La muerte es al mismo tiempo tan grande como una montaña y
tan insignificante como un cabello.
Misterio en la Torre Eiffel transcurre en Junio de 1889.
París celebra por tercera vez una Feria Internacional y aprovecha para bautizar
mundialmente su imponente Torre Eiffel levantada unos meses antes.
Una feria internacional por aquel entonces es como google
ahora: poner a disposición de cualquier visitante información de lejanos,
desconocidos y exóticos países; mostrar el funcionamiento de nuevos y revolucionarios
inventos; permitir pasear por la historia casi sin moverse de sitio.
Una feria
internacional abarrotada por treinta y tres millones de visitantes.
En ese mismo París, en el número 18 de la rue de
Saints-Pères, en un amplio edificio se lee un cartel “Elzévir, libros nuevos y
de segunda mano”, es la librería regentada por Víctor Legris y Kenji Mori, amigos
y asociados, y atendida mayormente por el joven eficiente y entregado y
motivado Joseph.
Una serie de muertes se suceden en ese ambiente cosmopolita
y de proyección internacional, en ese París que está en boca de todo el mundo y
que por ese motivo este tipo de sucesos no es algo que se desee proclamar y si
solucionar cuanto antes y con poco ruído.
De ahí que Víctor Legris y el inspector Lecacheur se vean
involucrados, por distintos motivos, en una investigación criminal con pocas
pistas y unas evidencias desconcertantes. La trama va circunscribiéndose a unos
pocos sospechosos aunque la muerte de alguno obligue a reconsiderar hipótesis y
recomenzar de nuevo reorientando las pesquisas.
Le Passe-partout es el periódico que se dedica a contravenir
los deseos policiales de hacer poco ruido con los hechos, a base de titulares
sensacionalistas y llamativos. El periódico lo gestiona un amigo de Víctor que
desea su participación en columnas de opinión a la que éste accede lo que le
lleva a conocer a Tasha Kherson, una joven emancipada y brillante ilustradora
del rotativo, de la que se enamora perdidamente con el recelo que suscita que
se encuentre entre su lista de sospechosos.
Liliane Korb y Laurence Lefebre son dos hermanas que escriben
bajo el seudónimo de Claude Izner y llevan publicadas mínimo 6 novelas de la
serie Los misterios de Victor Legris, siendo este Misterio en la Torre Eiffel
su primer caso.
Especializadas en ese ambiente de finales del siglo XIX
tienen la facilidad de transmitir las sensaciones callejeras de esa época y de
transportar a sus lectores a paseos en landó sobre traqueteantes adoquines.
Empiecen la lectura, o cualquiera de sus despertares cotidianos escuchando En revenant de la revue, melodía que Joseph silba cada mañana al
retirar las contraventanas de la librería como marcha motivadora para iniciar
la jornada laboral.
Y pueden continuar la audición con Orfeo en los infiernos y
si les da hambre pueden relajar la lectura entregándose a una delicatessen
gastronómica, si les pierde el dulce:
Le gateaux La Legion d’Honneur
Se trata de unas mini tortas hechas de capas de bizcocho
rellenas de crema y con la parte superior cubierta de mazapán caramelizado.
Todo el sabor del París de 1889, en la novela y en el dulce.