Connor, un adolescente
responsable y deportista, ha entrado, por azar, en un chat privado, sin
invitación, en la web oculta por donde se movía por razones propias. Y en lugar
de retirarse antes de ser descubierto alardea de su presencia, de haber seguido
las conversaciones y de dudar de la veracidad de lo que en ellas se dice.
Los interpelados, ofendidos y
violentados, deciden que Connor no va salir del callejón y organizan su
eliminación. Son unos psicópatas y no dejaran que un niñato ponga en duda su
superioridad. Entre ellos se conocen por apodos: Alpha,
Bravo, Charlie, Delta y Easy y conforman el grupo Los muchachos de Jack, por su
idolatrado Destripador.
Connor no sabe que ha pisado
un nido de víboras y que con ello ha puesto en marcha un plan que no solo puede
incumbirle a él sino también a sus allegados, como Nikki su también joven amiga
y sus abuelos PM1 y PM2. Sus enemigos son hábiles usuarios informáticos, algún
hacker entre ellos, y despiadados asesinos.
A partir de aquí un thriller de
suspense e intriga que parece más dirigido a adolescentes que adultos, como
suele ser habitual en las obras que, siendo escritas por mayores de 60 años, a
quienes la tecnología digital queda lejos más allá de funciones básicas, tienen
a internet y en especial su parte oscura como línea vehicular del argumento.
Probablemente por ese motivo
en la novela no hay el mismo nivel de detalle sobre navegación web,
encriptación y seguridad informática que sobre armas y útiles prácticos en la
logística de asesinatos planificados. Lo analógico vence a lo digital, así que
no teman encontrarse con un lenguaje incomprensible.
A la obra, como suele ser cada vez, y lamentablemente, más habitual, le sobran bastantes páginas y en particular se le agradecerían giros que dotasen a la trama de mayor inquietud e interés ya que mantiene un tono lineal constante y una gran dosis de previsibilidad a lo largo de su extensión que es de 543 páginas.
El Club de los Psicópatas es el thriller noir en el que los asesinos conspiran en la
internet profunda y salen a matar al mundo real.
John Katzenbach sigue fiel a su estilo y no se sale del guion ni de los argumentos que le han hecho famoso; lo que resultará satisfactorio para quienes disfrutan de sus thrillers de alto voltaje y costumbrismo social. Ya saben que no es novela negra pero sus asesinatos y su presión social le confieren un aspecto turbio y peligroso que hará recapacitar sobre la seguridad en internet.
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