domingo, 16 de octubre de 2022

Los príncipes de Sambalpur de Abir Mukherjee

El año pasado nos regaló el descubrimiento de la primera novela de una serie ambientada en la India colonial británico, escrita por Abir Mukherjee, un autor de origen indio criado en Escocia, titulada El hombre de Calcuta

Ya son cinco los títulos publicados y aquí ya están disponibles y traducidos dos, el primero El hombre de Calcuta (hagan clic sobre el nombre para acceder a la reseña) y el segundo, este que hoy presento con entusiasmo, Los príncipes de Sambalpur.

Si en el primero se nos introdujo en una época de un país peculiar, confuso, ruidoso, caótico y especiado como es la India colonial británica, en este segundo ahondamos no solo en el conocimiento de sus costumbres sino también en su particular sistema de castas y de gobiernos autónomos y líneas de sucesión. Algo tan ancestral que ni los británicos osaban inmiscuirse.

El capitán Sam Wyndhman, que ha ido tomando el pulso a esta civilización, y su sargento Banerjee, o Surrender-not como suele ser apelado, acaban de escaparse de una soporífera recepción oficial junto a un príncipe heredero de un estado soberano cuando, víctimas de una emboscada, son tiroteados con resultado de muerte para el joven príncipe Adhir Singh Sai.

El exitoso atentado levanta polvareda en el seno del gobierno británico que insta a Wyndhman i a Surrender-not a no descansar hasta encontrar al asesino habida cuenta que el ataque puede complicar una estrategia gubernamental que consiste en la creación de un organismo denominado Cámara de los Príncipes donde los susodichos puedan hacer oír su voz aunque tengan cautivo el voto. Gran Bretaña está dispuesta a aparentar intención de diálogo para que el Partido del Congreso, ese que abandera un tal Gandhi, no aumente su influencia e incite a los nativos a la insurrección.

En ese estado de tensión, la muerte de uno de los candidatos a integrar la Cámara no solo no ayuda sino que desluce el efecto pretendido, de ahí que el comisario Lord Taggart, jefe directo del capitán y del sargento, presione a sus hombres para resolver el caso y apaciguar al virrey.

Abir Mukherjee sigue, en esta nueva entrega, los pasos de la primera de la serie y mejora incluso algunos aspectos, profundizando ironicamente sobre los atributos del imperio britanico y su falta de criterio para tratar asuntos espinosos al estar siempre más pendientes de la etiqueta y el protocolo que de los problemas de fondo. Así les fue.

El caso criminal está muy bien planificado y mejor resuelto, tanto por su trama y desenlace como por su escritura. Los motivos que inducen al asesinato, la mano ejecutora, el momento elegido incluso el método resulta todo de lo más convincente y su presentación es digna de la mejor mesa.

Si la primera lectura ya resultó satisfactoria, ésta aún lo es más. No hay duda que estamos delante de una magnifica serie que promete mucha emoción e intriga acompañadas de especias picantes que aún excitan más las papilas gustativas. Quedan ganas de más y larga espera parece antojarse si van a traducción por año.

Léanlas rápido a ver si desde la editorial entienden que no deben demorar las entregas.

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