domingo, 25 de octubre de 2015

Nunca es tarde para morir de Pablo Palazuelo

El crimen perfecto
es aquel que no es un crimen
porque nadie lo investigará
Todo árbol tiene un pasado, unas raíces que lo sustentan y lo mantienen erguido. Toda persona tiene un pasado, una historia que la sustenta y que la explica en lo que hoy es. ¿Que pasa con el árbol si algo descalza sus raíces? ¿Qué pasa con la persona si ese pasado es negro y sale a la luz? ¿Cómo se mantiene entonces alguien erguido?

Cinco hombres mayores más que amigos se reúnen en New York en una cita periódica y el póker es el entretenimiento común aparte del que cada uno tiene a nivel particular: a Travis le gusta la fotografía, a Louis las mujeres, a Johann su Dama Escondida, a Nick su vodka y a Harry estar con su pequeña Marian, si darse cuenta que ya es mujer y teniente de policía.

Todos robles viejos y fuertes. Todos robles de dura corteza que han visto pasar el tiempo y la historia. Pero por muy supervivientes que sean y muy curtidos que estén siguen siendo como un árbol. ¿Qué pasa con un árbol si algo descalza sus raíces?

Esos cinco árboles van a ver como su vida se transforma y como la calma chicha deja paso a un huracán devastador que se los puede llevar por delante. La implicación de la teniente Marian Bennett, la pequeña Marian, oficializa policialmente como delitos lo que en un principio parece un cúmulo de casualidades no imposibles pero si improbables. El crimen perfecto por considerarse un accidente.

Una más que hábil manipulación vertebrada a partir de una belleza juvenil capaz de parar el movimiento de La Tierra con su mirada caída de sus verdes ojos. Un cuerpo de pecado, literal y figuradamente, capaz de rebajar el nivel de alerta del profesional más adiestrado.

Paté de animales alimentados naturalmente
Nunca es tarde para morir retrata a quijotes hedonistas ansiosos de vivir aventuras, de luchar por favorecer al necesitado, de salvar doncellas aunque sea a costa de enfrentarse a molinos de viento. ¿Acaso hay un buen momento para morir?

Todos para uno y uno para todos!

El autor Pablo Palazuelo ha empleado una escritura muy asequible imprescindible para no perder el hilo de la trama que presenta una complejidad muy bien estructurada y sabiamente secuenciada para ir asimilando los giros argumentales y sorprender a cada nuevo capítulo. Ha desplegado con habilidad un sinfín de variadas situaciones con enorme veracidad.

Ha escondido la verdadera intención argumental jugando al erotismo de ir desvelando, velo a velo, la trama, para que el lector no pueda anticipar ningún movimiento y ya rendido aceptar lo nuevo que se le presente. ¿Quién puede resistirse a esa mirada de ojos verdes?

Para acabar escribiendo un thriller oscuro y trepidante con un argumento cocinado a fuego lento, donde cada ingrediente tiene su razón de ser y tiene su motivo de estar.

Un buen thriller tiene que templar el tempo narrativo, un suspense in crescendo capaz de absorber tanto la atención página a página como para dejar sin aliento en momentos de intensidad.

Pablo Palazuelo, el autor
Un buen thriller tiene que ser creíble con localizaciones geográficas precisas, con mención de organismos gubernamentales existentes o si inventados muy bien definidos, con explicaciones técnicas y/o científicas coherentes y ajustadas a una verdad contrastable o posible.

Un buen thriller tiene que jugar con unos personajes tridimensionales con una psicología construida sin fisuras y una casuística moral capaz de explicar sus acciones aunque no compartamos sus decisiones.

Un buen thriller es una maratón que ofrece al lector la belleza, la tensión y la emoción de presentarse como un sprint constante y que al final aún consigue acelerar más.

Todo ello lo tiene Nunca es tarde para morir y por eso en un muy buen thriller y su novel autor Pablo Palazuelo Basaldua alguien con recorrido y a quien hay que seguir.

Y como todo buen thriller cuenta con una BSO amplia y variada, hay para todos los gustos, para distintos momentos del día, para distintos estados de ánimo y para según qué compañía y según que intenciones, desde un estriptease hasta una ensoñación:

It’s a man’s world
What’s a woman
Love, thy will be done
Poison prince
Rescue me
La flauta mágica
Never marry a railroad man
I love Rock & Roll
Benedictus (de la Missa brevis en do mayor)
Never leave you
Mna Na Héireann
The House of the Rising Sun

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