Javier Holmes ¿escritor de novela negra o detective noir? |
Está, se oye, pero casi no se ve. Y es que las novelas protagonizadas por esta joven y aún inexperta detective, su avasallante carácter puede con cualquier caso que se le enfrente y su personalidad siempre se sobrepone a cualquier trama.
Porqué sus casos son, en efecto, seísmos que sacuden conceptos y principios comunmente aceptados en sociedad por aquello de ojos que no ven, pero devastadores en sus consecuencias.
Los casos de Yaiza también se alejan, no mucho, del policial británico por tener un par de marchas más para ser resueltos fuera de salones y bibliotecas cerrados y polvorientos y hacerlo después de patear calles, meterse en problemas y líos complicados y
peligrosos, recibir puñetazos y buscar a alguien que le lama las heridas.
Javier Holmes,
el escritor, arma unos argumentos tan complejos que Javier Holmes, el
detective, debe echar mano de toda su experiencia y sabiduría para ayudar a
Yaiza a desentrañarlos y dedicar un montón de páginas a explicarnos por qué y
el cómo de todo ello.
Un curioso
personaje ese Holmes, con una apasionante vida anterior, aunque yo lo haya conocido en cuanto
Yaiza ha entrado en su vida robándole el papel protagonista. Un tipo que se refleja en el Marlowe de Chandler pero que
es capaz de recitar casos del Poirot de la querida Christie. Alguien que por
amor es capaz de renunciar al bourbon y pasarse a la manzanilla, la de
infusión. Alguien noble y nada engreído y pigmalion de una Yaiza que empieza a
asentarse en ese universo tópicamente masculino.
Y a la vez alguien tan
elegante como para regalarle a Yaiza el caso de su tercera novela, haciendo
mutis por Tailandia aunque, eso si, sus consejos y sus apariciones resulten imprescindibles y determinantes.
Estas son la
segunda y tercera novela de la serie protagonizada por Yaiza Cabrera una
auditora reconvertida a detective (ver la primera novela de la serie El primer gran caso de Yaiza Cabrera)
Procelosos Lodazales, segundo caso de Yaiza Cabrera |
Yaiza es un
personaje que está creciendo en la vida, como mujer, y en el oficio, como
detective, después de una corta carrera como economista.
Tras sus dubitativos
inicios como investigadora en los que precisaba de una autoestima personal y una reorientación
vivencial, la compañía de Melitón, ese sargento que le ayuda en sus pesquisas y en su busqueda de placer carnal, le está haciendo bien en ambos aspectos y su
éxito, no exento de riesgo y dolor, la
están reafirmando en lo acertado de su elección. En la de su pareja y en la de
su trabajo.
En
Procelosos Lodazales, la segunda, la trama tiene su razón de ser en unos hechos acaecidos
en París a principios del siglo XX y como que todo acto tiene sus consecuencias a lo largo del tiempo, estas alcanzan de lleno y en época actual, a una Yaiza descolocada y que se las
ve y desea para salir indemne e intentar resolver un misterio que contiene
asesinatos, desapariciones y atentados contra bienes históricos en el mismo
museo del Louvre.
Las Lágrimas de Hauwa Samuel, tercer caso de Yaiza Cabrera |
En Las
Lágrimas de Hauwa Samuel, tercera novela de la serie y con un upgrade de madurez literaria, el foco se pone en la trata de personas para fines
indignos e ignominiosos en un caso que empieza con una muerte que bien
podría ser tanto natural como suicidio como asesinato. La tragedia rodeará a Yaiza haciendo
tambalear sus convicciones morales y también su cabeza merced a los puñetazos
recibidos, en un caso de largo recorrido, mucho más del que aparenta en inicio.
Dos novelas
negras que asientan a este personaje que aún tiene margen de crecimiento y cuyas maneras, que apuntaba en su primera aparición, aún se perfilarán más.
Su descaro
impertinente y su libertad de pensamiento y actos, especialmente en lo que a
sexo se refiere, aporta un toque de frescura que renueva los tópicos de mujer
detective y nos hace esperar grandes cosas aún por relatar.