El conflicto de Gaza: todos hablan, dicen poco y nadie escucha |
En la novela El poeta de
Gaza confluyen el sentido del deber, el compromiso político, la terrible convivencia
permanente con el terrorismo, el fanatismo religioso y el respeto a la amistad
y al amor.
Tal cúmulo de sensaciones
juntas no puede evitar que lo que debería solo ser una misión más para
cualquier militar entrenado agente del servicio secreto, se convierta en un
volcán de emociones a punto de estallar y de incierto desenlace.
La misión consiste en
localizar y capturar a Yotam, un joven líder terrorista palestino considerado
peligroso enemigo del estado de Israel e hijo de un poeta. El poeta de Gaza. Un
humanista aquejado de una grave enfermedad.
La novela va desgranando
todo el plan estratégicamente elaborado desde el establecimiento de la
cobertura que ha de proteger al agente que lo ha de atrapar hasta distintas
alternativas o plan B si hay que improvisar sobre la marcha, pero también
muestra como las frías estrategias diseñadas en un despacho chocan ante la
cambiante realidad que supone tratar con la parte humana.
En este plan no se
contemplan sentimientos y cuando estos surgen lo cuadriculado se descompone en
arabescos de caprichoso trazado y las lineales grecas en curvas sinuosas e imprevistas.
El poeta de Gaza es un thriller que contempla el conflicto entre Palestina e Israel desde
la perspectiva humana de quienes lo viven activamente. Los dos pueblos lo
sufren pasivamente, pero algunos de ambos bandos son parte activa tanto para su
posible solución como para su recrudecimiento. Un conflicto en el que todos
hablan, dicen poco y nadie escucha.
La novela es una metáfora
que se vale de una situación y de unos personajes para denunciar que nada está
perdido y todo es posible. Trata el conflicto generalizado entre pueblos e
ideologías reduciéndolo al conflicto de una sola persona como símbolo de toda la
humanidad.
Y si ésta persona es
capaz de ver la parte positiva de sumar sus enfrentamientos internos en lugar
de restar, también lo pueden hacer los pueblos.
Yishai Sarid |
Alude a la honestidad y a
la generosidad como armas capaces de solucionar el conflicto y las carga con
balas de empatía i de ausencia de prejuicios para dar en el blanco de la paz.
Hani, el poeta de Gaza,
simboliza la bondad. Dafna, la escritora, la esperanza. Ambos tienen hijos y
ambos sufren su distanciamiento. Sobre estas premisas la novela simboliza el
poder del dialogo aunque haya oídos sordos.
Yishai Sarid ganó el Gran
Premio de Literatura Policíaca de Francia 2001 con esta novela.
Que curioso, hoy que le han dado a Víctor del Árbol el Gran Premio de Literatura Policiaca de Francia 2015 que coincida con tu reseña. Genial.
ResponderEliminarY otra, estaba repasando relatos que tenía en el ordenador, y justo entre ayer y hoy estaba reescribiendo uno que lleva por título El profesor de Gaza.
Que pequeño parece todo.
Y por lo demás, parece una buena lectura y siempre es bueno recurrir a novelas premiadas hace años para seguir creciendo como lector.
Saludos
La novela es una excusa perfecta para analizar los conflictos internos de quien se debe a su país y a su causa y a la vez necesita expandir sus sentimientos. Un abrazo!
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