcelona
Tel. 932 219 082
http://www.restaurantkaiku.cat/,

El Restaurant Kaiku mira al mar. Al Mediterráneo. A oriente, a Estambul como aquel capitán pirata que navegaba con diez cañones por banda.

Es como una vetusta barca de pescadores arrastrada por la corriente y varada entre la arena y el asfalto. El sol, el viento y la salitre no han sido clementes y su casco y sus dependencias podrían mejorar con algunos cambios, ajustes y arreglos, calafateo y manos de pintura incluso para dibujar sonrisas en las caras del servicio. Por suerte este continente no acaba desmereciendo su contenido que no es otro que un producto de calidad mimado por su chef Hug realmente preocupado por su cocina.

Quien en el se aventura debe ser condescendiente y no buscar ciertos elementos de comodidad, que no encontrará ni en las sillas ni mesas, ni en la calidad de las copas, ni en los manteles ni servilletas ambos de papel. En este restaurante hay que darle valor a lo que realmente lo tiene: el producto y su manufacturación.

Hay que entender que es un chiringuito de playa que en lugar de asentarse sobre travesaños de madera anclados en la arena ocupa los bajos de un edificio como un altivo mascarón de proa.

Es el tipo de local donde vemos a Pepe Carvalho arrastrando su desencanto y su escepticismo para que lo acompañen en una cena a tres de pescado fresco, recién salido del mar, acompañado de verduras frescas, recién extraídas de la tierra, cultivadas en el propio huerto del restaurante.


Pepe Carvalho es un antiguo militante del hoy desaparecido Partido Comunista de España (el PCE no se legalizaría hasta la muerte del dictador y le sobreviviría como tal solo unos pocos años) y a pesar de este pasado anti-franquista de lucha activa que no de boquilla, no se entusiasma con los nuevos aires de la balbuceante democracia y se muestra desencantado con la política y con los políticos (hoy vomitaría). La corrupción y el nepotismo le salpican lo suficiente en sus investigaciones como para creer en que los haya libres de culpa.
Este escepticismo se palpa cuando lo acompañamos a resolver estos casos que generalmente transcurren en esa Barcelona industrial de clase burguesa acompañada con patatas a lo pobre que encarna a los inmigrantes.
Conoce esta ciudad, que le ha acogido con los brazos abiertos y que siente como suya, al dedillo y más exhaustivamente cuando se trata de elegir un buen lugar donde comer.
Su buen saque le permite disfruta del descubrimiento de la cocina exótica en los países a donde viaja, placer que se permite siempre que puede o siempre que su trabajo lo requiera.

“Yo nunca como cualquier cosa” nos dice y demuestra. Es hombre de primeros y segundos platos y su postre preferido es la naranja. Es hombre de platos hondos y compuestos, que tengan trabajo y en donde el resultado sea fruto de la elaboración como una fabada, o arroz, ya se negro o a banda.
(Continuará)

Seguro que aprobaría el menú que el Restaurante Kaiku le ha preparado especialmente para la BCNegra 2011:

· Filete de caballa en escabeche con crudités
· Salteado de gambas de la Barceloneta i tomate seco
· Calderada de rape
· Semifrío de naranja con frutas del bosque


Y esta es la receta elegida por su chef para los lectores del blog interrobang:

Filete de caballa en escabeche con crudités

Ingredientes

1 kg de caballa a filetes limpios
300 cl de aceite de oliva virgen
6 dientes de ajo con piel
1 hoja de laurel
50 g de cebolla de Figueres
50 g de zanahoria
50 g de pimiento rojo
50 g de pimiento verde
100 cl de zumo de limón y su piel
100 cl de zumo de lima y su piel
100 cl de zumo de naranja y su piel 
1 canutillo de canela


 
Elaboración:


Cortamos la verdura, cebolla, zanahoria y pimientos en juliana y la reservamos.

Repasamos y acabamos de limpiar los filetes de caballa, cuanto más limpio más agradecido.

Los salamos ligeramente, pasamos por harina, sacudimos la sobrante y los freímos por unos instantes para ponerlos sobre un papel absorbente de cocina.

Pelamos los cítricos procurando una sola tira de piel, exprimimos su contenido y reservamos.

A continuación ponemos aceite en una cazuela y cuando alcance una temperatura de 90º le ponemos los ajos, el laurel, la canela, toda la verdura cortada en juliana y las pieles enteras de los cítricos y dejamos que se fría a fuego medio durante 3 minutos momento en que apagamos el fuego e incorporamos todos los zumos de golpe. Rectificamos de sal y habremos obtenido un escabeche con toda la fuerza ácida del limón y la lima y el dulzor de la naranja.

Acto seguido colocamos los filetes bien planos en un recipiente ancho y hondo y lo bañamos con el escabeche bien caliente, para dejarlo hasta que enfríe.

Lo serviremos frío y reposado con lo que conseguiremos que los aromas y se sabores hayan armonizado y al emplatar construiremos una pirámide con crudités de temporada al gusto y adornaremos cada cara con los filetes.

 
No se pierdan el próximo y último post sobre Carvalho y BCNegra 2011

Las fotos son una gentileza de encantadísimo, ya saben: todo un referente gastronómico de la red: http://www.flickr.com/photos/encantadisimo/sets/72157606162077676/

viernes, 4 de noviembre de 2011

Seda roja

Toda revolución es un antibiótico de doble acción.

En la primera limpia los gérmenes nocivos para los que ha sido especialmente creado, eso si con daños colaterales: al antibiótico de amplio espectro no se le puede pedir que hile fino y a su paso algunas bacterias buenas también son eliminadas.

¿Defecto de fabricación o poca formación de los que administran la medicina a la población? O lo que es más cierto y todavía peor, el aprovechar el río revuelto para dar rienda suelta a odios y rencores y enmascarar la venganza personal bajo la bandera de la reeducación.

La segunda acción es una bomba de efecto retardado que lleva en su interior y que acaba con los ideales del contexto romántico de cuando fue concebida. Es cuando los anticuerpos revolucionarios mutan en virus dictatoriales o en bacterias tiranas y dañan más que la enfermedad que pretendieron curar.

Una vez más Qiu Xiaolong, en esta obra Seda roja, nos demuestra porque es el adalid de la novela negra, de la novela interrobang, china.

Sus novelas, como toda novela negra que se precie, nos muestran a través de los crímenes a resolver como se ha ido resquebrajando el muro de falsa moral que levantó la ideología de Mao, a quien siguen llamando presidente, y como queda a la vista de todo el mundo la realidad de una clase política que entre otras miserias todavía
oprime limitando la libertad de expresión.

Nos explica como por mucho que China entre en la carrera consumista montada en el coche capitalista seguirá escondiendo bajo las alfombras los miedos y las pesadillas de lo que la mal llamada revolución cultural provocó, como seguirá aferrada a sus costumbres ancestrales y a sus veneraciones místicas, como su gastronomía seguirá siendo tan apetitosa para sus gustos y tan bestia y salvaje, a los ojos occidentales.

Si la novela negra americana tiene en la importancia del ambiente el cigoto de los casos que trata, no lo tiene menos la novela negra de Qiu Xiaolong.

Y es así como se entiende que el Inspector Jefe de la policía de Shanghai, y protagonista de las novelas de Xialong, Chen Cao, además de magnífico detective, sea sensible poeta, estudioso de la literatura y de su impacto social, aprendiz de psicólogo, desdichado en amores, traductor de novela negra occidental y gourmet refinado siempre que tiene ocasión. Chen simboliza la contradicción en la que vive su cultura y su país. La convivencia del yin y el yan.

Seda roja es la quinta de seis novelas publicadas y nada más empezarla nos reencontramos con la sensibilidad narradora de Xialong, con su habilidad para entrelazar pasado y presente. En esta ocasión el origen e historia, apasionantes, del vestido mandarín y los riesgos de las chicas que trabajan como acompañantes y de triple alterne dan pie a una interesantísima trama enriquecida con innumerables matices de la compleja cultura de su milenario país.

Todo pasa en un momento en que el inspector Chen, está en un punto crítico de su vida, habiendo de decidir que quiere ser de mayor y sus amigos el subinspector Yu y la sensual Nube Blanca y las circunstancias del caso policial que se le presenta decidirán por el.

martes, 1 de noviembre de 2011

Gandalf y Belfondo

Gandalf vive con nosotros, en el jardín. Es un precioso ejemplar de liquidambar styraciflua. Lo bautizamos así por su tronco gris surcado de profundas arrugas, y la acogedora sensación de protección que ofrece su presencia.

En primavera aparecen sus hojas palmeadas de un verde limpio y brillante que se torna más oscuro cuando dibuja los nervios que las recorren. Pero si en verano es puro frescor es en otoño, cuando se viste de tonos amarillos, naranjas, rosados, violáceos, bermellones y granates cuando muestra toda su magnificencia.

Por la noche parece una luz encendida. Por el día una erupción de magma. Es una proyección mental de un Van Gogh especialmente creativo.

No nos cansamos de mirarlo. Ni de ver descender, en inexistentes paracaídas, a sus pigmentadas hojas que al posarse sobre el suelo forman un crujiente y poli cromático mandala de cuatro dedos de grosor.

Nos gusta pensar que es El Árbol de las Historias. Que cada una de sus miles de hojas contiene escrita en su savia el esbozo de un argumento y que de el se alimentan autores de novelas, de guiones y de partituras.

Que, efímeras como son, se reinventan cada año en los argumentos no elegidos y rebrotan en espera de una nueva oportunidad ofreciéndose con caduca generosidad a quien pueda descifrar su secreto.

¿Qué cómo lo sabemos? porque las hojas que han transmitido su legado mantienen su verdor incluso en la misma caída de la hoja. Cuando los pajizos y encarnados son los colores predominantes y todavía se ven manchas de verde con iridaciones doradas.

Se debe a eso y no a caprichos de la fotosíntesis el que, en nuestro liquidambar, haya hojas verdes incluso a las puertas del invierno. A pesar de lo que digan los botánicos.

Jenn Díaz parece haber sido tocada por las hojas de Gandalf, porque un elevado número de ellas componen su novela Belfondo.

Belfondo no es una novela negra, pero podría haberlo sido. Belfondo como Macondo vive en el imaginario colectivo, ambas son hijas de ese realismo mágico que tanto apreciamos los letra heridos.

En este Belfondo imaginario viven y conviven sentimientos y secretos encarnados en seres posibles.

Seres manejados como marionetas de trapo por la voluntad de un amo que en su omnipresencia preserva los valores que cree adecuados sin tener en cuenta que las individualidades sino salen afuera crecen al interior. Enraizando. Y que la fuerza del árbol no está en cuan altas sean sus ramas sino en cuan profundas sean sus raíces.

Los habitantes de Belfondo parecen estar en permanente huída hacia delante, a caballo de la contradicción que supone refugiarse en lo conocido y anhelar lo desconocido. Entre respirar para vivir y no en vivir para respirar.

Poco a poco una vida que espera ser vivida se abre camino en Belfondo y agrieta, con los gritos mudos de sus habitantes, la realidad que hasta ahora solo ha sido un mapa de sombras.

Belfondo no es una novela negra pero de haberlo sido hubiera sido negrísima.

Gracias Jenn.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Mi novia es un zombi

Mi novia es un zombi del novel Roberto Corroto es, según se mida, una narración larga o una novela breve que resulta tan entretenida como ocurrente y que se devora y digiere en menos tiempo y más fácilmente que una mano humana con sus cinco deditos. Y además deja mejor sabor de boca.

Es entretenida porque leyéndola el tiempo pasa volando y ocurrente porque le da a la Serie Z un giro novedoso e interesante que mantiene al lector atrapado hasta el final. Es humor negro inteligente.

El autor se mueve con facilidad en esta vertiente de comedia negra donde le da jocosidad al horror de forma que no quede paródico, ni tópico ni ridículo. Y eso tiene su dificultad y su mérito. Una vez mas se demuestra que la novela negra puede ser buena pareja de la Serie Z si hay calidad.

Si alguien la calificara de obra menor solo sería aceptable por su entrañable tamaño de bolsilibro, pero si alguien la calificara de corta le daría la razón.

Roberto Corroto (en la foto con sus tebeos) se ha mostrado en exceso prudente y se ha quedado con un magnífico esqueleto sobre el que construir una trama de más desarrollo. La novela agradecería más páginas, pero no engordar por engordar sino muscular. A la novela le iría bien ganar un poco de músculo.

Mi novia es un zombi nos ha encantado pero nos ha sabido a poco. No creo que un zombi tuviera bastante con un dedo pudiéndose comer mano y brazo enteros, pues lo mismo nos ha pasado al leerla: nos hemos quedado con hambre.

Mi novia es un zombi es de autoedición de "Ideas de Mono" y pueden conseguirla en este enlace, y para saber más del autor pinchen aquí.

A poco que Roberto Corroto se suelte, aptitudes tiene, despertará, sin duda alguna, el interés de las editoriales.

Por cierto, un zombi es ¿un criminal o un cazador?

viernes, 21 de octubre de 2011

Librería Negra y Criminal

La llegada del otoño asienta el inicio de un nuevo curso; el reencuentro con el olor a nata de las gomas de borrar nuevecitas, con la marcial rigidez de los lápices de colores ordenados cromáticamente de punta afilada e igual longitud. El reencuentro con los amigos y con algún incipiente amor que el verano dejó aletargado.

Es también el momento de los fascículos y de los coleccionables de los periódicos. El momento de los clubes de lectura, de las tertulias y de los cursillos.

Y es el momento en que las inscripciones otrora habituales se resienten. Ya ha quedado dolorosamente demostrado que la crisis no es ninguna falacia y está golpeando duramente a todos sectores, a unos más que otros.

Y las librerías y las peluquerías están en el punto de mira.

No nos extraña estar a la cola de Europa en media de libros leídos por alumnos de primaria y de secundaria que es cuando el hábito de lectura se asienta de forma permanente.

Y es que se lee poco, de hecho siempre se ha leído poco pero ahora aún menos. Hay poco público emergente para el género interrobang y el poco que hay compra para consumir, siguiendo la moda, no para crear adición.

Y compra en las grandes superficies, lugares por donde habitualmente se mueve y donde obedece el influjo del momento psicológico de propensión a la compra. Así Larsson comparte cesto con bolsas de congelados que en común solo tienen el frío y así relegan a las librerías a un lugar cuando menos curioso, arcaico y misterioso.

Y si la librería es temática, las posibilidades de subsistencia se reducen a la mitad y si su tema está de moda, como ahora la novela negra, enigma, novela interrobang, esta mitad se reduce a un cuarto (la competencia es entonces mucho más feroz: todos intentan sacar tajada del momento) y es cuando viene aquello tan manido de renovarse o, nunca mejor dicho en el caso de la novela negra, morir.

Los fieles al género seguimos comprando pero no disparamos a todo lo que se mueve, nuestro bolsillo también tiene agujeros y una librería como Negra y Criminal no puede aguantarse vendiendo delicatessen a cuatro escogidos, sino que precisa aumentar su capacidad de venta sin renunciar a la calidad de su valor añadido: que son el librero y la librera.

La librería especializada Negra y Criminal, ni por temática ni por ubicación lo tiene fácil para obtener ese eco imprescindible con el que posicionarse holgadamente en el panorama económico. Por eso los lectores de género hemos de prestarle nuestra voz y aprovechar que la conexión vía redes sociales es tan fácil y cuenta con tantos seguidores para reforzar los lazos y generar una corriente de conocimiento que se retroalimente con los aportes de todos.

Si alguien o algo no lo remedia dicen los sabios del lugar que en poco tiempo será más fácil encontrar un ejemplar de tigre de dientes de sable clonado que una librería y que los libreros serán tratados con la veneración que se trata a los ancianos de tribu africana: pozo de conocimiento que se seca a su muerte.

Y en eso está la librería Negra y Criminal, calle de la Sal 5 del barrio de la Barceloneta en Barcelona. En renovarse porque no quiere morir. Y todos los interrobang de este país y de otros países no queremos que se muera, porque si lo hace, un poquito de cada uno de nosotros se morirá con ella.

Libros, escritores, camisetas, mejillones, vino, charlas, presentaciones, vermut, consejos, patatas fritas, venerables, frikis, recomendaciones, descatalogados: esta libreria es un homenaje al género negro.

Hay quien dice que la novela negra se inventó para justificar la librería. Y quien sabe, tal vez tenga razón.