Asesinato en la mansión se promociona como “un misterio cozy de Lacey Doyle” y lo clava. Resulta una novela absolutamente cozy. Deliciosamente cozy como bollos de mantequilla recién horneados acompañados de una selección de sabrosas mermeladas caseras y té recién hecho, servido en una buena vajilla de porcelana decorada a mano en una mesa de jardín frente a un acantilado y el mar enfrente.
Para quien el término cozy
no le resulte familiar les diré que se refiere a un subgénero dentro de la
novela de misterio que encumbrara Agatha Christie y en la que Miss Marple, sin imaginárselo, sería
algo así como la predecesora.
Las novelas cozy pretenden
centrarse en un misterio, generalmente asesinato y habitualmente cometido en un
pueblo o entorno rural con pocos sospechosos, y resuelto por amateurs, preferentemente
solo mujeres.
Sus argumentos son amables, acogedores y cómodos (si a un
argumento se le puede calificar así y más habiendo crimen de por medio). Con
nada o poca violencia; con romanticismo, cortesía (aunque vaya acompañada de un
cuchillo entre los dientes), cotilleo y sobre todo con happy end.
O sea que sí, dentro del universo de la novela criminal,
ustedes son de hard boiled o novela
negra, incluso de thriller, probablemente
deban mantenerse a distancia ya que encontrarían su degustación empalagosa. Si
por el contrario son de novela de misterio, enigma, policiaca de ingenio y de domestic noir han encontrado su rincón cozy en esta amplia oferta de lectura.
Asesinato
en la mansión, es
un referente de la versión más suave del género. Entretiene, divierte, emociona,
hace suspirar y la felicidad y fortuna que derrocha provoca la envidia y el
deseo de dejar de ser lector para ser protagonista.
Lacey Doyle, la protagonista, es una neoyorkina experta en interiorismo que se
acaba de divorciar y está dispuesta a dar a su vida la oportunidad de vivirla
sin esas ataduras y convencionalismos que se van acoplando a lo largo de los
años y se convierten en un pesado lastre.
Sin la comprensión ni el apoyo ni de su madre ni de su
hermana decide, en un inspirador arrebato, realizar un viaje proustiano que la conduce a un pueblo
inglés del que tiene el mejor y el peor recuerdo infantil: un regreso al pasado
en busca del tiempo perdido.
Una vez allí descubrirá las bondades y las maldades que
supone para una forastera, y extranjera además, vivir en un pueblo, inglés por
más señas. El digo pero me callo británico frente a lo suelto alto y claro
americano. Y todo puede empeorar si hay un asesinato de por medio y un posible romance en ciernes.
Fiona
Grace, la autora tiene hasta cuatro series distintas compuestas
de varias novelas cada una, todas cozy,
que lamentablemente aún no están traducidas pero que pueden consultar en su
página web https://fionagraceauthor.com/