domingo, 19 de noviembre de 2017

La ciudad blanca de Karolina Ramqvist

Un relato de novela negra
desde el otro lado del espejo.
El frío al norte del continente europeo es tan intenso y ocupa tantas horas y tantos días que es normal que los caracteres de sus habitantes se vean afectados de igual manera, incluso en sus rasgos más íntimos.

El frío recluye a las personas en sus casas e inhibe sus emociones y si encima ha habido una pérdida en la familia es muy fácil abandonarse física y emocionalmente. La desolación como otra forma de vida.

Karin está en esa fase del duelo en que, de no ser por su hija Dream, el abandono alcanzaría cotas de difícil retorno.

Pero Dream, que apenas gatea, la necesita para vivir y Karin se deja parasitar por ella. Por eso sigue viva.

Los recuerdos de una vida mejor, de un cuerpo más joven, de una risa sin par solo sirven para acentuar las penurias actuales, para iluminar las estrías y las venitas de un cuerpo aun recuperándose del parto y para reflejar en el espejo un rictus que ya nunca llegará ni tan solo a sonrisa.

Solo una visita inesperadamente esperada a su domicilio tiene la facultad de transmutarlo todo. Es la cerilla que enciende la mecha. Es la luz al fnal del tunel. Es la vida donde antes hubo muerte.

Algo, una idea, una necesidad, se abre paso en la mente de Karin. Tal vez aún tenga alguna posibilidad.

El tratamiento tan íntimo que se le dedica a los cuerpos y mentes de Karin y de Dream, casi microscópico, convierte a los lectores en voyeurs inesperados con ganas de implicarse y de ayudar; deseos inútiles ya que en todo momento estamos al otro lado del espejo y ni nos ven ni nos oyen.

Karolina Ramqvist
La ciudad blanca escrita por alguien anglosajón sería un domestic thriller del montón.

Escrita por Karolina Ramqvist se convierte en un thriller inquietantemente agorafóbico, con una tensión que te hace temer siempre lo peor y que no da tregua ni siquiera al llegar al punto final donde la inquietud no hace más que acentuarse.

Solo 188 páginas. No se necesitan más si se sabe escribir. No se necesitan más para contar una buena y tremenda historia. Léanla y no se preocupen si sufren durante la lectura. Es normal.

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