Castle 6ª temporada |
Sus signos de distinción: la parte infantil, espontánea,
divertida y glamourosa aportada por el escritor Rick Castle, potenciada por los
extravagantes punteos filósoficos del carpe
diem aportados por su madre y por la realidad mundana del enfoque
adolescente de su hija, frente la parte racional, metódica, realista y por
momentos excesivamente seria encarnada en la inspectora Kate Beckett.
Parece que los guionistas, una vez liberados de la trama
lineal del asesinato de la madre de Beckett y de la necesidad de definir la
relación amoroso sexual entre Castle y Beckett han retomado la capacidad de
imaginar, improvisar y divertirse creando guiones que cumple perfectamente
estas premisas y satisfacen plenamente a la audiencia, un poco mareada por los
últimos bandazos.
Esta temporada mantiene el elenco de protagonistas ya
conocidos que han conseguido ensamblar un entretejido de relaciones con buena
química, como lo demuestran Rick Castle (Nathan
Fillion) y Kate Beckett (Stana Katic).
La serie se inicia cambiando el habitual paisaje de New
York por el de Whasington y por tanto la relación acusa la distancia. Solo
hasta que Castle decide actuar por su cuenta y empezar a líarla.
Y vaya si la lía, solo hace falta ver el segundo episodio
para sufrir como un cosaco. Y así hasta veintitrés.
Castle vuelve a ser Castle. Para lo bueno y para lo malo.
Y esta sexta temporada vuelve a obsequiarnos con episodios de comedia familiar,
con guiños y homenajes a temas recurrentes en films de culto como el viaje en
el tiempo o la busqueda de un tesoro masón sin ir más lejos (recuerden el film La búsqueda) y en otro episodio aún
tienen tiempo para evocar a Carrie.
Ford Gran Torino |
Kate Beckett vestida para matar o para casarse |
Sin olvidar el último episodio que deja abierta la boca y
un mundo de posibilidades.
La serie retoma el punto frívolo que seis años atrás
sorprendía y encadilaba y para nada parece pasado de moda; al contrario parece
aire fresco frente algunos de los experimentos fallidos con los que temporada
trás temporada las cadenas, es su obligación, pretenden evolucionar.
Sin duda alguna esta capacidad de autoinventarse dentro
de la serie autoinventando a la vez las series televisivas policiales es lo que
marca la diferencia con otras que no consiguen mantenerse y, si lo hacen, la
repetición de su esquema las vuelve aburridas.
Con Castle el aburrimiento no es una opción.
Si les gusta Castle están de enhorabuena por disponer
nuevamente de su genio y figura y si no les gusta, olvídenla ya que el Castle
actual es de dos tazas.
Para los que quieran recordar las cuatro primeras
temporadas pinchen aquí.
Para la quinta y ver las fotos del loft de Castle pinchen
aquí.
Y si quieren leer sobre sus novelas es aquí.
Un guilty pleasure como dicen los americanos. Creo que es de esas series que se sostiene a base de la química creada entre los personajes, a los que ya les tomas cariño.
ResponderEliminarUn placer leerte como siempre, Jordi.
Estoy de acuerdo. Cumple su cometido y no aspira a más. Y con buen nivel de imagen, música y realización.
EliminarGracias por seguir comentando.
Un abrazo