Mora es un pequeño pueblo sueco de moral casi victoriana
situada a orillas del lago Sjlian más o menos hacia el centro del país. Es el
pueblo natal de Greta Lindberg al que ahora vuelve esta pelirroja, de carácter
tozudo, valiente e inteligente, a curarse de mal de amores.
Mora es ese pequeño pueblo a
menudo vestido de nieve que salvando las distancias ficticias, en longitud y
latitud, nos recuerda Saint Mary Mead.
Y es que Agatha Christie está omnipresente en toda la novela.
Así, Greta considera
El caso de los anónimos como una de
sus mejores novelas y destaca Misterio en
Pale Horse por el predominante e interesante papel que tiene Ariadne
Oliver, posible alter ego de la Gran Dama del Crimen.
No deja de ser curioso que Nina Wallström, a quien aún no conoce pero no tardará en
hacerlo,
sienta identica pasión aunque su preferida sea Muerte en la vicaría.
Greta está a punto de canviar la trayectoría de su vida
tanto en lo profesional como en lo sentimental, pero ni ella misma sospecha
hasta que punto el vuelco va a ser tan exagerado: sus inclinaciones literarias
están a punto de convertirse en realidad.
Hija de sueco, inspector de policía en activo y de
inglesa, poetisa, fallecida en accidente de tráfico; y ella, sueca, profesora
de literatura y voraz lectora, en especial de novela policiaca y en particular
de Agatha Christie, a quien idolatra hasta el punto de que su loro hembra, de
raza gris africana y nueve años de edad, se llama Miss Marple y si tuviera una
librería sería temática de novela
policial, enigma y misterio con Club de Lectura incluido y la
llamaría Némesis en homenaje al título de la última novela protagonizada
por Miss Marple.
Y ¿que le puede deparar el destino a alguien como ella?
Pues ni más ni menos que vivir en primera persona lo que
tantas veces ha constituido argumento de sus lecturas. Y eso sin ir a buscar
nada: al igual que sucede
con miss Marple, Greta no va a resolver crímenes sino que estos vienen a ella
para ser resueltos.
Karl Lindberg es el
inspector de la policía local, viudo y padre de Greta y quien siempre deseó que
su hija siguiera sus pasos en el cuerpo, cosa que está haciendo de forma
oficiosa ya que no está calzada con zapatos oficiales sino con zapatos de
calle.
En la comisaría tiene como
equipo a Mikel Stevic, un policía a quien el pensar más con la cabeza pequeña y
calva que con las neuronas de la grande le provoca sentimientos encontrados y
encuentro de problemas; y a Nina Wallström, buena y pragmática profesional pero
comedida con sus sentimientos hasta más allá de lo que debiera pues desde hace
tiempo suspira por su jefe Karl.
También aparece Hanna
Windfel, su mejor amiga que siempre la está animando y que se postula como una
fotógrafa con porvenir.
Y un personaje entrañable es
Pernilla Apelgren, a quien deseamos más protagonismo en las siguientes entregas
y que recuerda a la Gladys Kravitz de la serie de televisión Embrujada, por estar todo el rato pegada
a las cortinas de su casa espiando lo que sucede enfrente.
El asesinato es el motivo para que haya una investigación policíaca pero no
es el fin en sí mismo, por lo que no hay recreación morbosa en el hecho en sí
sino simple y llanamente constatación de una muerte por un tercero y
desencadenante de las pesquisas oficiales y las paralelas de Greta. Un whudunit en toda regla.
Y aunque la resolución se desvele con bastante anterioridad al fin de la
novela no por ello decae el interés, ya que al propio de haber descubierto quién
está detrás ahora lo que interesa es saber cómo obtener pruebas incriminatorias
para su confesión.
La Redención y la muerte es una novela que mezcla enigma policial, intriga,
humor, romanticismo y costumbrismo de forma amable y sencilla y permite una
lectura fácil y amena, con cierto aire juvenil, y sembrada de diálogos y
referencias literarias de género que tanto harán las delicias de los seguidores
del whudunit británico sin que le
falte ningún ingrediente y permite una lectura sin sobresaltos y sin
salpicaduras como a los componentes de club de lectura para primerizos.
Andrea Yungblut es el nombre de esta
autora argentina que firma sus novelas eróticas como Breeze Baker, las novelas
de suspense como Sienna Anderson, las románticas como Andrea Milano y las
novelas de misterio policial como Lena Svensson. A prolífica
difícilmente se le gana.
Emplear seudónimo con apellido nórdico y ubicar las novelas en Suecia ¿por qué será? ¿tirón
de moda? Puede hacerle o no flaco favor a su literatura policial pero para los
reacios al género que surgió del frío una aclaración: recuerden que la autora
es argentina y no vive en Suecia: ¿sino de que iba a tener la novela ese aire
latino a pesar de transcurrir en Mora?
Una recomendación a autora y editorial: si la edición es para España ojo
que los giros hispanoamericanos no dan sensación de localismo sino de mala
corrección. Y chirrían notablemente esos modismos en boca de un nórdico.
A este primer caso de Greta Lindberg le siguen dos más ya publicados: El Cazador y la Presa, y El Ángel y el Infierno, próximamente en
este blog.
La banda sonora de la novela la compone ABBA, en
particular Gimme, gimme, gimme (la
preferida de Miss Marple, el loro, no la anciana), el grupo In Flames y el
grupo Evergrey liderado por Tom Englund.
Pinchen aquí para conocer el site oficial de Lena Svensson.
Post scriptum: la segunda novela de la serie ya está reseñada en este blog, pinchen en el título para leerla: El cazador y la presa
Post scriptum: la segunda novela de la serie ya está reseñada en este blog, pinchen en el título para leerla: El cazador y la presa