domingo, 17 de marzo de 2019

El baile de los penitentes de Francisco Bescós

Novela negra que transcurre entre la
autenticidad de la Semana Santa
en Calahorra.

El asesinato de Nuria Isabel, una adolescente gitana, sirve a Paco Bescós para desgranar una serie de vidas de habitantes de Calahorra y esbozar un retazo de historia de la tierra y sus gentes.

Calahorra, enclave de la rioja baja, ha perdido parte de su esencia que le daba solera y hoy gran parte de la ciudad vieja está abandonada, okupada, mal vivida y con poco futuro.

El baile de los penitentes ilustra, al paso de los caperuzos, el orgullo de quien una vez fue y quiere seguir siendo.

La teniente de la guardia civil, Lucía Utrera, a quien y a sus espaldas apodan La Grande, es una cordobesa casada con un inglés, que espera recuperar en estas tierras parte de su vocación mancillada y nada más llegar se encuentra con el asesinato de Nuria Isabel.

Un asesinato en Calahorra cuando es más normal que llueva en el infierno. Desde este momento y solo en 72 horas, miércoles, jueves y viernes Santo, en la población varios, que no se lo esperan, van a despertar de un mal sueño para entrar en una pesadilla.

Sustentada en un marco costumbrista, donde el asesinato de Nuria Isabel no deja de ser un McGuffin, la novela encadena simultáneamente varias subtramas, cada una dedicada a uno de los protagonistas, hasta seis principales, que, como los ríos que van a parar al mar, acaban confluyendo en una madrugada transgresoramente maldita.

Y como los ríos que parecen adquirir velocidad cuando tienen su fin al alcance, las vidas de los protagonistas, condicionadas por las decisiones, tienden a precipitarse, atraídas por el imán del infortunio, hacia un final desolador o redentor según se mire.

En ese final hay quien gana y muchos que pierden. Hay quien sobrevive y hay quien no; quien seguirá con su vida y quien no podrá elegir. Un final cerrado para unos y abierto para otros. Pero nadie sale de esta historia como entró.

Todos los que algo tienen que decir en el pueblo y no es referencia a alcaldía, sino al anticuario, a los clanes gitanos de los Chamorro y de los Pajaritos, a Roque yonki y camello en horas bajas, a Fernando Rosas amo y señor de todo lo ilegal y sus guardaespaldas, y los satélites, a Roberto el médico del pueblo recién llegado de un trabajo agotador en África, a Vicente alcohólico regenerado o no, a los jóvenes con ganas de divertirse, todos sin excepción están presentes.

Paco Bescós
Claro ejercicio de novela negra coral donde lo importante no es tanto resolver el crimen como conocer el destino de los personajes. Unos personajes maravillosamente descritos y reconocibles en cualquier otra localidad. Prototipos autóctonos, que no tópicos, por ser tan reales como el calor del mediodía en medio de un campo a medio sembrar.

Paco Bescós enlaza frases cortas de gran impacto visual. Sus concisas descripciones tienen la fuerza de una imagen y por ese motivo, por ver además de leer, es por lo que permanecen en el cerebro durante y después de la lectura.

Lectura idónea para esta Semana Santa que asoma por la esquina..

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