Solo los dos personajes sobrevivientes desde el principio,
el comisario Selwyn Patterson y la actual alcaldesa Catherine Bordey, resultan
creíbles; los otros cuatro a cual peor. Para nada metidos en su papel, actuando
sin orden ni concierto y presagiando una muerte anunciada, la de la serie, si
nada no cambia, y sin capacidad de encontrar a su asesino ya que habrá sido un
claro suicidio.
Vale que se transige con su humor blanco, su noir también blanco, su ausencia de
erotismo, no hablemos de sexo, inexplicable en una isla llena de sensualidad
pero aceptado, y vale todo porqué el caso policiaco, sobre el papel, lo
aguantaba todo. Todo menos esta temporada.
Algo que parece que también ha sido constatado por alguien
con capacidad de decisión y suficiente autoridad para que su voz sea escuchada,
la mía predica en el desierto, ya que se anuncian drásticas medidas para la
décima y próxima temporada.
La primera de las medidas es la sustitución del inspector
que ya no ha esperado a la nueva temporada y a falta justo en la mitad de episodios
ya se ha materializado. Cierto que le falta rodaje e interiorizar el papel pero
apunta más y mejores maneras que su predecesor, Jack Mooney. Desde ahora
Neville Parker (el actor Ralf Little) es el inspector jefe de la Policía de
Saint Marie.
El método de trabajo no cambiará, ya que hasta ahora todos poco aportan al particular método patrón y que juega a la inadaptación en el entorno, el deseo de marchar contrarrestado con el de quedarse, el aparente despiste pero que no se escapa ni una, el empleo de la pizarra y la resolución del caso agrupando todos los sospechosos y señalando al culpable. Si algo funciona no lo cambies.
La segunda medida sería el reingreso de la subinspectora
Florence Cassell, alegando su recuperación y las ganas de volver a la actividad
normal después del episodio traumático sufrido y que la apartó a una isla
vecina.
La tercera sería la salida de la serie de la actual subinspectora
Madeleine Dumas. De la que cabe destacar su nula aportación como investigadora
(rol que sus predecesoras desarrollaron con empeño y convicción) y el mérito de
no haber conseguido que sus expresiones faciales encajasen con la situación sea
la que fuese, como si no entendiera el idioma.
La cuarta apunta también a otra salida, la de la oficial Ruby
Patterson que si bien se le ha ido dando más peso a su papel, llegando a
intervenir en casos demostrando más capacidades e iniciativa que su compañero
JP o la subinspectora, no resulta creíble en absoluto y su comportamiento
adolescente hormonado no acaba de encontrar su lugar.
Y la quinta y última supondría otra incorporación: la de un
joven delincuente, amigo de J.P, que buscaría una oportunidad para rehacer su
vida.
De J.P. Hoover nada se sabe pero el hecho de haber aprobado
el examen de ascenso deja la puerta abierta a cualquier posibilidad argumental.
Habrá que esperar al próximo verano, la décima temporada,
para ver si el cambio de piezas va de la mano también de una mayor tensión en
las tramas y podemos volver a disfrutar de una serie, que sin ninguna pretensión
más que entretener resulta perfecta para ayudar a soportar calores
insoportables.
Recuerden como fueron las temporadas anteriores:
1ª Temporada (con Richard
Poole y Camille Bordey)
2ª Temporada (con Richard
Poole y Camille Bordey)
3ª Temporada (con Humphrey
Goodman y Camille Bordey)
4ª Temporada (con Humphrey
Goodman, Camille Bordey y Florence Cassel)
5ª Temporada (con Humphrey
Goodman y Florence Cassel)
6ª Temporada (con Humphrey
Goodman, Jack Mooney y Florence Cassel)
7ª Temporada (con Jack
Mooney y Florence Cassel)
8ª Temporada (con Jack Mooney, Florence Cassel y Madeleine Dumas)