Su estima se encamina hacia Charo la prostituta redimida con la que tiene una tierna relación especial y con Biscuter su ayudante todo terreno aunque tenga nombre de pequeño utilitario.
Sólo hay algo que le emocione, además de la cocina, ni que sea por unos instantes y es el ritual de encender la chimenea de su casa en Vallvidrera. Primero selecciona el libro adecuado al día, a su estado de ánimo y a su circunstancia y a continuación lo enciende utilizándolo como acelerante del fuedo de leña.
En su cocina tanto lo podemos ver preparándose un complicado bocadillo de varias capas, como friendo un chorizo a la sidra, como preparandose un revoltillos de ajos y esparragos trigueros, cociendo un oloroso potaje de múltiple colorido y composición u horneando una lubina o una dorada, de piscifactoria no por favor, con aderezo de hierbas aromáticas, ajo y cebolla.
No reniega de la nouvelle cuisine, ya superada por las deconstrucciones a las que tampoco rechaza pero abraza un cierto aire primitivo enraizado en las recetas del saber popular y en llamar al pan, pan y al vino, vino. Donde esté un buen corte de hogaza que se alejen los mini panes ultra congelados de cocción instantánea aunque estén rellenos de aceitunas negras, pipas o nueces.
Ha pasado hambre y sabe de la importancia que tiene reconfortar el estomago. Por eso mira de reojo, en estudiada contemplación, lo que piden las mesas vecinas del restaurante. En su frase "Ningún ser humano indiferente ante la comida es digno de confianza", se encuentra la síntesis de su filosofía. Y es su test para determinar como son las personas con las que trata; depende de lo que coman, como lo hagan y en que cantidad, le basta para formarse una opinión y generalmente, acertar.
Pepe Carvalho es el hijo literario de Manuel Vázquez Montalban y si aún no lo conocen ya están tardando. Buena novela negra y buena gastronomía.
A Pepe, como a Manolo, no les gustaba comer solos por eso les acompañaremos con este revoltijo de gambas, receta facilitada por Hug Pla, cocinero del Restaurant Kaiku de la Barceloneta.
Revoltijo de gambas
100 gr de gamba roja pequeña
20 gr ajos tiernos
1 diente de ajo
Perejil
2 cl aceite de oliva
2 huevos de gallina de granja
Elaboración:
En una paella antiadherente y a fuego medio salteamos los ajos tiernos cortados durante dos o tres minutos, a continuación añadimos las gambas peladas y el ajo y el perejil picados y lo salteamos todo durante un minuto.
Bajamos el fuego al mínimo y echamos los huevos batidos sin airear. Mezclamos de forma suave durante cuatro o cinco minutos y justo antes de que el huevo cuaje del todo, salpimentamos y emplatamos de inmediato (a la que se enfría pierde su cremosidad).
Un buen revoltijo debería de hacerse siempre al baño maría para conseguir la textura adecuada del huevo que, no lo olviden, no ha de ser tortilla.
Esta es la tercera y última entrega de Pepe Carvalho y la cocina, que empezara con el post del Lluçanès, aquí, y siguiera en el anterior post del mismo Kaiku, aquí.
Más sobre gastronomía negra en este blog, aquí.
Para saber todo y más sobre Pepe Carvalho. aquí. Van a disfrutar.