Novela policiaca de corte tan clásico como un chaqué. |
La semana de Navidad el viejo, acaudalado y generoso
Hannibal Knott tiene previsto, como suele ser habitual en esas fechas, acoger
en su casa a sus siete sobrinos a los que piensa, como suele ser habitual,
entregarles un regalo en forma de cheque bancario que les ayude a sobrellevar
su día a día.
Los sobrinos son agradecidos pero visto como la fortuna
de su anciano tío va menguando por su generosidad hacia sí mismo y terceros y
las pocas ganas que muestra para dejar este mundo, sospechan que si siguen
esperando a heredar de forma natural tal vez no quede nada y se plantean
acelerar el proceso y permitirle una despedida indolora..
Eran
siete demuestra que bajo la apariencia festiva de bondad que se
presume inherente a la Navidad los sentimientos de envidia, egoísmo y rencor no
dudan en asomar siempre que pueden llegando incluso a cometer un crimen si ha
de ser el medio para obtener un fin.
Que el fin justifica el medio sería el axioma preferido por los heredereros, aunque no estemos ante un tío Gillito avaro y soberbio.
Un buen punto de partida para un misterio de habitación
cerrada. Una buena selección de personajes. Una ambientación adecuada como son
las fiestas navideñas. Todo listo para una lectura gozosa y sin embargo…
Las peroratas del viejo Hannibal Knott son de una
densidad tal que el cerebro del oyente no puede por menos que empantanarse
entre las largas frases y quedarse atascado y hundirse lentamente en la ciénaga
de los párrafos.
Y lo que parecía una prerrogativa de su condición y su
edad resulta ser el tono narrativo del autor que lo proyecta también en el
resto de sus sobrinos eliminando cualquier rasgo idiosincrático de su
personalidad, aparte de los pertenecientes a su físico.
Eden Philipotts |
La novela empieza bien, continúa mejor y a falta de sesenta
páginas se mete en un cenagal del que parece no saber cómo salir y lo consigue
mediante un subterfugio, a modo de desenlace, tan tramposo como ingrato que
logra igualar al lector con los sobrinos en capacidad de sorpresa, desconcierto
y desilusión.
Es como si la pretensión del autor, Eden Phillpotts, hubiera cambiado a medio redactado optando por
darle un giro en busca de otro final. Si así fuera se ocultan las razones que
lo movieron y si no fue así es de lamentar que no lo hiciera.
La novela fue elegida con el numero 38 por Borges y Casares para su colección El séptimo círculo. Por algo sería.