viernes, 13 de abril de 2012

Fricandó de Can Lluís y Vázquez Montalbán

El Raval es un barrio de Barcelona proclive, por sus estrechas y serpenteantes calles, donde el sol entra a cuchilladas entre resquicios, a ser escenario de novelas y películas de cine negro. Sombras y luces en ropa tendida, en fachadas decadentes y en adoquines con mucha historia.


Durante años ser considerado el barrio chino, por méritos nada orientales, ha acentuado su atmósfera y su leyenda. Hoy es un crisol de razas y culturas. Vive gente de más de 130 países, se hablan más de 46 lenguas y están representadas 15 religiones con sus centros de culto.

Entre tanta mezcolanza, hay que ir con cuidado para no pasarse la pequeña y estrecha Calle Botella ya que en la fachada del número 11 se encuentra una placa conmemorativa señalando la casa que fuera lugar de nacimiento de Manuel Vázquez Montalbán.

Estas calles son las que Pepe Carvalho recorre una y otra vez en sus correrías. Como las recorría el pequeño Manuel en sus juegos y por las que transitaba de mayor en busca de sus lugares amigos donde compartir una buena comida con buena compañía.

La comida y la compañía estaban en el Restaurant Can Lluís, a un tiro de piedra, en el 49 de la Calle de la Cera. Donde mantienen un menú con su nombre y nos facilitan la receta de uno de sus platos preferidos.

Fricandó con setas

Ingredientes (para 6 personas)
1 Kg de ternera cortada a filetes pequeños
250 gr de gírgolas o níscalos
2 cebollas
2 tomates
1 copa de vino blanco
1 copita de brandy
harina
una rama de canela
aceite
sal



Para la picada:

2 dientes de ajo
puñado de almendras




Elaboración:

Salpimentada y enharinada la carne se marca en una cazuela con aceite y se reserva fuera.
En el mismo aceite se hace un sofrito concentrado con la cebolla finamente picada a mano y el tomate rallado.


Cuando este a punto se añade la carne y se flamea con el brandy para a continuación regarlo todo con el vino blanco y esperar a que reduzca. Cubrirlo todo con agua, ya caliente, y dejarlo cocer a fuego suave hasta que la carne esté blanda.

Momento de añadir las setas que previamente habremos lavado y escurrido y paseado por una paella. Se deja cocer todo junto el tiempo de hacer la picada y una vez añadida esta hay que dejar unos diez minutos más hasta emplatar y disfrutar en la mesa.

Vean en este enlace
http://maddogtvdinners.wordpress.com/2011/12/12/can-lluis/ como Can Lluís merece admiración también allende de nuestras fronteras.

Otros post de Gastronomía de este blog

Recuerden el post sobre el restaurante en este mismo blog: Restaurant Can Lluís y Vázquez Montalbán
 

domingo, 8 de abril de 2012

El chef ha muerto

Sentado en una terraza y mientras sostengo indolente mi White Horse me fijo en la morena de pelo ondulado y blanca piel que charla con la amiga rubia de cabello planchado. Leo sus labios, que preferiría mordisquear suavemente, y como su conversación no me interesa dejo que la mirada resbale por la suave curva de la barbilla y se deslice por el estilizado cuello penetrando en el pecoso canalillo por el que me gustaría poner algo más que una mirada. Soy Ven, Ven Cabreira y estoy en este bar haciendo tiempo hasta que abran la zapatería de enfrente donde calzan con ancho especial.

En la novela El Chef ha muerto sale el mismo whisky, la misma morena y el mismo Ven, pero mejor descrito porque Yanet Acosta, la autora, es buena como escritora. Se la adivina entusiasta, concienzuda, irónica, próxima, canalla, extrovertida y con dotes de tertuliana de a mi ustedes no me acaban las pilas.

El Chef, ha muerto y Ven Cabreira, ex- de empleos y cometidos que le sirven ahora en su faceta de investigador, recibe el encargo de la aseguradora para despejar dudas sobre la causa del óbito y saber si deben soltar la mosca o se la pueden ahorrar. Solo la muerte natural está cubierta por la póliza; el suicidio y el asesinato excluidos y dinero que me ahorro.

Ven entra en el mundo de las cocinas, que no le es del todo desconocido: tuvo su momento de gloria con una salsa verde de por medio, y entra en el mundo en el que si el cliente afirma que un vino es oval y no redondo ni cuadrado, se le da la razón aunque sepa tanto de vinos como las mariposas de natación, a pesar del estilo bautizado con su nombre. Ven, entra en un mundo en el que un inspector Michelin es todo y un inspector Maigret no existe, a no ser que sea con salsa de arándanos.

Al paso de la investigación no solo se irán despejando incógnitas del caso sino que a modo de catarsis se despejarán otras que han hecho ser a Ven como es. La redención también puede empezar por el estomago.

La cocina levantó el circo de la gastronomía y le han crecido los enanos y Yanet Acosta nos los cuenta desde su privilegiada situación de maestra de ceremonias en medio de la pista. No muerde la mano que la alimenta pero da a entender que en este circo hay mucho oropel y humo de colores.


Yanet demuestra que sabe de lo que escribe pero no hace ostentación. Frivoliza inteligentemente con esa gastronomía que como diosa pagana solo acepta seguidores que besen traseros. Frivoliza con esas corrientes culinarias que rivalizan por los egos de quienes las impulsan. Con guiños busca la complicidad.

Y así consigue una novela ligera, liviana casi, nada presuntuosa, con frases y párrafos tan digeribles como un bocado de moshi de fresa, de prosa ágil con relleno de diálogos salpimentados de ironía y preguntas equívocas acompañadas de respuestas ingeniosas. No se olvida de dotar a los protagonistas de nombres ocurrentes llenos de intencionalidad, igual que los títulos que da a los platos de las cartas. Y a los del recetario azul.

La investigación detectivesca marca el tempo de una novela que hubiésemos preferido más negra como unos auténticos tagliatelle con tinta o como la estirada vestimenta del maître. De todas formas este es solo el primer plato, estamos a la espera de Yanet acabe de emplatar el segundo y nos lo sirvan enCrudo o en suPunto.


Frían un huevo rizando y tostando los bordes, con puntillas, la yema temblorosa como un flan y ya en el plato añádanle un chorrito de aceite de trufa bianca y habrán convertido una comida, exquisita, de siempre, en un plato para gourmet. O como pasar de un huevo frito a un huevo Fabergé.

A menudo lo más próximo resulta lo más sabroso. Solo se necesita producto de calidad e imaginación. Los mismos ingredientes que para hacer una buena novela. Como esta, que tanto da hambre de leer como de comer.

Léanla y buen provecho!

Yanet Acosta tiene su blog  http://elchefhamuerto.wordpress.com/about/

También edita en papel y en electrónico, el plural y atípico fanzine de gastronomía enCrudo http://www.fanzine-encrudo.blogspot.com.es/

martes, 3 de abril de 2012

Programa Saló del Còmic Barcelona 2012

Este 2012 se celebra el 30 Saló del Còmic de Barcelona, del 3 al 6 de mayo, con entrada gratis para los nacidos en 1982 que lo acrediten (30 es el número).

Este año el salón va de Robots. Robots en su tinta.

Si los asesinos fueran robots, como se las ingeniarían los de la policía científica, los de criminalistica sin huellas digitales? sin humores corpóreos? sin pelos? sin ADN? sin pedacitos de ropa? ni restos de piel en las uñas de la víctima?..., estudiantes de criminología temblad: el futuro se complica.

¿Y los profilers como analizarían el comportamiento y las motivaciones de una amalgama de chips capaces de auto generar sinapsis?

El cartel de esta treintava edición es de Paco Roca (si, el de Arrugas) www.pacoroca.com y muestra, a modo de figura de naipe de la baraja francesa, los dos componentes que insuflan vida a un cómic: por un lado el dibujante por el otro el lector, el uno sin el otro no son nada, juntos son todo. El salón es el punto de encuentro.

Por un lado la creatividad, por el otro la interpretación, y en ambos casos imaginación.

Lean en este enlace una completísima entrevista con este magnífico autor en el recién desaparecido blog La cárcel de papel http://www.lacarceldepapel.com/2012/01/23/paco-roca/#more-21710 y en este otro de Zona Negativa encontrarán una guía para conocer su obra http://www.zonanegativa.com/?p=40214

Presencia anunciada de numerosos autores de cómics (este año con predominio americano) con el gran Milo Manara como estrella; talleres de dibujo, de diseño y construcción de robots, exposiciones entre la que destaca una: los bocetos, story-boards e ilustraciones del proceso de creación de un mito del género negro, nuestro querido gato Blacksad (recuerden aquí el post).

Y mucho más al coincidir este año con otras sonoras efemérides.

Como la de los 50 años del nacimiento de Spiderman, el trepamuros más en forma que nunca, y los 40 de Mazinger-Z “puños fuera” con la presencia de su autor Go Nanai en el salón, y otra que nos toca más de cerca son los 50 años de la revista Cavall Fort dedicada a la divulgación de historietas autóctonas o traducidas al catalán.

Se cumplen también 35 años del inicio de la Guerra de las Galaxias y evidentemente el homenaje va a ser de órdago con todo tipo de merchandising y la presencia de actores participantes en algunas entregas de la saga amén de figurantes disfrazados ocultándose del lado oscuro.

Robots, humanoides, clones, droides, terminators, transformers, extensa variedad de tuercas con potente presencia en el género interrobang universalmente conocidos gracias al cine.

En el salón se va a proyectar “Almas de Metal” de cuando el escritor Michael Chrichton (más conocido por su novela Parque Jurásico) hacía sus pinitos cinematográficos en esta ocasión recreando un parque temático con un hierático Yul Brinner que pone los pelos de punta.


Pueden aprovechar para ir al videoclub de guardia y revisar cinematografía robótica interrobang como la siempre magnífica “Blade Runner” y sus inquietantes y desesperados replicantes y un detective inmerso en la duda; o “Yo robot” con un asesinato que cuestiona la validez de las leyes de la robótica; o “La Isla” donde los clones son más que recambios de desguace, o...

Todo el programa completo de las actividades de este Saló del Còmic 2012 y sus últimas actualizaciones aquí, en su web http://comic-30.ficomic.com/INFO/default.cfm

viernes, 30 de marzo de 2012

El verano de los juguetes muertos

El barco que conduce del puerto de la pubertad hacia la tierra de la juventud y la madurez, tiene que atravesar el mar de de la adolescencia cuya travesía suele ser difícil cuando no hacer zozobrar.

Hay que saber coger las olas para aprovechar su empuje a favor y no encararse a ellas. Pero claro, cada barco es distinto y cada travesía también. Nadie sabe que va a encontrarse y las experiencias de otros no suelen ser escuchadas o aplicables a los demás.

Difícil travesía en la que nos aferramos a lo que más nos gusta: una caricia, un abrazo, un peluche, una miniatura; aquello que nos hace sentir seguros y queridos antes de embarcarnos.

¿Es difícil hacerse mayor? ¿Y como se sabe que ya lo somos?

En la novela El verano de los juguetes muertos, su título lo dice todo. Se parte de un momento de la infancia en la se debería ser feliz y que no ha sido y se llega luego a donde se llega.

Héctor Salgado, inspector de policía en Barcelona y argentino de origen acaba de volver de unas vacaciones de desconexión y de golpe se reencuentra con la realidad.

Mientras intenta superar una investigación de asuntos internos, un recuerdo tenebroso del último caso que aún colea y una situación familiar complicada, se le viene encima una investigación con exigencias de discrección extrema: el suicidio de un joven de familia de buena posición. Y de añadido le asignan una nueva compañera que no conoce y con la que se siente extraño.

La novela presenta cada cara de este prisma de forma que la figura de Héctor Salgado sea el epicentro de los hechos que se van sucediendo y es de destacar lo bien estructurada y tan bien narrada como está.

La relación de Héctor con el entorno: sus compañeros, sus superiores, su familia, su vecina, los sospechosos, resulta verídica y cotidiana sin más. Simplemente fluye.

Es de esas novelas que no necesitan reinventar el género a base de exagerar a los clásicos; solo saber escoger de la realidad, del día a día, ciertos elementos que bien combinados resulta un texto compacto y sin fisuras; agradecido.

Toni Hill, el autor, ha compuesto unos personajes, unas situaciones y unos diálogos a los que no les sobra nada. Ha desarrollado una trama en una Barcelona que va desde la inmigración ilegal y la práctica de magia negra, hasta la gauche divine y su mundo de hipocresía y hermetismo sectario, Y sabe atrapar la atención y mantener el tono adecuado de ansiedad por la evolución y el desenlace. Que por cierto, aún advertido que su final era sorprendente, jamás me hubiese esperado que lo fuera tanto.

Facilmente el inspector Héctor Salgado se ha hecho un hueco en nuestro sofá y ya lo tratamos como si lo conociéramos de siempre. Un placer Toni, un placer Héctor, volved cuando queráis.

Post scriptum: la segunda novela de la serie, 'Los buenos suicidas' reseñada aquí y la tercera y cierre de la trilogía 'Los amantes de Hiroshima' reseñada aquí.

viernes, 23 de marzo de 2012

Crímenes exquisitos

Crímenes exquisitos es una novela escrita a cuatro manos, las del escritor, psicólogo, criminólogo y televisivo Vicente Garrido y las de la periodista, criminóloga, historiadora y con intereses artísticos Nieves Abarca.

Con padres con tan completo cv el hijo literario no podía desentonar. Y los genes  son claramente los suyos haciendo caso del axioma de que siempre se ha de escribir de lo que se conoce. Por lo que a verosimilitud no les gana nadie ni se les coge en renuncio.

La novela es contundente se mire por donde se mire: profusión de páginas, 800, profusión de personajes, de situaciones, de tramas y subtramas entrecruzadas, de temas y sorpresas para no caer en lo lineal e incitar al lector a ir a por un poco más ayudada por la brevedad de los capítulos que sorbo a sorbo te acabas bebiendo la botella sin darte cuenta. Dulzona en su espeluznante maldad.

Nada de lo que se cuenta por inverosímil que parezca es imposible, y de todo ello lo que mejor define a la novela son precisamente sus personajes. Todos perfilados con cincel. Los malos todos monstruos. Los buenos, no. Pero todos muy glamourosos: muchos son cultos, cuando no brillantes; todos son atractivos, hombres y mujeres, incluso los malos, cuando no guapos a rabiar; todos despiertan instintos básicos y los satisfacen; visten y calzan marca y cara; distinguen un Cohiba de un Montecristo por el olor, el mismo olfato con el que perciben sutiles perfumes y son capaces de saborear el sibaritísssimo Perrier Jouët con un conocimiento del producto que da envidia, sana.

La inspectora Valentina Negro es la protagonista, y que protagonista ¿hay algo que le falte a esa mujer? y Javier Sanjuán el criminólogo asesor, seductor y mediático ¿hay algo que no sepa este hombre? ambos colaboran en la investigación de un caso que como punta de negro iceberg a medida que va saliendo a flote muestra cada vez peor cara.

No es una novela negra al uso, ni policial al uso, para ser un thriller de suspense. Explora un universo lleno de mundos: arte, placer, poder, droga, trata de blancas, prostitución, tráfico de influencias, sexo, sado, bizarro, bondage...y picoteando de este y aquel despliega situaciones variopintas y coloristas donde cabe de todo sin temer a los extremismos, generosamente salpimentados con cocaína, lagrimas, semen y dolor, mucho dolor.

La narración presenta exceso de detalles, en la precisión quirúrgica con que se describe el procedimiento policial, en las clases de arte y el uso de la terminología artística, en las descripciones geográficas, en los tejidos con que se visten, en los entresijos del día a día de una redacción de periódico. Y eso es un pero. Tanta minuciosidad  descriptiva tiende a lastrar la novela en su parte creativa acercándola a un informe forense. A veces es mejor sugerir que mostrar y dejar algo más a la imaginación.

Crímenes exquisitos tiene un magnífico principio, presenta un argumento principal con giros y recovecos suficientes como para atraer con lectura fácil sin marear y concluye de forma interesante y prometedora.

La edición es de premio, el diseño, la imagen, los colores, la tipografía. Gracias Versatil por saber envolver con elegancia y sugerencia al regalo.

Lagrimas negras, como la canción: “... y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras”
Lágrima de tinta, como la canción: “... lágrimas de tinta para escribir/que sin ti no puedo vivir”
Lágrimas de sangre, como la canción: “...cuánto lamento verte/esa lágrima de sangre”


Es difícil escribir más sobre ella sin soltar algún spoiler, tantas páginas y tantas situaciones se prestan inevitablemente a polemizar por lo que resulta una novela adecuada para estudiantes de criminología, amantes de las modernas series americanas televisión y sobre todo para los clubes de lectura ya que obtendrá inmediatamente partidarios y detractores y dará mucho juego de tertulia y controversia.

Post scriptum:

Lean las reseñas de la segunda novela de la serie 'Martyrium' y de la tercera 'El hombre de la máscara de espejos' pinchando sobre el título.