miércoles, 23 de abril de 2025

Tres asesinos de Kotaro Isaka

Para la gente corriente, el trabajo diario suele tener un cierto grado de previsibilidad, cotidianidad e incluso rutina. El de los asesinos a sueldo, también.

Y podría parecer lo contrario, pero si lo analizamos con detalle, precisa el mismo tacto y don de gentes de toda persona que trata con público, con clientes. Tanto da que sea para venderles unos zapatos, que una botella de vino o para asesinarlos. Hay que comportarse adaptándose a cada perfil.

Suzuki, que ha enviudado de manera indeseable hace poco, es un profesor de matemáticas que, a pesar de no conocer nada del submundo criminal, se aventura a infiltrarse en una organización, que tiene intereses en numerosas ramas de la delincuencia, con ánimo de vengarse de quién rompió su vida por la mitad.

Y ese periplo le llevará a cruzarse en los caminos que siguen tres sicarios, tres asesinos en serie, que hacen de su anonimato su tarjeta de visita.

Está El Empujón cuyo apodo hace referencia a su modo de operar, se deduce facilmente, y de liquidar los encargos y de quien nada más se sabe. La Ballena, cuyo apodo hace referencia a su físico grandote y que permite a sus víctimas despedirse mediante el suicidio. Y La Cigarra, cuyo sobrenombre le viene por la necesidad de cháchara incansable y que prefiere la proximidad para sentir el ruido de succión de un cuchillo al penetrar en la carne y notar su resistencia al desgarrar tejidos musculares y órganos.

Estamos ante una novela con cuatro protagonistas que alternan capítulos y a los que vamos a conocer en su trabajo y en su intimidad, hasta saber cómo sienten y cómo piensan.

De Kotaro Isaka ya comenté su novela Tren Bala en el fascículo dedicado al Noir Made in Japan (II) del podcast El Mussol Maltès que pueden recuperar en Ivoox o en Spotify Y solo dura 30 minutos.

Y ciertamente tienen mucho en común. En ambas hay un número considerable de asesinos a sueldo, pivotan sobre una venganza encarnada en una persona corriente y alternan episodios graciosos con otros de gran carga dramática, aunque ambos se relaten desde una distancia aséptica, por otra parte, característica de la novela de misterio y policíaca japonesa. Y todo servido a ritmo de thriller y con giros que aunque se anticipan, se esperan con impaciencia.

Kotaro Isaka no pretende una crítica social hacia ese oficio que parece instaurado socialmente en Japón, sino relatar su componente humano y mostrar que el llamado submundo criminal, está a la vista de todos y a plena luz del día.

Tres asesinos es una novela negra que se asemeja a un anuncio de oferta de empleo. Al fin y al cabo no es tanto el servicio como la honestidad. Asesinar sin engañar, podría ser considerado más lícito que vender carne o pescado en mal estado o a precio inflado.

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