El argumento plantea muy bien desde el principio el alcance de lo que pretende. La cuidada presentación de cada uno de los protagonistas, bastantes y suficientemente diferentes y bien perfilados como para enriquecerlo con distintas voces y la ubicación del escenario: la esquina costera norte de la comarca del Baix Empordà, l’Empordanet, tomando como epicentro Llafranc, y añadiendo la tramontana al elenco de personajes.
Un amplio escenario geográfico
con variada orografía e igual plantilla de personajes con los que se desarrolla
una apasionante trama donde el amor de madre tiene su punto fuerte en su tendón
de Aquiles y donde el odio no muestra debilidad.
Nicolás Nico Ros acaba de instalarse en Llafranc con su mujer Estela y su
hijo Simón de 3 meses, en una casa regalo anticipado de Navidad de sus suegros.
Nico es detective y casi sin tiempo de instalarse y en visperas de las fiestas de amor y paz le llega el primer encargo de
alguien a quien no le puede negar nada aunque le pese la relación.
Una niña de 10 años, Bashira,
ha desaparecido en La Gola del Ter, las marismas que forman la desembocadura
del río, a las faldas del Montgrí. Un lugar idílico donde se puede despedir al
sol y saludar a la luna simultáneamente, no es extraño, pues, suponerle
vibraciones mágicas.
Nico trabaja codo con codo con
los activos policiales, les une una antigua amistad y relación familiar, en una
frenética búsqueda puesto que todos son conscientes de que el paso del tiempo, en esas situaciones, juega en contra
de encontrar a la pequeña con vida.
La dupla de autores ha
levantado una sólida novela sobre la delgada
línea que separa el thriller noir y la novela negra. Con lo que toman de cada
género lo más bueno que tienen para conseguir algo mejor. En este caso 1+1=3.
Beatriz Roger y Luiso Soldevila han escrito una novela empleando los conocimientos obtenidos de sus respectivas profesiones y empleando habilmente sus resortes, por lo que el resultado no podía desmerecer, destacando la perfilación de los caracteres y su preciso sentido del tempo narrativo.
Así, Marismas es una novela negra de las que se empiezan a leer al
atardecer y se acaba en la madrugada. A un argumento tan interesante no hay que
darle tregua; si se deja reposar, se enfría y pierde su tersura y su sabor.
Nadie vería un film de género thriller en tandas de 15 minutos al día.
Y no aventuro nada al afirmar
que tendrá continuidad como serie; basta solo con llegar a la escena post-crédito
para constatarlo. Y ya estoy deseando que ese día llegue pronto.
No hay duda de que estamos ante una obra que se va a posicionar en los lugares altos de los rankings y va a optar a premios. Dentro de un tiempo les voy a recordar esta premonición, y si no me creen ¿Qué pensarían si les dijera que me lo ha dicho Doña Sol?