Acantilado mortal en Broadchurch |
Broadchurch, pequeña e imaginaria localidad costera
del condado inglés de Dorset, situada al sur oeste de la isla, ofrece a la
costa francesa, que tiene enfrente, poderosos acantilados cortados en ángulo
recto. Peligrosos abismos desde los que una caída resulta mortal.
Y es al pie de uno de ellos, sobre la arena de la playa, donde se encuentra el cuerpo
de Danny Latimer, un pequeño de 11 años. El cuerpo muerto de un niño que aún no
había empezado a vivir. ¿Accidente o asesinato? y si es asesinato ¿Quién puede matar a un niño?
Alec Hardy (actor David Tennant) es el detective recién
llegado a Broadchurch que se hace cargo de la investigación junto a Ellie
Miller (actriz Oliva Colman), la detective a la que ha robado el puesto al que aspiraba.
La química entre ambos es soberbia, pasa por toda la gama
de relaciones posibles, y los distintos puntos profesionales de vista
enriquecen el ritmo narrativo. Sus chispas mantienen el fuego de la trama que
enciende la serie.
Él, forastero y desconfiando de todos ante la conocida
capacidad humana de hacer el mal; ella, residente y conocedora de todos los
habitantes, humanamente preocupada por el resquebrajamiento de las relaciones
entre los vecinos.
Danny Latimer en la cornisa del acantilado |
Ambos con el claro objetivo de encontrar al culpable
cuanto antes, por el bien de la familia y de la comunidad. Por poder enterrar a
Danny en paz.
A lo largo de la investigación, que dura meses aunque no
haya referencia explícita sobre el paso del calendario, las debilidades de los
residentes, sus miedos, sus frustraciones, sus historias pasadas, van punteando
momentos de la historia, añadiendo y despejando desavenencias e interrogantes igual que
emergen rocas puntiagudas en el mar cuando baja la marea y vuelven a desaparecer en horas.
La filmación y la fotografía de la serie se soporta en
planos largos, generando una calma ficticia; buscando un sosiego que no puede
hallarse en ninguna parte.
La clara intención de que no solo veamos lo que sucede
sino que lo sintamos como lo hacen los protagonistas, se alcanza plenamente
provocando la misma sensación de desconcierto por lo sucedido y desesperación
por no haberlo podido evitar.
El ojo de la cámara se recrea en los primeros planos
mostrando rostros tan inexpresivos como objetos y realza con travellings los
paisajes urbanos, rurales y del mar que ofrecen mayor elocuencia que los
comportamientos de las personas.
Y con gran habilidad, realza a cámara lenta las escenas
de movimiento rápido haciendolas bailar con una música cadenciosa, angulosa y
lánguida para explicar que el tiempo fluye a su ritmo por mucho que hagamos
para que pase más rápido.
No hay posibilidad de superar el dolor. Si acaso de
convivir con él. De aprender a conocerlo y pactar para que añada el mínimo daño
posible a la lacerante herida que nunca ha de cicatrizar.
La serie Broadchurch acaba calando hondo; muy hondo. El
pesar por la muerte de un hijo solo lo pueden entender quienes lo hayan pasado,
pero la serie consigue acercar muchísimo esa sensación al resto de los espectadores.
Con respeto, con delicadeza, con amor. Sin hurgar en el sensacionalismo.
Una serie criminal con el enfoque televisivo más cercano
a la lectura de una novela que hoy se pueda encontrar. Un caso whudunit a la inglesa.
Donde cada espectador dispone de información suficiente
para ir alimentando sospechas y atreverse a apostar por alguno de los múltiples
sospechosos.
Resulta extremadamente tentador jugar a detectives en
casa como para no elegir culpable.
Un whudunit que evidencia que alguien de la serie no es
tan inocente como hace creer.
La opresión a medida que avanzan los episodios va
sometiendo a los habitantes del pueblo y a los espectadores a una sensación de
ahogo, a una sensación de claustrofobia que necesita rasgar el cielo para que
entre el aire.
Y al acabar los 8 capítulos, un final especialmente
sorpresivo, por inesperado, y absolutamente desgarrador por lo que supone a
nivel de convivencia y traición.
Serie premiada con tres BAFTA y rodada integramente en
escenarios naturales en el mismo perídod, julio, que transcurre la seire y a
merced de los cambios de tiempo y de temperaturas buscando el máximo realismo
en las actuaciones de los protagonistas.
Mientras se trabaja ya en la segunda temporada de Broadchurch, en EEUU se ha estrenado ya un remake con el título de Gracepoint con actores que repiten papel.
Post scriptum: parecería que en esta serie estaba todo dicho pero se ha hecho una segunda temporada reseñada aquí
Post scriptum: parecería que en esta serie estaba todo dicho pero se ha hecho una segunda temporada reseñada aquí
Muy recomendable. Me gusta sobre todo que se centra en contar las miserias del pueblo y eso lo hace incluso mejor que la investigación del asesinato. El final empieza a cantarse cuando están interrogando a una de las sospechosas y la sueltan. Por poner un pero, la resolución viene un poco de la mano de una casualidad que se acerca peligrosamente a un deux et machina.
ResponderEliminarUn placer como siempre leerte, Jordi.
Efectivamente Roberto, el desenlace tal vez resulte poco para lo mucho que da la serie.
EliminarUn abrazo.