No conocía la obra de esta autora británica pero ¿cómo
resistirse a leer a Sophie Hannah habiendo sido la elegida para resucitar a
Hércules Poirot?
No es mi hija (Little face) cuenta las vicisitudes de una
madre primeriza, Alice Fancourt, cuando después de salir a la calle por primera vez recuperada del parto descubre a su regreso
que la hija que la está esperando con su marido David, no es la suya.
No es su Florence. No es su hija.
Y aunque lo grita a los cuatro vientos y se abre una
investigación policial la confusión se cierne sobre los hechos y su entorno
familiar sostiene que no está en sus cabales.
¿Tiene razón Alice? ¿Ha sido substituida su hija? ¿Está
mintiendo deliberadamente? ¿Está sufriendo algún trastorno depresivo post-parto
que no la deja razonar? ¿Alucina?
La reafirmación en su declaración desencadena una situación
de nervios en el matrimonio que, a medida que avanzan las horas y los días se
torna en una tensión que alcanza momentos espeluznantes de maltrato psicológico
con actuaciones crueles, perversas y siniestras.
El detective de policía Simon Waterhouse parece ser el único en dar
credibilidad a lo que todos creen una paranoia sin fundamento alguno, ya que ¿quién
substituiría un bebé por otro? ¿Con que motivo? ¿En un domicilio
particular, a plena luz del día?
Las pesquisas policiales se mueven en el presente y también
se remontan a hechos pasados, algunos de los cuales refuerzan la hipótesis de
que Alice pueda no ajustarse a la verdad tendiendo a la fantasía mientras que
otros avalan contundentemente su cordura y dan veracidad a su denuncia. Un intrigante dilema.
La novela evoluciona a partir de dos líneas narrativas con desfase temporal provocado por la autora. Una en tercera persona que ofrece una visión perimetral del
avance en la investigación y la otra en los pensamientos en voz alta de la
propia Alice.
Y sustenta su hilo argumental a partir de los aspectos
psicológicos que rigen las actuaciones de todos los protagonistas, de modo y
forma que la trama gana en suspense a medida que se va conociendo más sobre el
pasado de cada uno.
En ese sentido la novela es un tour de force de
personalidades, en las que unas para reforzarse intentar anular a las otras.
Sophie Hanna es una escritora capaz de emocionar a partir de
una idea simple en su planteamiento y sin demasiado énfasis policial y al
tiempo mostrarla en formato denuncia sobre lo que puede llegar a sufrir una
mujer dentro de la supuesta protección que ofrece el llamado hogar familiar.
En conclusión resulta un thriller que enmaraña sentimientos
e investigación policial, con un final algo tramposo, pero hay que reconocerle
el mérito de mantener el interés por conocer el desenlace.
Tanto la forma de escribir como la forma de narrar los
hechos desde dentro, desde la intimidad, no arroja luz sobre como Sophie Hannah va a revivir a
Hércules Poirot, con que registro y sobre todo si piensa hacerlo con cierta
coherencia con su creadora Agatha Christie; este será el verdadero misterio del
caso.
Sophie Hanna estará en BCNegra 2014. El martes 4 de febrero. Aquí el programa.
Post Scriptum: reseña de su segunda novela Matar de amor sin salir del blog.
Pues sí, todo un misterio, me refiero a lo de la vuelta de nuestro detective belga favorito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y temor, mucho temor... bienvenido Ethan!
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