Hacer "Un pequeño favor" conlleva una gran responsabilidad |
Todos tenemos secretos. Y que todos deberíamos tenerlos
ocultos es algo que tanto Stephanie como Emily aprenden pronto.
Stephanie es una Mami blogger que escribe en su blog lo
que quiere que sus seguidoras lean y oculta todo aquello que pudiera
distorsionar la imagen que se ha creado. Es una Capitana mamá porqué vive para
y por su hijo pendiente de todo, sufriendo por todo y
cuando consigue una Amiga mamá, su aspiración casi enfermiza, su vida tiene otro eje sobre el que girar.
Su nueva amiga es Emily, una mujer que parece tenerlo todo en la vida y que resulta ser además la madre del mejor amigo de su hijo. La relación entre ellas es armoniosa y cada vez más cercana hasta que un día todo cambia.
Lo malo sucede el día en el que Emily le ha pedido que recoja su hijo ya que llegará tarde del trabajo, el tarde se convierte en muy tarde y al final desesperadamente tarde y cuando no contesta ni a llamadas ni a mensajes la sospecha que tal vez no vuelva nunca más se torna tangible.
Su nueva amiga es Emily, una mujer que parece tenerlo todo en la vida y que resulta ser además la madre del mejor amigo de su hijo. La relación entre ellas es armoniosa y cada vez más cercana hasta que un día todo cambia.
Lo malo sucede el día en el que Emily le ha pedido que recoja su hijo ya que llegará tarde del trabajo, el tarde se convierte en muy tarde y al final desesperadamente tarde y cuando no contesta ni a llamadas ni a mensajes la sospecha que tal vez no vuelva nunca más se torna tangible.
Es el momento en que la vida de color de rosa y las
autocomplacencias se vuelven suspicacias teñidas de gris.
Darcey Bell |
En la novela, escrita con la afabilidad con la que se
escribe en un blog, la autora aúna las voces de Stephanie como blogger,
empleando la técnica del narrador no fiable y clavando el empalagoso redactado,
y las de, otra vez Stephanie como narradora directa, Emily y Sean, esposo de ésta, que aportan los otros puntos de
vista para conocer la historia en sus 360 grados.
La autora conforma un argumento maquinado a partir de la
premisa premio y castigo; así alterna a discreción revelaciones que coinciden
con lo esperado por los lectores con otras que aún, mereciéndolas más, no las
concede en un juego perversamente manipulador de giros y requiebros que van
dando interés al asunto desembocando en un final en el que cada cual deberá
cerrar sus ventanas.
La novela, de lectura liviana, es un claro ejemplo de condescendencia
positiva que empatizará con los lectores. Hacer un pequeño favor a un conocido es
algo que todos hacemos casi a diario pero después de leer esta novela nos lo
pensaremos dos veces.