Tocaba un post sobre Sufferrosa, ese clásico moderno, una película neo-noir interactiva y, en consecuencia y por definición: no lineal. La interactividad dota al espectador de la capacidad de decidir hacia donde quiere que evolucione el film.
Es un experimento que combina la narración cinematográfica y la programación Web, y cuyo resultado es una película con componenda de juego que picotea del cine negro, del de la nouvelle vague, de la estética new wave y de los video clips televisivos para configurar un universo propio.
Sufferrosa se sitúa en un futuro de cronología imprecisa en donde la vejez es el enemigo a combatir. Todo el dinero acumulado es poco para pagar el precio. La reina malvada de Blancanieves ya lo anticipaba al no pararse ante nada por preservar su juventud y belleza. Puede parecer un cuento, pero en cualquier caso es una posibilidad escrita en uno de los muchos futuros posibles y alternativos que el caos elegirá para quien le toque vivirlo. Un futuro fascinante, complejo, tenebroso y enormemente inquietante.
El detective Iván Johnson está tras la pista de Rosa Braun, una joven desaparecida, y su investigación lo lleva hasta el profesor Carlos Von Braun que se dedica a experimentar y aplicar tratamientos de rejuvenecimiento a mujeres. Von Braun se siente amenazado por el detective y consigue drogarlo para llevarlo a su clínica en Miranda Island. Unos días después Iván Johnson despierta encerrado en una celda....
Y a partir de aquí el juego o la interacción como prefieran. En primera persona, angustioso. Con múltiples puntos de entrada y niveles donde elegir, con opciones que interpretar para seguir avanzando. Interactivo hasta el punto de poder mover los dedos de una mano. Interactivo hasta ser una experiencia personal intransferible ya que las escenas cambian cada vez que se entra por lo que es casi imposible que dos jugadores puedan vivir las mismas situaciones. Paranoico. Genial.
Por Suferrosa se mueven 25 actores por 110 escenas desarrolladas en 20 escenarios distintos (se acompaña un mapa) en unos decorados coloreados y musicados para conseguir la atmósfera opresiva que acompaña en todo momento. Y con 3 posibles finales para ser rejugable.
Es un thriller con una segunda lectura, la que encumbrando la belleza y la lozanía de la juventud sirve para reflexionar sobre lo efímero de la vida y lo pronto que se llega a la vejez y se alcanza el rechazo social. Todo escrito en las notas de su banda sonora, en la que suenan Sonic Youth, Glass Candy, Exploding Star Orchestra,Tarwater y más.
Marcinkowski reconoce, entre múltiples fuentes de inspiración, un rendido homenaje al film Alphaville de Jean Luc Godard (incluso los nombres de los protagonistas tienen su correspondencia) y también a los films El Manuscrito encontrado en Zaragoza, Dark Passage, Beso Mortal y La mujer del lago; se inspira también en el albúm Outside de David Bowie y en las novelas de Vernon Sullivan y Boris Vian. El universo de Dawid Marcinkowski.
Sufferrosa es una genialidad, un loable proyecto sin ánimo de lucro, arte al alcance de todos, y a pesar de tener más de 6 años desde su lanzamiento (lo que en el mundo web es como estar en la edad media) mantiene su lozanía por lo que suponemos que también ha recibido tratamiento en la clínica de Von Braun.
Entren en ese universo con una cuerda atada a la cintura y amarren el otro cabo a algo sólido de su presente real. Tal vez quieran volver a toda prisa. Toda precaución es poca. Nunca se sabe.
Esta es la puerta: Sufferrosa, ¿quien es Rosa Von Braun?
Probably our generation is not endangered by such experiments