martes, 14 de septiembre de 2021

El futuro que no fue de Daniel Torres

Daniel Torres es ese futuro que aún puede ser. Tuvo un presente que hizo presagiar enormes hazañas que nunca tuvieron lugar; no salió de su zona de confort. Creó un espectacular universo, lo edificó, lo pobló, le puso planetas y estrellas y se refugió en él, demostrando una agorafobia que ha limitado su obra.

Su obra es esplendida, los personajes, su dibujo de línea clara, el color, los argumentos y diálogos, pero al replegarse en sí misma no nos permite averiguar hasta que galaxia hubiéramos podido viajar montados en sus portentosas naves espaciales.

Roco Vargas fue su personaje estrella, un puesto que Rubén Plata nunca llegó a disputarle. Roco Vargas fue un pionero, un insigne con todas sus acepciones y con mayúsculas. Podía haber sido más famoso que Armstrong y convertirse en una suerte de Tintín hispano.

La serie inicial de cuatro álbumes: Tritón, El Misterio de Susurro, Saxxon y La Estrella Lejana, no deja lugar a dudas sobre la calidad y la imaginación de una ingeniería de composición gráfica y ritmo narrativo.

Pero su obra no se quedó ahí sino que los 4 álbumes se convirtieron en un arco argumental de un todo más ambicioso, cuyas continuaciones no han tenido la fuerza del original en la capacidad de sorprender y en el detalle dibujado

El futuro que no fue, su última obra y motivo de esta reseña, no deja de parecer, pese a su innegable pertenencia al olimpo de las obras de cómic nacionales, un déjà vu.

Daniel Torres, con ese magnífico dominio del dibujo, cuenta una historia que aunque es nueva, suena a melodía conocida. El ritmo lo marcan las descripciones, sometiendo el argumento al dibujo cuando debería ser al revés.

Estamos ante un gran comic pero para quienes conocimos los orígenes sabe a poco. Estamos ante un argumento de temática policial que nos acerca a la novela negra americana de la décadas de 1930 a 1950 que transcurre a modo de spin-off de las historias protagonizadas por Roco Vargas.


Estamos ante una temática pulp en toda regla, esa mezcolanza de géneros: ciencia ficción, detectivesco, aventura y romance. Ese formato que remeda revista, periódico, comic, tira diaria y página dominical. Que pudo ser y no fue, como ese futuro que anuncia el título.

Lean este cómic y sumérjanse en ese universo, recorran las calles de Montebahía, interpreten las críticas hacia el consumismo y la manipulación informativa, acompañen a Archi Cuper en una investigación plagada de sorpresas y peligros.

Y cuando acaben, como querrán más, busquen Tritón, la primera entrega de la serie, y devórenla, una y otra y otra vez. Las otras entregas caerán por si solas.

 

domingo, 12 de septiembre de 2021

No me busques / No em busquis de Sara Medina

Por amor se mueve el mundo. Hay amores sin los que no se puede vivir. Por amor se pueden hacer locuras, disparates, necedades y excentricidades tan peligrosas como jugarse la propia vida sin importar nada más que la razón que mueve a ello. Una razón que, llegados a ese punto tan extremo, es total y absolutamente irracional. Pero si es el caso de amor de madre ¿acaso necesita justificación?

Pero el amor tiene razones que la razón no entiende y de eso va esta novela, de amores y desencuentros. De reproches y remordimientos y también de desesperación y angustia y frustración.

Pero como el amor no entiende de colores sino de sentimientos, esta no es una novela rosa sino negra.

Un domestic noir urbano, marginal, arrabalero, totalmente barcelonés con boyas de salvamento en tres puntos marinos, de ahí que sean boyas, que remiten al encuentro con uno mismo, a la búsqueda de la paz interior y a la felicidad.

La felicidad ¿no es acaso lo que busca incesantemente el ser humano?

A Silvia, una ejecutiva de clase alta, luchadora de la vida que no ha dudado en tomar drásticas decisiones desde muy joven hasta el punto de distanciarse de su familia, se le ha ido su hijo Martí de casa. Martí estaba tratándose de una adicción con una terapia de desintoxicación de medidas extremas.

Hay quien cree que por eso se ha ido; ella opina lo contrario, sabe que tiene que haber algo más. Una razón más poderosa para que le haya mandado un escueto mensaje pidiéndole que no lo busque. Teme una recaída. Teme un secuestro. Teme una muerte.

Consigue el contacto de Moni, una dealer de cocaína, que le puede servir de llave para entrar en ese inframundo que solo conoce de las películas. La zona alta de Barcelona por la que se mueve Silvia nada tiene que ver con la zona baja que domina Moni y peor aún al descubrir que todavía hay un nivel inferior. Si existe el infierno, ese debe ser lo más parecido a él.

Y así ambas con la misma finalidad, encontrar a Martí, aunque por distintos motivos, se moverán por esa Barcelona que creció con las Olimpiadas pero que al hacerse mayor no pudo evitar caer en tentaciones de felicidad efímera proporcionada por mafias de traficantes internacionales instaladas en el imperio del terror sin temor a asesinar.

Un recorrido turístico por la Barcelona canalla. Una visita a una exposición de retratos de personajes marginales antepuesta a otra de gente que nunca tuvo que vérselas con la podredumbre. Y en medio, Martí un joven perdido que, aunque no quiera ser encontrado, desea ser salvado.

Una preciosa y elocuente cubierta, fíjense en el tatuaje, para una novela que al firmarla con nombre de mujer, Sara Medina, es ya una clara muestra de intenciones.

Sara Medina es le nom de plume de la asociación entre Carmen Fernández Villalba y David Cirici.

Un equipo experimentado en el arte de la escritura de guiones y novelas que ha creado una obra pensada para encajar en ese nicho del domestic noir que tan buen resultado está dando en el mayoritario mercado de lectoras, hasta ahora solo satisfecho con novelas traducidas.

Y con No me busques no solo han puesto el pie en el quicio sino que ya están dentro.

Una estructura más propia de guion de serie televisiva, con ritmo ágil, y entremezclando recelos familiares, clases sociales opuestas, mención de lugares conocidos e identificables, ubicaciones cercanas, personajes carismáticos… todos los ingredientes para que sea una obra resultona, fácil de leer y que permita al lector desear que nunca tenga que vivir esa pesadilla.

 

domingo, 5 de septiembre de 2021

Dostoievski en la hierba de Mar Aisa Poderoso

El título ya es un avance de que estamos ante una novela negra ilustrada. Y no me refiero a que contenga ilustraciones en su interior, sino a que es instruida.

Una trama criminal sembrada de cultura e historia y sin embargo sin pizca de afectación; los datos, como apuntes coadyuvantes del avance, se presentan de forma tan natural que si no estuvieran se echarían en falta.

La novela se articula a partir de la familia Cárdenas. Una familia con roles de corte tradicional, muy bien avenida, sin problemas económicos y con un nivel cultural determinante en el devenir de una historia que supone un viaje emocional.

Lucía, la hija mayor, traductora en su propia empresa, participante activa-pasiva de una investigación policial que lleva a cabo el subinspector Diego, su hermano menor.

Está muy bien determinada la participación de Lucia al tener presencia sin caer en la consabida protagonista marisabidilla y la de Javier que evita la imposible infalibilidad.

El cuerpo de una joven asesinada, a quien se ha desfigurado el rostro, cubierto con una máscara, y se ha torturado sádicamente, sorprende a una pequeña capital en sus fiestas patronales.

Diego y su equipo, a las desórdenes del inspector Sáenz, van a ir avanzando en las pesquisas policiales con puntuales aportes culturales de su familia.

El vino, principal habitante de la zona, la música y la literatura clásicas y el arte contemporáneo, maridan perfectamente en ese ensamblaje que la autora ha elaborado para deleite de quien se acerque a su lectura.

O acaso ¿no es deleite beber un buen rioja, oír a Tchaikovski, contemplar a Escher y leer Dostoievski simultáneamente?

Y este acierto no es el único de Mar Aísa Poderoso, la autora, ya que tal vez su mayor logro sea el de conseguir evolucionar las tramas personales de los protagonistas a la par que la trama policial sin que chirríen ninguna de las dos. Como en el aludido Dostoievski, destaca su capacidad para reflejar las contradicciones de la vida y sus complejidades morales.

Y lo hace con personajes normales, enfrentándolos a situaciones extraordinarias demostrando un talento especial para observar y captar los detalles más reveladores de su intimidad, sin emplear postizos en la trama e introduciendo los mínimos tópicos, algo que está bien siempre que se esté dispuesto a quebrarlos.

La novela Dostoievski en la hierba coloca a los personajes, en cantidad superior a lo habitual, otra muestra de valentía, en el epicentro y subordina el argumento a sus personalidades, lo que le permite construir la trama con solidez. Al revés hubiera sido tal vez más trepidante pero menos consistente y rápidamente olvidable.

Nadie diría que estamos ante una ópera prima. Mar Aisa Poderoso escribe con una sencillez coloquial, ilustra de forma amena y simplista (su alumnado no sabe la suerte que tiene) y emplea un discurso natural, ese que no se aprende, para conseguir un ritmo sin fisuras y de irresistible llamada. Y es que se nota que Mar ama escribir y ama lo escribe. 

Una novela policiaca en su justa medida que recomiendo por su lectura complaciente y que indica un futuro prometedor para la serie que con ella empieza y para su autora.

Yo ya estoy a punto de leer la segunda, otro título francamente atractivo y que necesito saber que esconde, ¿Quién ha visto una sirena?

Por cierto, para amantes de Escher, para gozarlo, o para quienes no lo conozcan para acercarse a su sublime arte: en Barcelona, este año 2021, está teniendo lugar una gran exposición de su obra hasta el 26 de septiembre. Una visita más que recomendable. Aquí el enlace a la web https://www.escherbcn.com/


lunes, 23 de agosto de 2021

La instantánea de Andy Diggle y Jock

Vivir las aventuras de un comic en un comic, leyéndolo, puede resultar excitante pero vivirlas fuera de él, en la vida real, puede ser además tan peligroso como mortal.

Jake Dobson, de camino al trabajo como encargado de una tienda de cómics, se acaba de encontrar un móvil en el suelo. No está dañado y parece de los caros así que igual puede aprovecharlo o sacar una pasta por él.

Ya en la tienda y hurgando en su interior descubre unas fotos que muestran un cadáver. Sorprendido y aterrorizado comprueba además que el móvil está vibrando y de forma automática responde a la llamada.

Ya nada volverá a ser como antes y se va a ver envuelto en una trama criminal que a cada paso que da parece complicarse cada vez más.

La instantánea es un thriller criminal de mucha acción, un guion de Andy Diggle que originariamente era para película noir y que acabó, cosas de la vida, adaptado para cómic, y probablemente la primera hubiera sido mejor decisión ya que los giros en la trama responderían mejor representados en animación que en estático.

Un thriller de manual, de acción incesante y ritmo sostenido que toma una deriva difícil de creer, y a la que le falta consistencia, a tenor de su inicio que presentaba unas posibilidades más interesantes para explorar.

Las persecuciones llegan a colapsar por momentos el ritmo y ciertas escenas no siguen el trazado lógico así como el desenlace, a todas luces precipitado e inadecuado por cómo ha evolucionado la trama.

Una trama a la que cada vez le cuesta más el avance y abusa desesperadamente de golpes de efecto como buscando descolocar a cada momento al lector, algo que el celuloide probablemente hubiera aguantado mejor que el papel.

Jock a los lápices y tinta, tal vez el negro en algunas viñetas pese en exceso, realiza trazos esquivos, líneas inclinadas, ángulos muy marcados, para no dejar que ni la vista ni la mente del lector tenga un minuto de reposo y cumple así la función que el guion le demanda. El resultado grafico acaba siendo mejor que el guion.

Pueden entretenerse con su lectura o pueden buscar otras alternativas; seguro que cualquiera de las dos opciones resulta satisfactoria. 

miércoles, 18 de agosto de 2021

La Rapsodia de la Gata Holmes de Jiro Akagawa

Toda disciplina artística requiere entrega, paciencia y canalización de sentimientos. Importantísimos estos últimos ya que sin ellos el arte se limita a ser un producto manufacturado carente de vida.

En el mundo de la música se aprecia en el modo de tañer las notas ya que puede haber precisión y técnica pero sin pasión las interpretaciones llegan a sonar prácticamente igual.

La rivalidad entre artistas es notoria, aireada por los medios de comunicación que se relamen ante noticias que demuestran que incluso los divinos son humanos. Y un concurso para escoger al mejor violinista entre unos pocos finalistas es un foco de atención brillantemente iluminado y si median amenazas de muerte aún más.

Y si el detective Yoshitarō Katayama es el elegido para compartir el aislamiento al que están sometidos los concursantes y asegurar su protección, en especial de Mari Sakurai, es inevitable pensar que un asesinato, como mínimo, va a tener lugar.

La rapsodia de la gata Holmes es una obra compuesta para violines y no escrita para enamorar sino para asesinar.

Asesinato, sexo y torpezas de comedia vodevilesca son las señas de identidad que acompañan al tímido Katayama, al que la visión de la sangre provoca pavor cuando no desmayo ¿hay mejor plan?

Así pues y con acorde de violines empieza esta emocionante nueva entrega, la tercera traducida y la cuarta secuencial, de la serie protagonizada por el detective Katayama y la gata Holmes con la inestimable ayuda de su hermana Harumi y el novio de ésta, y también detective de policía, Ishidzu.

Quienes hayan leído alguna entrega ya conocen el carácter distendido con el que el autor Jiro Akagawa trata sus argumentos y sus personajes y como es capaz de generar intrigantes misterios criminales que atrapan al lector por su sencillez de exposición y sus hilarantes diálogos.

Verdadero ejemplo de whodunit a la japonesa.

Quienes aún no hayan leído ninguna entrega deberían hacerlo ya y empezar por la primera para conocer el origen de los principales personajes:

1. Los Misterios de la Gata Holmes

2. La Mansión de los Gatos