jueves, 4 de septiembre de 2014

Agatha Raisin y la quiche letal de M. C. Beaton

Agatha Raisin y la quiche letal es una entretenida novela que provoca sonrisas y sorpresas a partes iguales; un whudunit que se encuadra en la corriente conocida como Cozy Mistery, 'esa en donde el sexo y la violencia está minimizados o son tratados con una buena carga de humor' (como describe el blog Hermanas del Crimen Perfecto).

Y va camino de consolidar una interesante simbiosis entre la narrativa irónica, divertida, ridiculizante y con situaciones perfectamente sincronizadas de P. G. Woodehouse, en sus abduciones de urbanitas londinenses y reapariciones en medio del caracter rural inglés, y la narrativa intrigante, jeroglífica, entretenida y criminal de Agatha Christie, con sus asesinatos rurales en donde un pequeño pueblo reproduce a escala el mismo nivel de maldad que las grandes ciudades.

Agatha Raisin, la protagonista, en una relaciones públicas londinense de 53 años y un carácter muy especial que decide vender su empresa y con las ganancias retirarse a una pacífica vida campestre en los Cotswolds a menos de dos horas de Londres.

Los Cotswolds, una región de inmensos prados y suaves colinas salpicada de pueblecitos con casitas propias de gnomos, marcaron su infancia; y su recuerdo de niñez ha decidido su futuro como adulta independiente.

Cambia el selecto barrio de Mayfair londinense por el pequeño pueblo de Carsely; un apartamento con todas las comodidades por un cottage tan auténtico como que es de los que tiene el tejado de paja, y la adaptación a la nueva situación resulta díficil como no podía ser de otra manera.

Y tampoco ayudan sus nuevos vecinos, muy amables cuando se trata de hablar del tiempo pero más esquivos a considerar como uno de los suyos a una forastera que empieza actúando con una vecina como si negociara un contrato en la jungla habitada por publicistas o periodistas.

Así que decide hacer un esfuerzo para ganarse un hueco en ese entorno tan jovial, solo en apariencia, y el 'Gran Concurso de Quiches' le parece la ocasión perfecta para darse a conocer. Solo que su intento se ve truncado por la accidental muerte de un miembro del jurado resultado de comer su quiche de espinacas.

Agatha Raisin que lee a Agatha Christie para aliviar su pesar y entretenerse se ve tan espoleada por la lectura y el aburrimiento como para encarnar a una miss Marple, más joven y ágil, y ensuciarse las manos en la masa de lo que, cada vez está más convencida, se trata de un asesinato.

Agatha Raisin es un personaje de físico anodino y figura regordeta pero con un carácter fuerte que se retrata perfectamente en este brillante y demoledor párrafo:

"... pensó Agatha al sentarse en el comedor del Hotel Haynes. Se encendió un cigarrillo y miró sombríamente el tráfico que chirriaba por Mayfair.

El hombre sentado a la mesa de detrás de la suya empezó a toser, se atragantó y agitó su periódico, irritado. Agatha miró su cigarrillo encendido y suspiró. Luego levantó la mano y llamó al camarero.

- Saque a ese hombre de la mesa que tengo detrás - le pidió - y búsquele otra. Me está molestando."

Marion Chesney es una escocesa, que cuenta con 78 años de edad, prolífica autora de novela romántica que firma indistintamente con su nombre y con diversos seudónimos.

Y con el seudónimo M. C. Beaton es la autora con dos largas series de novela policiaca protagonizadas, una por Agatha Raisin (con veintícinco novelas publicadas) y la otra por Hamish Macbeth (con treinta novelas).

Agatha Raisin y la quiche letal es la primera de la serie. Ahora solo falta esperar las traducciones, aunque leída ésta parece que la espera merecerá la pena.

Post scriptum: más reseñas de Agatha Raisin

02 Agatha Raisin y el veterinario cruel

03 Agatha Raisin y la jardinera plantada

04 Agatha Raisin y los paseantes de Dembley

lunes, 1 de septiembre de 2014

El cazador y la presa de Lena Svensson

Ante cazadores hay que
evitar ser presa
El cazador y la presa es la segunda novela de Lena Svensson que tiene como protagonista a Greta Linber, joven propietaria de la librería Némesis cuyo nombre se debe a su devoción por Agatha Christie.

Y como en la anterior, en esta nueva novela sigue efluviando ese aire whudunit del five o’clock tea, o sea novela enigma inglesa, aunque en esta ocasión se adentre en el lado oscuro y toque un tema de novela negra fuerte y despreciable como suelen ser los casos donde las víctimas son infantiles.

Aunque, fiel a ese estilo del ¿quién lo hizo?, no traspasa la línea que ilusoriamente delimita la novela policial de la novela negra.

Y así el argumento no pretende la denuncia social ni pone el dedo en la llaga de la podredumbre que suponen ese tipo de comportamientos enfermos que la sociedad parece como si no quisiera afrontar y por tanto pasa de puntillas sobre él y solo lo emplea para tejer el cobertor de tranquila vida social del pueblo y cobijar la trama policiaca para su resolución.

Utiliza el medio para justificar el fin.

Otra diferencia clara respecto la novela anterior, y debe ser algo inevitable en una escritora tan poliédrica, es la confusión de identidades y que se traduce por una cierta inclinación hacia el romanticismo que, si se impone, puede acabar convirtiendo esta serie en una saga chic-lit.

Recuerden que Andrea Yungblut es el nombre verdadero de esta escritora argentina y que firma con seudónimo distinto según la temática de su obra, a saber: firma sus novelas eróticas como Breeze Baker, las novelas de suspense como Sienna Anderson, las románticas como Andrea Milano y las novelas de misterio policial como Lena Svensson.

Y parece que la personalidad romántica de Andrea Milano gana terreno y pretende hacerse hueco en detrimento de la personalidad policial de Lena Svensson como le correspondería por temática criminal, ya que la novela empieza a nadar entre dos aguas y con ello la serie corre el riesgo de naufragar desde el punto de vista policial.

Tal vez la tercera entrega (próximamente reseñada en este blog) nos aclare hacia donde va la serie.

Greta Linberg, la joven, guapa, inteligente y atrevida protagonista, se ha recuperado del susto que le supuso su intervención en el caso anterior de asesinato y lleva una vida normal y rutinaria trabajando en su librería y sin vida social y con su caos sentimental a cuestas, cuando de nuevo un suceso criminal despierta en ella ese instinto detectivesco y la arrastra a implicarse de lleno.

Instinto detectivesco parte heredado, su padre es el inspector de policía de la localidad, y parte desarrollado, no en vano se ha leído la gran mayoría de novelas policíacas y de misterio publicadas.


En esta ocasión el suceso trata del descubrimiento del cadáver de una niña de 12 años, enterrada en el bosque lindante con la localidad, que llevaba desaparecida once días con la consiguiente desesperación de sus familiares y de toda la comunidad.

El caso involucra al personal de la comisaría, a Greta y esta vez también a un refuerzo policial especializado proveniente de Estocolmo que resulta ser un compañero de juegos de la infancia y un verdadero conocedor de las artimañas delictivas en las redes sociales.

Una vez más, y siendo Greta librera negra y criminal, alude a libros de género que está leyendo o almacenando en las estanterías y en esta ocasión menciona El estrangulador de Hyde Park de Anne Perry, para un viaje que hace en avión, y las novelas de Arne Dahl y Anne Rule.

Currywurst
Y si quieren entrar en el ambiente gélido donde transcurren los casos no olviden prepararse una Currywurst, o lo que es lo mismo: salchicha con curry y salsa de tomate o si les va más el dulce, pueden degustar unos Plinsen, especie de crèpe o panqueque, rellenos con mermelada como hace la protagonista, pero tengan en cuenta, también dicho por ella, que es receta infalible para el engorde.

La banda sonora de la novela la proporciona Something de The Beatles la canción preferida de su madre Sue Ellen desde que se enamorara al oír a su, después marido, interpretársela con la guitarra acústica.

Vean la reseña de la primera novela de la serie La redención y la muerte.



martes, 26 de agosto de 2014

Los ladrones no pueden elegir de Lawrence Block

1ª novela de la serie
Bernie Rhodenbarr es un ladrón de guante blanco que reniega de la violencia y que roba lo justo y necesario, siempre elegido comedidamente, para ir tirando.

No entra en su código delictivo aceptar encargos, pero cuando le ofrecen 5 de los grandes por algo tan sencillo como entrar en un apartamento y sustraer una pequeña caja forrada de piel azul de un escritorio (un juego de niños para sus habilidades) no puede resistirse a una ganancia tan esplendida como fácil ni tampoco al misterio que supone que en el encargo figure explícitamente que no debe abrir la caja.

Retar a un ladrón de altos vuelos a que no abra algo cerrado es como pedirle a un músico de jazz que no improvise en un directo.

Claro que Bernie no piensa en el momento de aceptar el encargo que a veces lo sencillo puede esconder complicaciones imprevistas e inimaginables, tanto como para volverle a uno la vida del revés.

Y de simpático y anónimo ladrón pasa a convertirse en sospechoso de un asesinato y no tiene más remedio que implicarse en su resolución, no por vocación detectivesca sino por vocación a sobrevivir fuera de la cárcel.

Secreter donde encontrar
la caja forrada de piel azul
New York, la ciudad, va a conocer las idas y venidas, de un Bernie, a veces disfrazado, empeñado en limpiar su nombre para regresar a una vida que probablemente ya no vuelva a ser como antes: la televisión se ha encargado de darle a conocer notoriamente y todos sus vecinos de escalera ya saben que saludaban a un ladrón. Pero como mínimo, si lo consigue, recuperará la libertad.

La novela Los ladrones no pueden elegir, la primera de la serie, es tremendamente absorbente y con un ritmo que no decae. Tiene además las páginas necesarias para que el caso se despliegue en toda su amplitud y las páginas justas para que no haya relleno baldío.

Por ese motivo no dispone de complejo trasfondo psicológico en las acciones de los personajes, ni largas descripciones ambientales, ni ensayos cientificos sobre la meterología ni sesudos y rebuscados pensamientos interiorizados.

Es simplemente, y afortunadamente, una novela negra de bolsillo escrita para ser manoseada rellenando un fugaz espacio tiempo de forma agradable.

Lawrence Block el autor
Bernie Rhodenbarr es protagonista de al menos diez novelas (no todas traducidas aún) de una de la diversas sagas que tiene escritas Lawrence Block (que tal vez sea más reconocido por la protagonizada por Matt Scudder), este escritor americano con una envidiable capacidad para construir argumentos convincentes de forma concisa y dotarlos de un humor inteligente propiciando unas novelas de lectura fácil, amena y adictiva.

Lawrence Block es alguien a quien seguir, y su amplia producción lo hace acreedor de muchas horas de disfrute garantizado.

Supe de él por la reseña en el blog de Alice SIlver a quien agradezco que me lo diera a conocer.

Y si me he puesto a leerlo ahora es porqué en el blog de Aramys, éste hacia especial mención recientemente a los finales sorpresivos, marca de aguas de este autor, y es algo que siempre me convence (aunque él se refiera a la otra saga protagonizada por Matt Scudder).

Si les gustan las de ladrones no deberían dejar de ver la serie de televisión 'Ladrón de guante blanco' y/o agarrar los cómics 'Ladrón de ladrones', aunque solo tengan como parecido con Bernie Rhodenbarr el oficio.

Post scriptum: ya disponible la reseña de la segunda novela de la serie sin salir del blog: El ladrón en el armario.

jueves, 14 de agosto de 2014

Felidae por Akif Pirinçci

Francis es el protagonista
de Felidae
¿Son ustedes amantes de los gatos? ¿Acaso conviven con uno o más de ellos? ¿Creen saber lo que hacen en sus sigilosas idas y venidas, interpretan el significado de sus maullidos y de sus bufidos? ¿Hablan su idioma? ¿Está Catwoman entre sus heroínas?

Tal vez crean que saben bastante de ellos, pero seguramente después de leer esta novela, los miren con otros ojos y los traten de otro modo…

Felidae es una novela negra interpretada por gatos; por esos felinos aparentemente domésticos, silenciosos, ágiles, independientes y muy suyos que comparten su vida con los humanos porqué les apetece, pero que no pertenecen a nadie.

Francis es nuevo en el barrio y lo primero que procede es una exploración para identificar las ventajas e inconvenientes de su nuevo hábitat, claro que no imagina que entre sus descubrimientos se halle el cuerpo de un congénere de especie.

Francis es un gato.

Y da mal rollo para un gato, encontrarse con otro gato muerto.

Y Francis decide identificar la causa de la muerte ya que si es obra de algún humano por odio a los animales, su vida también está en peligro.

Sabe que su abrelatas, o sea su dueño, el que le suministra comida, no va a creer en sus sospechas y no va a compartir sus miedos por lo que no le queda más remedio que conjurarse con la colonia de gatos del vecindario y llevar a cabo su propia investigación.

Akif Pirinçci el autor
El tratamiento animal le permite al autor, Akif Pirinçci, tratar temas sociales y éticos desde una perspectiva distinta en la que los humanos no son el ser dominante de las especies sino una más de las que conviven en el planeta.

Y le permite explicar que las relaciones entre especies presentan aspectos filosóficos de convivencia no resueltos ya que la humanidad no entiende la necesidad de convenir sus decisiones con seres inferiores. Soberbia extrema.

Es ésta una novela negra y policial con más calado del que se le supondría y aunque en sus inicios no facilite la continuación en la lectura, hay que darle un poco más de margen para descubrir que no estamos ante lindos gatitos sino ante verdaderos psicópatas de puntiagudas orejas.

Gatos que representan estereotipos de la raza humana y configuran una antropomórfica novela cargada de ironía peculiar sentido del humor pero que aporta al género la notoriedad de sus protagonistas.

La serie tiene ya cinco novelas en su idioma original y se ha visto proyectada en cine. Amigos/as de los gatos, están ante un festín para relamerse los bigotes. Amigos/as de la novela negra, están ante una curiosidad no exenta de interés.

Y en la misma línea gatuna y antropomórfica, los cómics de Blacksad pueden ser el complemento ideal. Recuérdenlos aquí.




lunes, 11 de agosto de 2014

Killer Women

Entradilla televisiva de la serie Killer women
Killer Women es una fallida serie televisiva; un policial americano con la Ranger Molly Parker (interpretada por Tricia Helfer) como protagonista y sobre la que recae todo el peso argumental, y al decir todo es exactamente lo que se quiere decir.

La serie presenta un inicio que hace presagiar que estamos ante algo que promete: una mujer morena, de rasgos latinos, de marcadas curvas encerradas en un ceñido y corto vestido rojo con zapatos de alto talón a juego y un asesinato ejecutado al más puro estilo entre el arte de Tarantino y el de Rodriguez.

Espectacular e impresionante Nadine Velázquez en su papel matador
(clic sobre la foto para agrandar)
Pero todo se reduce a un espejismo que desaparece en cuanto desparece la mujer del vestido rojo perseguida por la policía. A partir de aqui la serie pasa de prometedora a decepcionante y previsible. Tanto que al sexto episodio, y debido a la baja audiencia registrada y a las malas críticas recibidas, ha sido cancelada, pasando por internet los dos episodios que faltaban hasta los ocho inicialmente previstos.

Promocional de la serie
(click sobre la foto para agrandar)
Seguramente pensaban en un contenido más caliente a tenor de las creatividades diseñadas para su promoción (la foto es elocuente) pero por el motivo que fuese esta línea argumental no tuvo desarrollo y la serie se ha quedado a medias entre una serie policial de ambiente rural y una sitcom de familia con hijas adolescentes y problemas económicos que transcurre en la ciudad de San Antonio en el estado de Texas.

La serie se apoya en exceso en su protagonista, la Ranger Parker, una ex reina de la belleza, críada al modo de vida granjero de un rancho e hija de un shériff; que sufre maltrato en su matrimonio con un senador, y que lo sufre en silencio mientras intenta conseguir un divorcio que la justicia le escatima.

Mientras, alejada de su hogar de casada por las circunstancias evidentes, ha regresado a su origen y vive su vida en el rancho familiar cobijada por su hermano, su esposa y sus dos hijas, y experimenta de nuevo el amor con Dan Winston (Marc Blucas), un agente encubierto de la DEA con misiones constantes y una especial predilección por la aviación.

La Ranger Parker resulta tan eficaz en su vida profesional como desastre en su vida íntima: capaz de enfrentarse a la muerte sin temor y no ser capaz de denunciar a su marido, que no tiene ni media bofetada en una pelea cuerpo a cuerpo con ella, por no entender la subyugación psicológica en el sentimiento equívoco de culpabilidad de la víctima de malos tratos y que en cambio si sabe aplicar en los casos que resuelve.

La serie se apoya tanto en la vida de la protagonista que a veces parece que el caso criminal que hay que resolver en cada episodio es el relleno, es la subtrama, y no el verdadero leit motiv argumental.

Titularla Mujeres asesinas y hacer que lo sean, tampoco ayuda; ya que la sorpresa por descubrir al culpable desaparece en el mismo momento en que se conocen los posibles sospechosos. ¿No es díficil, verdad?

Tricia Helfer como Ranger Parker
Tampoco se enriquece con el notorio potencial que ofrece el cuerpo policial de los Texas Rangers con una gran tradición historica detrás que se remonta a la época del Far West y que al desaprovecharlo para darle al argumento unas bases consistentes, si se está cometiendo un delito.

Tal vez la culpa sea de haber aprovechado el material de la serie original del mismo nombre y factura argentina, dicen que mucho mejor y con un enfoque de bueno/malo diametralmente opuesto, y no haberlo sabido trasplantar adecuadamente tanto a la mentalidad como al nuevo entorno americano elegido. 

Sea como fuere, la serie se puede ver, no resulta ningún desastre de magnitud medible, y aunque no enriquece la parte intelectual del espectador es agradecida a la vista.


lunes, 4 de agosto de 2014

La marca del meridiano de Lorenzo Silva

La marca del meridiano no es una de esas novelas río ni una saga histórica, ni un ejercicio existencialista, ni una novela costumbrista ni un onanismo intelectual comprensible para solo unos cuantos, que tanto gustan a los jurados y que casi siempre resultan premiadas; La marca del meridiano es una estupenda novela policíaca. De las de siempre.

Una novela policíaca que se ha embolsado el Planeta, una verdadera hazaña de reconocimiento y acercamiento al género aunque ciertamente las últimas tendencias del mercado algo habrán tenido que ver.

Si el post ha tardado tanto desde que se publicara la novela no lo achaquen a vagancia sino al más que evidente recelo que producen los premios y más cuando los que los dan no hayan sido adalides del género precisamente.

Malas lenguas han dicho que se ha premiado la trayectoria. Alguien ha añadido que se ha premiado la moda. Y hasta ha habido quien ha concedido que se ha premiado la oportunidad del momento: en crisis parece que solo vende novela negra, así que vamos a por ella.

Por suerte Lorenzo Silva, el premiado, tiene hace tiempo demostrada su valía y no necesita de este tipo de galardones para flanquearle la entrada a ningún templo de sabiduría, aunque a nadie le amargue un dulce.

Sea como fuere, premios aparte, estamos, una vez más, y viniendo de Lorenzo Silva no podía ser de otra manera, ante una novela bien escrita y bien construida. Una aventura más de una exitosa serie que tiene como protagonistas al sargento (hasta ahora) Rubén Bevilacqua, Vila para los próximos y los lectores, y a la agente (hasta ahora) Virginia Chamorro, investigadores de homicidios de la benemérita Guardia Civil.

Hasta la fecha, incluyendo la más reciente, son ocho las novelas largas que constituyen esta serie: El lejano país de los estanques, El alquimista impaciente, La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo, La estrategia del agua, La marca del meridiano y la recién sacada del horno Los cuerpos extraños.

Todas indispensables. Producto con denominación de origen y certificado de calidad.

Y lo son por la dimensión de sus personajes, sus caracteres, sus vivencias y sus experiencias con unas actuaciones convincentes por su verosimilitud ya que Silva cuida perfectamente de que todo lo descrito se corresponda con el género, evitando tópicos, y a su vez se corresponda con la realidad social. Y lo consigue sobradamente, de ahí que su lectura resulte tan fácil y amena a la par que interesante.

Meridiano de Greenwich a su paso por
España y delimitando Catalunya
A La marca del meridiano le sobran los chistes fáciles, esos sí que son tópicos, sobre Catalunya y los catalanes; en momentos de efervescencia nacionalista estos chascarrillos aún se ven más trasnochados y básicos de lo que son. No le hacían falta. El humor ya está presente en la relación entre Vila y Chamorro. Y ese sí que es inteligente.

Y le sobra también un cierto adoctrinamiento que parece inclinarse más hacia un cuerpo policial que otro. Tampoco se ve necesario para la evolución de la trama tomar partido más allá de dejar claro el posicionamiento de cada cual.

Pero todo esto queda en segundo plano pues echábamos mucho de menos a Vila y Chamorro y ahora que nos hemos reencontrado no vamos a afearle a su autor esas minucias que, con lo puntilloso y meticuloso que es en su escritura, si lo ha puesto sus motivos tendrá.

A esta pareja, de la Guardia Civil se entiende, la conocimos joven y con ellos hemos madurado y hemos celebrado sus éxitos y sus ascensos en el cuerpo y hemos lamentado que no le den más alegrías al propio ya sean juntos o por separado.

El título La marca del meridiano no solo se refiere a una delimitación geográfica como se podría desprender a la primera de cambio, sino que añade un significado de línea roja que no hay que atravesar.

Y le da significado al arma del argumento al que carga con fuertes críticas, con más evidencia y notoriedad que en novelas anteriores, apuntando especialmente a la corrupción, sin dejar de disparar contra la explotación para prostitución y el tráfico de drogas por bandas organizadas, que giran alrededor de un guardia civil asesinado despiadadamente y que tenía una relación más que personal con Vila.

Por todo eso tal vez al autor se le ha ido un poco la mano y ha primado la crónica a la fábula y tal vez por eso no es la más redonda de las publicadas.

Lorenzo Silva hace hablar al pueblo a través de su pareja de investigadores haciendo honor a la definición que dice que la novela negra es la crónica histórica de un momento social (comprometido).

Lorenzo Silva es uno de los pilares de la novela negra española.





viernes, 1 de agosto de 2014

Los lectores de novela negra, policíaca, interrobang

Los/as lectores/as de novela negra, novela policíaca, novela enigma… o sea novela interrobang, somos semper fidelis para con el escritor/a hasta que el vuelo de una mosca nos distrae de nuestro firme compromiso.

Vale digámoslo de una vez: somos de lo más promiscuo que anda leyendo sobre la tierra. Saltamos de un autor a otro sin dudarlo ni un instante. Nos estamos abrazando a uno y ya le hemos echado el ojo al de al lado.

Promiscuos y precoces: desde pequeños ya estamos dándole. ‘Os vais a quedar ciegos de tanto hacerlo’, bueno ciegos no, pero más de un miope si que hay.

La pasión por la lectura entra en cuerpos púberes y hace de ellos su guarida. Y ya nunca los abandona. El demonio en el cuerpo. La enfermedad de la lectura no tiene cura: si no lees te mueres, antes, y cuanto más lees más necesitas seguir haciéndolo. Leer, me refiero.

Leer para poder seguir leyendo. ¿Acaso hay otra razón? (si, vale, pero esta también)

De ahí que no haya autor que por si solo pueda satisfacer tan tremendo furor. De ahí que necesitemos tener varios a mano para ver y tocar sus obras y sentir como sus emociones y las nuestras confluyen en el placer común.

Nos abrazamos a la nueva novela sea quien sea que la haya escrito sin ningún pudor, remordimiento ni sentimiento de culpa, aunque la religión se haya empeñado en inculcarnos lo contrario, aunque por sus actos los conoceréis.

Nos metemos en la cama con cualquiera sin distinción de raza ni nacionalidad; hoy dormimos abrazados a un nórdico/a y en cuanto acaba la fogosidad ya estamos metiéndole mano a un/a argentino/a o sobando un/a canario/a, de los/as que escriben no de los/as que pían.

San Fidel, como encarnación de la fidelidad, no es santo de nuestra devoción. No es la festividad de los lectores de género, más propensos a la cultura del culo (libro) veo, culo quiero.

Vamos a las librerías a pecho descubierto, es un decir no una realidad (para pena de algunos) buscamos y a veces acertamos y disfrutamos del deleite que supone el conocimiento de un nuevo cuerpo y otras renegamos de la elección que no nos ha producido ningún placer. Uno más de lo mismo. Puaj!

Pero olvidamos rápido el desengaño y de nuevo ya estamos buscando sobre la mesa o en el escaparate quien nos haga tilín. Y nada más agarrarlo y sentir su palpitación en la mano ya notamos las mariposas en el estomago que se manifiestan siempre al inicio de una nueva relación.

Y cuando lo abrimos ya vamos hasta el fondo. Sin preliminares, a pelo, donde nos coja, sin protección. Vivimos peligrosamente.

Es lo bueno que tiene el leer, que no precisa de hueco en la agenda ni de planificación que le reste espontaneidad.

Es un aquí te pillo aquí te mato: en un banco del parque, en la playa mecidos por la brisa marina, al lado de una piscina con una cerveza al lado, en la butaca de un avión, en el compartimiento de un tren de largo recorrido, en la cama de un hotel con servicio de habitaciones… en país propio o extranjero, tópico o exótico, viendo caer la lluvia o ante una puesta de sol…

Cualquier lugar. Cualquier momento. Leemos porque nos gusta. Y lo hacemos solos o en compañía, que resulta más gratificante. Leemos porque hay autores/as que escriben.

A todos/as ellos/as, a todos/as vosotros/as gracias por escribir y gracias por no pensar en dejar de hacerlo. Gracias por escribir por y para nosotros.

Sin vosotros las editoriales no existirían; ni las librerías ni los libreros; ni las bibliotecas ni las queridas bibliotecarias (alguno no podría subir más tweets al respecto).

Y nosotros, lectores y lectoras existiríamos pero agostados en un rincón.

Y aunque sea agosto nada de hacer vacaciones, prometeos encadenados sois y seréis, y a seguir escribiendo que nos habéis viciado y no podemos dejarlo. Sois nuestros camellos de cultura y necesitamos nuestra dosis (la cultura no es un lujo es una necesidad) y estamos ansiosos de obtenerla.



martes, 29 de julio de 2014

Ladrón de ladrones 2 y 3

Ladrón de ladrones 1
Ladrón de ladrones es un cómic que está marcando un antes y un después, aunque suene a tópico, en la historias de ladrones. Mantiene el glamour del oficio pero le quita el aire bobalicón con el que se han adornado en exceso tanto las películas como las series de televisión que han abordado repetidamente el tema.

Una vez terminado el primer álbum de Ladrón de ladrones por título 'Lo dejo' la adicción a esta serie es algo inevitable, y la necesidad de leer más, innegociable.

A pesar de que el número 1 de la serie tenga un final auto conclusivo existen sin embargo resquicios suficientes donde hacer palanca y abrir boquetes para dar entrada a nuevas aventuras.

Y esto es lo que hace el tomo 2 'Ayúdame'. Claro que su propósito no se acaba de entender en su totalidad hasta completar la lectura del tomo 3 'Venecia', en donde todo cobra sentido.

Una vez leídos los tres tomos publicados hasta el momento se diría que el tomo 2 es un paréntesis necesario para que el 3 desembarque en toda su magnificencia, es el puente que conecta el 1 con el 3; y con éste se recupera la esencia intrínseca de la obra: el robo con inteligencia, el robo solo al alcance de mentes privilegiadas.

Primera viñeta de Ladrón de ladrones 1
Y con él se entiende claramente el significado de la primera viñeta del prólogo del tomo 1, en la que un Redmond de espaldas, manos en la cintura, contempla en plano contrapicado un cuadro cuyo lienzo está en blanco.

Robert Kirkman (el cerebro del argumento general de la obra) fiel a su principio de agitado pero no revuelto cambia de guionista para cada tomo, para cada arco argumental, buscando quien mejor pueda entender el momento en que se encuentra la historia y por tanto quien mejor pueda adaptar sus intenciones.

Si el primero se lo dió a Nick Spencer, el segundo lo materializó con James Asmus y el tercero con Andy Diggle.

Y los cambios en el tratamiento son evidentes, incluso el tándem de dibujo a cargo de Shawn Martinbrough y coloreado por mano de Felix Serrano parece resentirse de tanto vaivén ya que al trazo se le nota el movimiento particular de cada guionista.

Lola
Aúnque mantenga, eso si, el diseño de página con profusión de viñetas en formato cinematográfico, habladores silencios, y una amplia paleta de colores para reforzar los mensajes.

El argumento principal de la obra recorre la vida de un habilidoso ladrón que quiere dejar de serlo pero que no le dejan. Su pasado ha marcado a su hijo y aunque se resista a implicarse, ningún padre deja de lado a un hijo cuando éste lo necesita.

Y esta ayuda le ha supuesto el implicarse de nuevo en algo que quiere olvidar. Y en el tomo 1 ha conseguido que su hijo no sufra las consecuencias, pero su legalidad, que ha hecho que se desprenda de unos kilos de droga, le pasa ahora factura.

Ladrón de ladrones 2
El tomo 2 'Ayúdame' se centra en los elementos de un cártel y así, aunque se mantiene en el mundo del delito, aparca el robo de guante blanco para ensuciarse en el submundo de la droga y de unos traficantes sin escrúpulos.

El hijo de Raymond es, en este caso, el hilo conductor de la trama que finalizara en el tomo 1 y envuelve, en su ineptitud, a su padre en una situación no deseada y peligrosamente compleja: sortear una alarma de un edificio no es lo mismo que escabullirse de una banda armada y carente de piedad; como demuestra claramente Lola con su comportamiento inmutable y absolutamente amoral.

En este tomo 2 la tensión llega a niveles de emergencia pero sin estallar en su rotundidad que se reserva para las primeras viñetas del tomo 3 con un inicio que deja claro que lo que esta pasando no es un juego; y si lo fuera, la apuesta es la vida.

Ladrón de ladrones 3
Y es ya llegados al tomo 3 'Venecia'  (con una elección de cubierta pésima, todo hay que decirlo) cuando de nuevo se despliega todo un alarde de ingeniería mental en la planificación y desarrollo de un plan expresamente concebido para solucionar todos los temas abiertos de un plumazo.

Venecia ofrece con sus recovecos y sus estrechos canales el retorcido e ideal escenario para que una mente igual de tortuosa encaje sus pensamientos y sus actos como encaja la mano en un guante. En un guante de ladrón. De ladrón de guante blanco.

El tercer tomo de Ladrón de ladrones nos deja con un final que no es sino el inicio de una nueva entrega que promete ser muy interesante habida cuenta de lo alto que ha quedado el listón y en donde se ha quedado Redmond. Un Redmond risueño y confiado; muy seguro de sí mismo.

Una serie imprescindible para cualquier lector de cómic y más si lo es también de serie negra.




sábado, 26 de julio de 2014

Se lee poco y se compra menos

Estos días las noticias sobre el descenso del 30% en la venta de libros (acumulado 2009 a 2013), sobre todo los de literatura (17%), copan los medios porqué la tendencia parece irreversible.

Hay temor en el sector, hay dudas, no asoman los brotes verdes y se carga contra la piratería como principal culpable. Que seguro que tiene su cuota de culpa en la disminución de ventas es indudable pero hay una causa subyacente que no hay que despreciar y es el ratio de lectura por individuo.

Cuando se lee poco...
Que se lee poco no es novedad ni noticia, es tradición. Y las tradiciones en España se mantienen y se perpetúan dentro de lo posible.

En dicho país, excepto en épocas de República, no se ha oficializado el fomento de la cultura, al contrario durante muchos años ha interesado una ciudadanía inculta, por tanto los lectores lo han sido por inquietud propia, desafiante, por hábito familiar y también por inexistencia de alternativas.

Se lee poco es cierto pero lo es porque cada vez hay menos lectores. Suena duro pero creo que es incontestable.

O sea, el grueso predominante de lectores lo determina un segmento de nacidos el siglo pasado entre las décadas 40, 50 y 60 (claro que hay lectores más jóvenes, y los seguirá habiendo).

Lo son porqué en aquellos años no había alternativa a la gris realidad: solo la lectura garantizaba la evasión, los viajes de ficción, las aventuras de ensueño, los amores imaginados. Y quien cogió el hábito ya no lo ha abandonado.

Poca oferta cinematográfica y encima españoladas, pocos televisores y menos canales: primero uno y después dos, y pocas horas de emisión. Casi no había teléfonos, si muchas cabinas (hasta que José Luís López Vázquez nos hizo temerlas).

Caja de Juegos Reunidos Geyper
Y los juguetes a pilas o ‘Juegos Reunidos Geyper’ y a jugar. Internet y todo lo que ha supuesto en la creación de un nuevo habitat relacional no eran ni ciencia ni ficción, simplemente no eran.

Actualmente solo leen los lectores enganchados, lectores recalcitrantes y generalmente son humanos analógicos, los nacidos antes del boom digital, y aunque en su vida hayan introducido elementos digitales (smartphone y pc mayormente) los consideran añadidos a su ecosistema nativo y por tanto su uso no es determinante, solo utilitario o consultivo. Y aunque en algunos coexista el e-book siguen prefiriendo los libros de papel.

Y estos lectores son los que leen asiduamente y son los que compran libros de forma habitual. Y estos lectores tienen ya una edad y no hay relevo. Los lectores por afición lo serán mientras vivan, y aunque siempre habrá lectores, serán cada vez menos y se leerá de otro modo.

La lectura en si, las bibliotecas, las librerías, las editoriales, como las hemos conocido han de cambiar para sobrevivir, han de adaptarse al medio evolucionando su función primaria y entendiendo que en veinte años (siendo optimista) el escenario puede ser irreconocible. Hay que poner en marcha iniciativas de fomento de lectura desde la infancia. Hay que aprovechar la sabiduría de los mayores. Hay que asegurar la supervivencia lectora.

Quien sabe, tal vez una evolución del las Google glass proyectarán los textos sobre las superficies próximas y facilitarán una lectura instantánea en cualquier lugar y en cualquier momento.

Cinta de cassette
¿Acaso no hemos visto nacer y desaparecer el cassette? ¿y el video beta y luego el VHS? Con toda su parafernalia: estuches, carátulas, videoclubs, socios…cuando parecían que habían venido para quedarse. Y ahora resulta que el DVD ya es viejo con relación al Blu-Ray… Y los USB almacenan gigas cuando al nacer solo permitían Kb

Desengañémonos el mundo actual vuela, y no es un avión, ni un pájaro, ni Supermán, es la tecnología que pone alas a los medios para conocer, saber, evadirse, incluso viajar físicamente, a bajo coste y con inmediatez.

Y todo, todo y todo más efímero que un suspiro.

Hogar digital
Si en un hogar de clase media formado por una familia de 4, hoy en día se pueden encontrar cónsolas portátiles y de sobremesa, televisores con decenas de canales, PC de torre, Portátil, Tablet,  algún lector de dvd o de cd, y se tiene que atender a los programas de debate, las series de televisión, los e-mails, los twitters, los whatsapp, el Facebook, seguir tres o cuatro blogs, comentar rara vez en alguno de ellos…. Coexistimos con máquinas, hablamos con máquinas, vivimos con máquinas ¿Quién tiene tiempo para leer?

Sólo los adaptados, los homo sapiens evolucionados del análogico al digital son capaces de simultanear funciones primarias con terciarias.

¿El homo digitalis nace o se hace?
Las generaciones posteriores, homo digitalis, en las que muchos ni tan solo conocen las teclas y emplean el desplazamiento de pantalla, disponen de múltiples vías alternativas de evasión. Por tanto ¿si he visto las películas de Harry Potter para que tengo que leer los libros si ya se de que va? ¿Si veo la serie de Montalbano por televisión para que tengo que leer los libros y gastarme dinero? La imagen desplaza al texto.

Leer requiere concentración y dedicación exclusiva y en cambio se ve la tele mientras se contesta un whatsapp por el móvil, se consulta el saldo, ridículo, de la cuenta bancaria por la tablet y se come.

Lectura vs televisión
Si alguien ha traducido a imágenes lo que sugiere una novela y lo pasa por la tele, ¿para que pensar, si ya lo dan hecho? Más fácil, más cómodo y no requiere imaginar, solo ver. Es ir al mercado, comprar comida y cocinarla o pedir una pizza a domicilio. No se parecen en nada pero si no tienes paladar no te enteras.

Los datos demográficos del INI evidencian que a primero de enero de 2014, y en línea con lo que está pasando desde 2012, ha habido una disminución en el censo de 404.619 habitantes, y en sus proyecciones barajan que esta tendencia a la baja se mantenga año tras año hasta 2052, pasando de los  46.725.164 de habitantes actuales a unos 41.558.096.

El relevo demográfico entre los lectores que se van y los lectores que se hacen presenta déficit y entre los que se van para no volver están mayoritariamente los de más edad. Y los que leen suelen ser los de más edad.

En 2013 las defunciones totalizan 389.699. Solo hay que sumar 2 más 2.

Se lee poco y se compra menos. Y esto no ha hecho más que empezar.

He visto cosas que vosotros no creeríais: he visto desaparecer las librerías.