En Rey de Picas estamos ante un Dr. Jekill y su reverso Mr.
Hyde, no como científico sino en forma de escritor. Andrew J. Rush es un
renombrado autor de novelas de suspense, que admira a Stephen King, que vende a
espuertas y que es conocido y respetado por el público y mimado por su editorial.
Pero tiene un alter ego, el Rey de Picas, que le permite
liberar las tensiones contenidas en su obra políticamente correcta incluso en
los finales. Y ese otro escritor es su opuesto. Es soez, vulgar, machista y
violento hasta extremos inimaginables.
¿Quién es en realidad Andrew J. Rush? ¿Es el Dr. Jekill o
es Mr Hyde?
Su lenta pero progresiva degradación empieza a querer
asomar y su autodestrucción es palpable, y mientras dilucida sobre sus deseos
recibe una acusación de plagio de la señora Haider y esto supone encender una
mecha que, aunque larga y por tanto generadora de angustia, ante un ¿inevitable?
final, amenaza con explotar y acabar con todo.
Un protagonista que destila rencor y cuya inestabilidad es
consecuencia de su inseguridad. Y otros personajes: su mujer Irina y su hija
Julia, con amplio registro humano y trascendente detonador en la trama.
Joyce Carol Oates busca la parte humorística, humor negro
eso si, a la tragedia pero no da tregua a su protagonista. Lo somete a esa
dualidad que amenaza su cordura y que evidencia, con la denuncia de plagio, ese
ego sublimado que padecen ciertas personas cuando alcanzan una posición
envidiable por la mayoría silenciosa. La escritura en primera persona acentúa
la percepción y la alternancia de los acontecimientos sostiene y ensalza la
intriga.
La dificultad para algunos escritores en discernir la
realidad de la ficción es sometida a disección. La escalada a la cúspide para
alcanzar la fama es la antesala a la caída hacia el olvido, y eso, para según
quien puede ser peor que la propia muerta: cuan mejor morir siendo alguien
admirado y envidiado que alguien odiado y repudiado.
La autora aprovecha la ironía de la situación para evidenciar el funcionamiento del sector editorial en un retrato entre bastidores que pone el dedo donde más duele en la mente de un abogado: ni verdades ni mentiras, solo argucias.
Adecúa el ritmo narrativo a partir de las voces de los
protagonistas que como un batería o un bajo, alargan o acortan el sostenimiento
de la melodía para lucimiento de los solos.
Joye Carol Oates acaba de ser merecidísima galardonada con
el el 16º Premio Carvalho de Novela Negra que concede BCNegra y que recibirá a
primeros del año próximo, 2021, 1º después de la pandemia.
Hay quien dice que por su otra literatura es merecedora del Nobel. El tiempo lo dirá. De
momento lean Rey de Picas y si escriben o han sentido la tentación de hacerlo,
con más motivo.
Una magnífica novela a la altura de la autora. Yo prefiero las novelas largas, pero en Joyce Carol Oates todo es de calidad superior. Y sus novelas menos largas son fabulosas. La última que he leído, "Persecución" es otra obra maestra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo.
EliminarSaludos!