jueves, 14 de enero de 2016

Programa BCNegra 2016

BCNegra 2016
Programa en Castellano de
 BCNegra 2016

29 enero, viernes

19:00
Inauguración exposición ‘En primera línea: la foto. Periodismo de vanguardia’ en Biblioteca Jaume Fuster, Pl. de Lesseps 20.

19:30
Mesa redonda ‘Los periodistas: objetivo detrás del objetivo’ homenaje a José Couso y Paco Elvira. Con Javier Bauluz, Jordi Borrás, Pepe Encinas, Javier Couso y Andrea Elvira. Modera Joaquim Noguero. En Biblioteca Jaume Fuster, Pl. de Lesseps 20

30 enero, sábado

11:00
Mesa redonda ‘Barcelona capital catalana y europea del crimen (literario, naturalmente) con Lluís Llort, Rafa Melero, Graziella Moreno, Marc Moreno y Aro Sáinz de la Maza. Modera Miguel Ángel Díaz Ortega. En Sala de Actos Oriol Bohigas del Ateneu Barcelonés, Canuda 6.

12:30
Mesa redonda ‘SigloXIX, El siglo de la luz, es, en Barcelona, el siglo de la oscuridad donde se esconden los asesinos’ con Toni Arençon, Jordi Llobregat y Daniel Sánchez Pardos. Modera Sergi Doria. En Sala de Actos Oriol Bohigas del Ateneu Barcelonés, Canuda 6.

18:00
Proyección del filme ‘El testamento del Dr. Mabuse’ en Museo Nacional de Arte de Catalunya, Palacio Nacional, Parque de Montjuic

31 enero, domingo

12:00
Mesa redonda ‘Los genios del mal: en celuloide y en papel’ con Josep Mª Bunyol y Paco Camarasa. Modera Josep Miquel Faura. En Museo Nacional de Arte de Catalunya, Palacio Nacional, Parque de Montjuic

1 febrero, lunes

16:30
Charla ‘Desde Francia nuevos matices del noir eterno’ con Michel Bussi, Bernard Minier y Toni Marín. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

17:45
Mesa redonda ‘El bouquet del crimen: color de vino, color de sangre’ con Julio César Cano, Daniel García Giménez y Xabier Gutierrez. Modera Joan C. Martín. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

19:15
Charla ‘Crimen contra la humanidad’ con Alberto Vázquez-Figueroa y Antonio G. Iturbe. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

2 febrero, martes

12:30
Charla homenaje al periodista Xavier Vinader ‘El periodismo contra la guerra sucia’ con Bru Rovira, José Martí Gómez, Eduardo Martín de Pozuelo y Xavier Montanyà. Modera Jordi Bordas. En Auditorio de la Facultad de la Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna en la Universidad Ramon Llull, Valldonzella 12.

16:30
Mesa redonda ‘Antropología y novela negra’ con Dolores Juliano y María Oruña. Modera Verena Stolcke. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88

18:00
Mesa redonda ‘Tiempos de esperanza, tiempos de ilusión’ con Nacho Abad, Carmen Conde, Edmundo Díaz, Gema García-Teresa y Elena Torres. Modera Nacho Cabana. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88

19:30
Mesa redonda ‘Cuando el crimen deviene psicológico’ con Belinda Bauer, Ruben Eliassen, Mari Jungstedt y Lars Kepler. Modera Pilar Argudo. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

3 febrero, miércoles

16:00
Mesa redonda ‘No se mueren, las asesinan. Las queremos vivas’ con Joana Gallego, Denise Mina, Alba Orteu y Anna Choy. Modera Fàtima Llambrich. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

17:15
Mesa redonda ‘Homenaje a Rafael Chirbes’ con Xabier Aliaga, Juanjo Braulio, Esperança Camp, y Joanjo García. Modera David Fernández. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88

18:45
Charla ‘Abril a Lyon’ con Hélène Fischbach y Paco Camarasa. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

19:30
Charla ‘Camille Verhoeven, la intución tozuda, la tozudez intuitiva’ con Pierre Lemaitre y Álvaro Colomer. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

4 febrero, jueves

12:30
Mesa redonda ‘Catalunya, un país lleno de crímenes literarios’ con Miquel Aguirre, Lluís Bosch, David Marín, Mireia Llinàs y Rafael Vallbona. Modera Lluís Llort. En Auditorio de la Facultad de la Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna en la Universidad Ramon Llull, Valldonzella 12.

16:00
Mesa redonda ‘Crímenes con sonrisa’ con Rafa Calatayud, Carlos Salem y Teresa Solana. Modera Marc Balcells. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

17:00
Mesa redonda ‘Glasgow: las islas y los prados verdes’ con Peter May, Denise Mina y Louise Welsh. Modera Antonio Lozano. En Auditori del Conservatori del Liceu, Nou de la Rambla 88.

19:00
Entrega del XI Premio Pepe Carvalho a Donna Leon en el Saló de Cent de l’Ajuntament de Barcelona, Pl. de Sant Jaume 1

5 febrero, viernes

12:00
Mesa redonda ‘El lado oscuro de la red’ con Pere Cervantes, Antonia Huertas, Manel Medina y Mercè Molist. Modera Carles Quilez. En Sala de Actos del Colegio de Periodistas de Catalunya, Rbla. de Catalunya 10.

16:00
Mesa redonda ‘Juego sucio: bancos y servicios secretos’ con Sergio Salgado y Albert Villaró. Modera Pere Rusiñol. En Sala Barts, Av del Paral·lel 62

17:00
Mesa redonda ‘El mal camino de la conspiración de los mediocres mientras sigamos jóvenes’ con José Luis Correa, Ernesto Mallo y Mikel Santiago. Modera Rosa Ribas. En Sala Barts, Av del Paral·lel 62.

18:30
Charla ‘Martin Beck ya ha cumplido 50’ con Maj Sjöwall y Pedro G. Cuartango. Sala Barts, Av del Paral·lel 62.

19:30
Charla ‘Venecia: ciudad o decorado’ con Donna Leon, Rosa Mora y Paco Camarasa. Sala Barts, Av del Paral·lel 62

6 febrero, sábado

11:00
Mesa redonda ‘La cosecha en castellano’ con Juan Bas, Segi Doria, Francisco José Jurado, David Llorente y Berna González Harbour. Modera Jesús Lens Espinosa de los Monteros. En Sala de Actos Oriol Bohigas del Ateneu Barcelonés, Canuda 6.

12:30
Charla ‘Dos Hammett por favor, agitados no mezclados’ con Andreu Martín y Carlos Zanón. Modera Matías Néspolo. En Sala de Actos Oriol Bohigas del Ateneu Barcelonés, Canuda 6.


Durante estos días habrá proyecciones de Films de Hitchcock en La Filmoteca Nacional de Catalunya, así como emisiones de radio en la SER relacionadas.

Consulten aquí todo el detalle http://lameva.barcelona.cat/bcnegra/programa/6-de-febrer

Feliz BCNegra 2016!

domingo, 10 de enero de 2016

Agatha Raisin y el veterinario cruel de M. C. Beaton

¿Dos gatos mejor que uno?
Esta segunda entrega de la serie protagonizada por esta cincuentona inglesa que abandonó el éxito como relaciones públicas en Londres para jubilarse anticipadamente en Los Cotswolds sigue los pasos de su novela predecesora, en cuanto a estructura, pero corrige los defectos más notorios que eran la falta de ritmo y algunas descripciones vacías de interés.

Por todo ello Agatha Raisin y el veterinario cruel es más agradecida de leer, más ágil, más interesante y con un protagonismo compartido entre Agatha Raisin y el coronel James Lacey, del que Agatha está adolescentemente enamorada, cuya relación permite desarrollar más el componente humano de ambos y da pie a situaciones jocosas que mantienen la sonrisa durante toda la lectura.

Sonrisa que aflora ya desde el mismo inicio con unas esperpénticas vacaciones de Agatha en Las Bahamas hasta el mismo final entonando a voz en grito el clásico de Sinatra I did it my way.

Sonrisa que a menudo pasa a risa comedida que no expansiva pero ya se sabe que estamos ante humor británico y el juego de ironías es deporte popular.

Tan británico como que en el timbre de la entrada a Clarendon, vivienda familiar del detective Bill Wong suene Rule, Britannia y en el portarrollos de papel higiénico del mismo hogar suene The Bluebells of Scotland. Lo que no va parejo con la falta de cortesía de sus padres para con sus invitados lo que de nuevo invita a una conversación rica en despropósito acompañada de una botella de Liebfraumilch.

En Los Cotswolds se ha instalado a tiempo parcial un nuevo veterinario, Paul Bladen, joven y atractivo sobre todo para mujeres de edad madura a quienes sabe regalar el oído; un veterinario que curiosamente odia los animales domésticos.

Tras fallecer en un desafortunado accidente, Agatha Raisin encontrará razones para sospechar que tal vez todo no sea tan claro como parece y al obtener la colaboración de su soñado coronel James Lacey está ya dispuesta a demostrar que en su muerte se esconde un asesinato aunque tenga que cometerlo ella misma.

En esta nueva novela Agatha Raisin muestra su lado más humano y a su carácter indómito y contrario a seguir las reglas se contrapone su lado más tierno al adoptar otro gato y más ensoñador e ingenuo al no poder evitar enamorarse y tener celos.

La sospecha en la primera novela de la serie que Agatha Raisin podía ser una copia descolorida de la ancianita Jane Marple de Agatha Christie queda afortunada y completamente descartado, para siempre, en esta segunda.

Agatha Raisin tiene una más que evidente pasión por solucionar asesinatos pero también una personalidad tan dispareja con Jane Marple que hace que su evocacón sea solo un rendido y cariñosísimo homenaje.

M. C. Beaton una escritora prolífica
M. C. Beaton parece dominar ese estilo de novela policiaca clásica, ese whudunit basado en el descubrimiento del asesino como si fuera un juego de sobremesa y que hoy, al ser la detective una amateur seguramente sería clasificada en el subgénero denominado domestic noir.

La novela, muy corta, es de lectura ligera y entretiene y divierte a partes iguales sin ninguna otra pretensión. Muy recomendable sabiendo claramente lo que nos vamos a encontrar.

Lean aquí la reseña de la primera novela de esta serie Agatha Raisin y la quiche letal

jueves, 7 de enero de 2016

Al hilo del mundo literario de la novela negra

Tipología de la novela policiaca
En el mundo actual de la novela negra parece haberse instaurado el que si no presentas un extravagante asesino de mentalidad retorcida que actúe con denostada maldad e interprete, más que cometa, sus atrocidades como si estuviera ejecutando un triple mortal con doble tirabuzón al bies no eres nadie.

Y de eso tiene la culpa el lector y la editorial que no el autor; que bastante duro es imaginar un argumento y unos personajes que nadie haya imaginado antes (harto difícil visto el catálogo de especímenes ominosos que viven instalados en las bibliotecas de medio mundo) y escribirlo con más o menos gracia y conseguir que lo publiquen como para encima cargar en las espaldas la pesada mochila de ser un oportunista mercantil.

Y digo la editorial porqué si funciona hay que seguir y seguir y digo el lector no por su condición sinó por su indefensión ante las agresivas publicidades que mienten más que informan.

Antes se intentaba sacar panes de las piedras ahora el esfuerzo editorial se centra en sacarlos de la novela negra, novela policiaca, thriller, thriller negro, novela interrobang vamos, esa que salió del mainstream para instalarse como oriunda.

Y sacuden sus autores de primera y segunda fila como si fueran olivos y esperan que de ellos caigan novelas negras por encargo, que no aceitunas, listas para ser envasadas y promocionadas donde haya opción de venta. Aúnque sean en secciones de hipermercados justo al lado del pasillo de aceitunas y encurtidos.

Y ahora ya son los premios literarios quienes son otorgados sin ningún pudor a autores de novela negra (y no es que no se lo merezcan) a quienes hasta hace poco denostaban por ser su obra considerada indigna de formar parte del circulo virtuoso de la Cultura, con C mayúscula.

Y que se intente, lo de sacar panes, no significa que se consiga: según dicen quienes de esto entienden tanto el punto de venta, la librería de toda la vida vamos, como sobre todo el autor ven muy poca remuneración de vuelta.

Y un escritor cobra menos que un maestro de escuela. De los de antes y con los recortes también de los de ahora.

Actualmente publicar alimenta más el ego que la barriga. Llena más las arcas de la satisfacción que de dígitos la cuenta bancaria. Hay que buscar bolos, participar en eventos, hacer de jurado, lo que sea para redondear las cifras o como mínimo promocionar la obra y que a la postre también debería de incidir en el tema pecuniario.

Pero aún y así muchos son los llamados a escribir, publicar, triunfar y ganar dinero y pocos, muy pocos los que logran lo primero, algunos además lo segundo, menos muchos menos los que logran lo tercero y… ¿qué era lo cuarto? A si! ganar dinero; ganar lo que se dice ganar se gana pero no lo suficiente, el esfuerzo no es justamente recompensado, al menos no es igual que vaciar una máquina tragaperras de un casino con un puto euro y bajar una palanca como todo gesto.

Pero es que hay tal euforia con la novela negra que quien más quien menos acarrea con cedazo, sombrero y botas hasta la rodilla para encontrar esas pepitas de oro con las que el mercado editorial encandila las mentes de quien se acerca con un original. Y si no, lo tienen crudo:

-       Uy que mono, otro escritor ¿es novela negra?
-       Pues no
-       ¿Pero la podemos etiquetar así?
-       Me temo que no…
-       Vale ¿Autoayuda? ¿Recetas de cocina?
-       Tampoco...
-       Es que ahora no se vende nada más. Lo siento. Vuelva usted otro día.

Y el candidato a escritor, en la intimidad de su sancta sanctórum de escribiente, allí donde las musas suelen acariciar y estimular sus neuronas, se dispone a reescribir su ensayo revisionista sobre Una mirada al arte del siglo XX según el materialismo dialéctico de Karl Marx.

Convertirá al orondo barbudo en un joven de pelo lacio y piercing en la nariz hijo de revolucionarios convertido en un sádico asesino en serie de artistas vendidos al capitalismo, enamorado de una galerista de arte mundano, su femme fatale, que le provoca conflictos internos de lucha de clases entreverado con el alienamiento que los programas gratuitos de retoques de imágenes por PC (Personal Computer que no Partido Comunista) provocan en los asalariados.

Un policía encarnando el poder del mercantilismo anónimo le sigue los pasos, huellas con marcas de pintura reciente, mientras una gran exposición recopilatoria de arte del siglo XX está a punto de inaugurarse, ta–ta–ta-chán.

El título por supuesto se adapta a Arte asesino y con un original bajo el brazo y una vela encendida a algún santo de su devoción el candidato a escritor vuelve con renovada ilusión a convencer a la editorial.

Y más o menos así se vienen publicando novelas, que las fajas anuncian como novela negra, de consumo rápido y sabor a prefabricado: fastbook.

Los lectores de novela negra exorcizamos nuestro yo oscuro, dicen, al leer este tipo de género. Al vivirlo en la imaginación no necesitamos vivirlo en la realidad dicen. Somos, psicologicamente hablando, enfermos irredentos, dicen. Sarta de chorradas, digo.

La novela negra es y ha de ser y seguir siendo un divertimento, una ficción con su apego a la realidad si así lo desea pero cualquier otra intencionalidad puede dar lugar a obras de resultado cortoplacista que no podrán ofrecer relectura futura y eso podría tener consecuencias funestas para la supervivencia del género.

Las grandes obras del género se leen y releen sean de la época que sean.

El tiempo pondrá cada obra en su lugar y la novela negra de verdad, no la oportunista, no la hecha por encargo ahora que está de moda, exigirá y cobrará cabezas.

Si la novela negra ha acabado con librerías como Negra y Criminal ¿Qué no será capaz de hacer?

domingo, 3 de enero de 2016

El hijo de la virtud de Juan Pablo Longobardo

Thriller sociopolítico
El hijo de la virtud es un juvenil thriller sociopolítico con más crónica de realismo en sus páginas que en las de los periódicos, que incide en lo ya sabido de que en las desigualdades entre clases sociales siempre ganan los que ostentan algún tipo de poder que les permite traspasar líneas rojas sin castigo y también que ante el dinero pocos se resisten a ser corruptos.

Su lectura ha de permitir a jóvenes revolucionarios de salón, como diría Marx, o a recientes indignados de tienda de campaña, aún expuestos a la erótica del poder, reflexionar sobre el alcance que pueden tener las ideas cuando se pasan a los hechos de un modo radical e irreversible. Aquellos que hayan seguido el cómic o visto el film V de Vendetta no podrán evitar notar ciertas analogías.

A Maximilien Robespierre, entusiasta visionario y enloquecido artífice de la revolución francesa de 1789, rinde veneración el cántabro protagonista de esta novela, Emmanuel de las Casas y a quien profesa profundo respeto por considerarlo su padre ideológico.

Robespierre
Emmanuel es un profesor de filosofía que decide culminar el camino que inició Robespierre para contextualizar la República de la Virtud y como que emplear la guillotina sería anacrónico decide junto con cuatro amigos, Víctor, Ahmed, Adi y Nastia, valerse de armas modernas y sobre todo del poder mediático de internet para despertar las conciencias adormecidas y manipuladas del pueblo oprimido, aunque sea por la fuerza, mediante la reinstauración del terror.

El terrorismo entendido como medio expiatorio para liberarse de los que comprometen la virtud mediante sus malas artes con las que no solo consiguen sus viles propósitos sino que además viven instaurados en la impunidad. Por eso deben ser excluidos de la sociedad mediante un ajusticiamiento ejemplarizante.

Pero en este camino de redención autoimpuesta se van a liberar más que tensiones y Emmanuel va a tener que tomar terribles decisiones que enfrentarán su amistad más noble con su idealismo y su amor más pasional con su misión. Las tragedias no solo se viven de puertas a fuera sino que también destruyen por dentro.

Es un thriller inteligente porque pone al joven lector frente el espejo que refleja esos pensamientos tan íntimos, tanto que no se dicen y cuyo sordo eco hace contraer los músculos de la cara, sobre lo que nos gustaría hacer sino fuera por las restricciones morales y legales.

Juan Pablo Longobardo ha escrito una amena reflexión desde la erudición filosófica sin cruzar el umbral de la pretenciosidad a pesar del uso de citas y de las diatribas que proclaman los protagonistas durante sus purgas.

La escritura convence tanto en las descripciones más cruentas de las acciones punitivas como en las aproximaciones amorosas llenas de tierno romanticismo huyendo en ambos casos de lo fácil y lo trillado empleando un léxico rico y comprometiendose ante situaciones capaces de tambalear firmes convicciones dejando la dignidad en entredicho.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

W de Whisky de Sue Grafton

Un gato bobtail, nuevo miembro
 del universo Kinsey Millhome
El Alfabeto del Crimen de Sue Grafton sigue completándose y acercándose a su final con esta nueva entrega y mantiene la cohesión geográfica y ambiental, década de 1980, que conecta toda la serie y sigue la evolución personal de los protagonistas como si fuera ayer la última vez que coincidimos.

En W de Whisky nos encontramos de entrada con dos cadáveres y un intervalo de varias semanas entre uno y otro y nada que haga sospechar la más mínima relación. Uno corresponde al de un detective privado y el otro al de un indigente no identificado.

Ambos cadáveres tienen un punto en común: Kinsey Millhome, nuestra querida detective y protagonista de toda la serie. El nombre de Kinsey aparece en un pedazo de papel en el bolsillo del cadáver del sin techo. Kinsey no lo conoce y no sabe si la buscaba para contratar sus servicios. Si conoce al detective privado, la otra víctima, con quien había coincidido tiempo atrás y mejor no haberlo hecho.

El misterio está servido y sitúa a Kinsey en el epicentro de un caso que destapará un poco más de su desconocido pasado y con el que tendrá que lidiar y lo hará como siempre mientras soluciona sus quehaceres cotidianos profesionales y personales y mientras mantiene sus relaciones con su casero y amigo Henry y William el hermano de éste, un gato como nuevo vecino y con el sobresalto hormonal que supone el regreso de un querido antiguo novio.

Esta novela es especialmente humana por el trato que dispensa a las víctimas de la marginación social, los homeless, por lo general rechazadas por propios y ajenos y por las muestras de generosidad que aún y así florecen entre ellos y en algunos miembros solidarios de la propia comunidad.

Las premisas empleadas por Sue Grafton para empezar sus novelas suelen ser situaciones prosaicas relacionadas con las obligaciones profesionales de Kinsey que hábilmente combinadas con el quehacer doméstico diario de los habituales protagonistas acaban desarrollando una trama mezcla de costumbrismo y policial, sencilla y desenfadada pero completa e interesante.

Y todo contado en ese estilo Sue Grafton que nos es tan conocido y por ello querido. Ese estilo que hace que todo vaya encajando y que avance lenta pero imparablemente hacia su objetivo, ese estilo sinuoso pero decidido como el avance de una serpiente.

Impagable resulta la subtrama lineal que desde el principio está presente y que hace referencia al coche de Kinsey.

El alfabeto del Crimen, decíamos al principio, está llegando a su fin, esta novela es la número 23 de la serie y tal vez su mayor logro sea el de mantenerse constante y fiel a su primera entrega, si bien es cierto que acusa dificultad para ser sorprendente y original.

Sue Graton en Negra y Criminal
durante su estancia en BCNegra
 A estas alturas los seguidores de la serie hace tiempo que aceptamos las reglas del juego y sabemos a que atenernos al abrir una nueva novela.

Que duda cabe que incremento del número de páginas (terrible imposición que azota a la novela negra en los últimos años) tiende a ralentizar el ritmo narrativo pero la autora lo aprovecha inteligentemente para ir insertando reflexiones de la protagonista no exentas de su peculiar sentido del humor.

Esperando la entrega con la letra X, de xilófono? de xilografía? xenofobia?  xenofilia? xerofagia?...



Lean aquí la reseña dedicada a su novela anterior titulada V de venganza y a la valoración del conjunto de su obra.