viernes, 1 de noviembre de 2024

Perro come Perro de Edward Bunker

Perro como perro pertenece al subgénero de la novela negra denominado crook story en el que los protagonistas son los delincuentes.

Unos delincuentes que nos dejan participar de sus vivencias y ganan nuestra empatía por parecer menos malos en comparación con los peores

Es un engaño. Estamos siendo manipulados. Ellos y los peores, son delincuentes y ante cualquier atisbo de debilidad nos dispararán a la cabeza si dudar y sin inmutarse, por tanto, ojo hacia quien dirigimos nuestras simpatías.

Troy Cameron sale de cumplir once años de reclusión y como que en terreno pedregoso no se dan flores, “es como si cultivaran chiflados en un invernadero”, no solo no desembarca reconvertido, en el mundo real, sino dispuesto a dar un nuevo, gran, golpe.

Uno que no puede fallar y que le va a producir los dividendos suficientes para compensar tantos años de encierro y le va a garantizar una vida de placeres por el tiempo que le quede.

Tiene al Greco como contacto facilitador y cuenta con Diesel, un gigantón responsable y respetuoso y con Mad Dog, alguien que cuando se le cruzan los cables se convierte en un perro persiguiendo su propio rabo que va sulfurándose a cada nuevo e improductivo giro.

Cada personaje actúa según su propio código y tipifican distintos perfiles de criminales, a cuál más interesante, que irán desarrollando en función de cómo se desencadenen los acontecimientos.

Edward Bunker, su autor, exconvicto de reformatorios y centros penitenciarios, escribe sobre lo que, sobradamente, conoce y por eso consigue imprimir a su redacción tanto realismo.

Y lo ha hecho en novelas y guiones e incluso en sus diálogos en sus participaciones en filmes, como el breve pero conciso que suelta haciendo de Señor Azul en Reservoir Dogs.

Un estilo que puede parecer áspero pero que no deja de ser el que sabe lo que vale un minuto de libertad y no está dispuesto a perderlo en tonterías.

Sus personajes reflexionan sobre aspectos sociales

Los diálogos que escribe son vividos. Son los que él ha pronunciado y los que se suceden en el día a día de las personas elegidas como referencia para crear los personajes y las reacciones son viscerales porque responden únicamente al instinto de supervivencia.

Sus personajes, los ambientes por donde se mueven, sus pensamientos, sus necesidades, sus relaciones, no es que sean verosímiles, es que son veraces.

El relato de Perro como perro dibuja una imagen de la realidad contundente como un puñetazo y coherente con el camino que cada cual ha decidido seguir. A veces sin haber tenido posibilidad de elección.

Si son de novela negra sin florituras, de quienes se iniciaron con el hard boiled, láncense sobre esta novela como perro sobre un hueso y serán felices.