En el mundo hay dos formas de vida: la diurna y la nocturna. Y a su vez se subdividen en otras dos: la expuesta y la oculta.
La forma nocturna sumada a la
opción oculta da como resultado un submundo propio que se rige con normas
propias y en donde las relaciones pierden humanidad y solo rige el interés. Nocturnidad y alevosía.
Es el submundo donde se mueve
la delincuencia, el trapicheo, el proxenetismo y la prostitución. Pájaros de
vida nocturna.
La novela se mueve por este submundo parisino y tiene como protagonistas a esas aves que vuelan bajo, por los bajos fondos, y mueren sin importar a nadie.
El comandante de policía
Philippe Valmy, habitual de la noche por trabajo policial, pide el traslado a
la Brigada Criminal para pasar las veladas nocturnas en casa, contentar a su
mujer y salvar su matrimonio.
Algo por lo que habrá de
luchar habida cuenta de que el deterioro sufrido no es nada con una dura prueba
que les queda por afrontar. Algo capaz de socavar cualquier relación por muy
consolidada que parezca estar.
Su estreno en la brigada no
resulta cómodo. Coincide con el asesinato de una joven, a quien conoce
sobradamente por haberla tenido de confidente, y con la actitud distante de un
subalterno, que hizo suyo el puesto y que ahora siente que se lo ha arrebatado
alguien sin experiencia y sin mérito alguno.
Relaciones familiares,
profesionales y con soplones hacen girar al comandante Valmy como si estuviera
en un tiovivo, sabiendo que si no baja no podrá resolver el caso.
Alexandre Galien ha escrito una novela negra que aunque a ratos se mueve a ritmo de thriller, es claramente de procedimiento policial. No obstante, en ambos casos otorga a la lectura la sensación de no parar quieta ni un momento y de que constantemente pasan cosas y más que van a pasar.
El autor demuestra su gran
conocimiento del funcionamiento interno del cuerpo policial dando detalles y
mostrando comportamientos, que dan alta verosimilitud a las partes de la
narración que le son afines.
En cambio, y en lo que se
refiere a personajes, no se da tanta maña y a algunos los deja un poco a merced
de las circunstancias; como un acompañamiento decidido sobre la marcha a un
plato que se merecería algo mejor.
La novela fue Premio Quai des Orfèvres 2020 y es que tiene
esa característica del policial francés clásico que tanto gusta a lectores
canónicos y a jurados, especialmente en el país vecino.
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